Rebelión

Por Iria Bouzas

La edad y la vejez no están siempre relacionadas. No te haces viejo obligatoriamente cuando llegas a una edad. Hay viejos de 30 años y jóvenes de 90.

Según pasan los años te haces mayor pero no envejeces obligatoriamente. Solo te haces viejo cuando te vuelves un cobarde aterrorizado intentando ahogar cualquier mínimo atisbo de cambio.

Pero el miedo, como el amor o la alegría, son sentimientos y por ello deben ser totalmente libres. Uno está tan en su derecho de padecer todo el miedo que quiera como lo está en el derecho de padecer un catarro, ¡Faltaría más!

Ahora bien, el miedo debería ser exclusivamente algo personal. No existe ningún derecho que avale su colectivización o su imposición social.

En España tenemos un gobierno que por más que llenen el armario de bolas de naftalina,  se visten con unos trajes que huelen demasiado a viejo. A viejo y a rancio.

Un gobierno conservador que se levanta cada mañana recordándonos que las cosas “deben quedarse como están”. Un gobierno que promueve leyes para que cualquier atisbo de rebelión o iniciativa de cambio se vean inmediatamente sofocadas. Un gobierno que se regodea en su condición de conservador.

Y es curiosa esa satisfacción que les produce a algunos el término “conservador”  sobre todo si tenemos en cuenta que el conservadurismo se basa en dos pilares fundamentales: El miedo y la ignorancia.

El miedo al cambio. El miedo a lo nuevo. El miedo al progreso.

Miedo, miedo y más miedo.

Pero es casi más terrible la ignorancia que denotan los pensamientos conservadores. Cualquier acercamiento a la historia de la humanidad, se haga desde la perspectiva  que se haga, lleva a la misma conclusión: Cualquier sociedad que haya sido brillante ha estado siempre en permanente cambio.

El cambio es avance y las sociedades que no progresan, terminan por anquilosarse y desaparecer.

El inmovilismo es una suerte de muerte social. Los sistemas que no se regeneran se pudren….y el nuestro hace tiempo que tiene un color y un olor que da mucho que pensar.

A los conservadores les suelen molestar con la misma intensidad las ansias de cambio y la juventud. Y es algo lógico ya que la fuerza de la juventud siempre exige cambios. Va en su ADN. Cada generación que se incorpora ve la sociedad desde un punto de vista nuevo.

Los jóvenes tienen todo el derecho del mundo a participar y a pedir, ¡No!, a exigir estar implicados en la construcción del futuro en el que ellos van a vivir.

Los jóvenes exigen con fuerza. Con fuerza y con rabia.

Los viejos les quieren callar. Los viejos se ponen sus trajes apolillados, casi todos del mismo color y con aires de otra época. Se van a sus puestos de Gobierno y aprueban leyes para aplastar la energía de la sangre nueva con todo el peso del poder coercitivo del Estado.

¿Cuál es la excusa para intentar callarles? ¿La posibilidad de errores?

El inmovilismo es una suerte de muerte social. Los sistemas que no se regeneran se pudren….y el nuestro hace tiempo que tiene un color y un olor que da mucho que pensar

¡Mediocres! La fuerza de la juventud, su rabia, su falta de miedo, su limpieza deberían ser el empuje para ir a sitios nuevos con un aire mucho más limpio de la podredumbre que estamos respirando ahora mismo pero ustedes necesitan quedarse ahí. Bien cerquita de los privilegios que se han construido a costa de lastrar al resto de la sociedad.

Teméis lo nuevo, teméis lo joven, teméis lo fresco y tratáis de cortarle el paso e intentáis ahogarles con todas vuestras fuerzas.

Y cuando todo eso no funciona, creáis líderes de mentira. Buscáis mediocres de entre vosotros pero con menos años. Les cambiáis la ropa, les dais cuatro clases de oratoria y les ponéis a dar discursos con la esperanza de mantener el engaño un poco de tiempo más, esperando que no nos demos  cuenta de la realidad. De qué esos jóvenes nacieron ya viejos.

Os habéis esforzado muchísimo todo este tiempo  por darle a la palabra “Rebelión” una connotación negativa. Pues a mí me parece una palabra preciosa.

La injusticia produce rebelión. El abuso produce la rebelión. La opresión produce rebelión.

Gobiernos mediocres, viejos y apolillados intentando sofocar la fuerza de los que vienen pidiendo cambios.

Señores y señoras, ¡Hay que posicionarse! ¿Nos hacemos viejos ya o todavía tenemos fuerza para seguir peleando?

1 Comment

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.