Re que significa “de nuevo” y cordis que se traduce como “corazón”

Porque al final los traumas no se van con querer olvidar, perduran en una mancha en la memoria pero ganan siempre los buenos momentos por eso acumulamos tanto.

Por Isabel Ginés | 27/08/2024

La etimología de la palabra «recordar» revela un significado profundo y a menudo pasado por alto. Derivada del latín «recordari», esta palabra se compone de «re», que significa «de nuevo», y «cordis», que se traduce como «corazón». Así, recordar no es simplemente traer algo a la mente; es, en un sentido más íntimo, «volver a pasar por el corazón».

Esta idea sugiere que la memoria, más que un proceso puramente cerebral, tiene una dimensión emocional que conecta profundamente con nuestros sentimientos. San Agustín, uno de los grandes pensadores de la antigüedad, describió la memoria como “el estómago del alma”, aludiendo a la manera en que digerimos nuestras experiencias pasadas. En este proceso, los recuerdos no solo se archivan en la mente, sino que se asientan en el corazón, transformándose en emociones que nos afectan a lo largo del tiempo.

El cerebro, por su parte, desempeña un papel crucial en la gestión de nuestros recuerdos, olvidando de manera selectiva aquellos que podrían sobrecargarnos emocionalmente. Sin embargo, hay recuerdos que persisten a pesar de nuestros esfuerzos conscientes por dejarlos atrás. Específicamente, los recuerdos de personas o momentos que quisiéramos olvidar tienden a mantenerse firmes en nuestra memoria, desafiando la lógica de nuestro deseo de superarlos.

La muerte de un ser querido ejemplifica esta lucha entre el olvido y el recuerdo. Aunque con el tiempo comenzamos a olvidar detalles como el sonido de su voz, la tecnología nos ofrece la posibilidad de revivir estos momentos, aunque sea de forma temporal. Sin embargo, también puede ocurrir que, inesperadamente, una noche cualquiera, esa voz que creíamos olvidada resurja con toda su fuerza, recordándonos lo profundo de nuestra conexión emocional.

Asimismo, existen recuerdos de abrazos y momentos finales que deseamos poder repetir, pero que se han convertido en imágenes distantes que el tiempo ha desdibujado. En el proceso de recordar, olvidamos amores, pero no el dolor que estos amores nos causaron. De igual forma, aunque el tiempo pueda mitigar el dolor, seguimos recordando a quienes lo provocaron.

En la actualidad, recurrimos a las redes sociales para guardar nuestros recuerdos, creando collages en instagram que intentan capturar la felicidad de momentos específicos. Esta práctica refleja nuestro deseo de aferrarnos a los recuerdos de lo bello y significativo, en un esfuerzo por asegurarnos de que esos momentos perduren en nuestra memoria.
Recordar es pasar por el corazón. Por eso guardamos fotos bonitas y destacamos frases que nos han llegado o emocionado en WhatsApp, porque queremos que el corazón sea el depósito de lo que llena, lo bello y lo significativo. Buscamos sentir belleza y libertad, guardando momentos que nos llenan. Recordar es un acto de querer mantener lo que nos hace sonreír y suspirar.

Sin embargo, la memoria a veces guarda también el dolor, las heridas y personas que preferiríamos olvidar. Porque al final los traumas no se van con querer olvidar, perduran en una mancha en la memoria pero ganan siempre los buenos momentos por eso acumulamos tanto. Pero también es justa: mantiene vivos los recuerdos de la vida, la coca de tu abuela con su pasión con la que la elaboraba, como el último beso de tu abuelo o el abrazo de un amor que murió.

Recordamos para sonreír, memorizamos para ser felices y olvidamos para seguir adelante.

Aquí me gustaría de este tema recomendar estos libros:

1. Avenida de los misterios – John Irving

2. Confesiones – San Agustín

3. El oro de los tigres – Jorge Luis Borges

4. El tiempo regalado: Un ensayo sobre la espera – Andrea Köhler

5. El mundo iluminado – Ángeles Mastretta

6. En busca del tiempo perdido – Marcel Proust

7. La invención de la soledad – Paul Auster

8. Martes con mi viejo profesor – Mitch Albom

9. Sombra del paraíso – Vicente Aleixandre

1 Comment

  1. Muy cierto. He experimentado esa memoria selectiva que decide olvidar etapas de nuestra vida que duelen. He llegado a consultar el tema con un médico oncologo y me dijo que ignoran porqué ocurría ésto pero que es un hecho comprobado. Le doy las gracias al cerebro y tambien a la autora del artículo por sacar este tema a la luz.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.