Raquel Martí: “Las posibilidades de sobrevivir de los niños en Gaza son muy reducidas, porque, si no mueren por las bombas, mueren de desnutrición o de deshidratación, o por enfermedades infecciosas”

Israel es el único país del mundo que tiene encarcelados, a niños, menores de edad en prisiones militares, y que son juzgados por tribunales militares. El año pasado llegó a haber 900 niños palestinos que pasaron por las cárceles israelíes.

Por Angelo Nero | 23/06/2024

El pasado jueves 20 de junio, Amnistía Internacional Galicia organizó en Vigo el coloquio “Gaza y la humanidad perdida”, en el que participaron Raquel Martí, Directora Ejecutiva de UNRWA España; Patricia Simón, periodista especializada en Derechos Humanos; y Pau Barés, integrante de la junta directiva de Amnistía Internacional España. Con la primera de ellas conversó NR, antes de la charla, para indagar sobre la situación de Gaza ante el Genocidio del que está siendo víctima por parte de Israel.

¿Por qué una antropóloga como tú, que ya tenía enfocada su profesión, decide embarcarse en la cooperación internacional?

Pasé una época de mi vida haciendo antropología en África, y me di de bruces con la realidad que vive mucha población en el continente africano, con la miseria, la injusticia, las violaciones de derechos, y me indignó, me impactó, y pensé que con la antropología no podría ayudar a cambiar esa realidad, y decidí hacer un curso de experto en cooperación internacional, y lanzarme a trabajar en esto.

Cuando descubriste la realidad palestina, sobre el terreno, y la vulneración de sus derechos más básicos, ¿no te viste abrumada ante la indefensión que tienen sus habitantes ante el régimen de apartheid al que les somete el estado de Israel? ¿es muy diferente trabajar como cooperante en Palestina que en otro lugar?

La primera vez que yo fui a Palestina fue en el año 2005, y la verdad es que no estaba preparada para ver lo que allí vi, me impactó lo que allí vi, me impactó muchísimo la violencia del ejército israelí contra la población palestina, la impunidad con la que cometen las violaciones, y me impactó mucho toda la política de ocupación israelí sobre la población palestina. Me dejó marcada para siempre.

Aunque trabajaba en aquella época para otros países, como Irak, los campamentos saharauis, Jordania, Líbano, la verdad es que comencé a enfocarme más a la población palestina, y hasta ahora, que se me haría difícil dejar de trabajar en Palestina, y empezar a trabajar en otros países. En cuanto a las diferencias, cada país al que vas como cooperante es diferente, pero si que es cierto que hay una diferencia abismal ir a hacer cooperación para el desarrollo a, por ejemplo, Perú, que irte a trabajar en emergencias a una zona de conflicto, no tiene nada que ver el grado de violencia al que estás expuesto ni el riesgo que se corre cuando estás en un país en conflicto.

Hay varias generaciones de palestinos que han nacido y que han vivido toda su vida bajo la ocupación, que han sufrido en su carne detenciones y muertes de sus parientes, de sus vecinos, que han visto como destruían sus casas, sus cultivos, mientras el mundo miraba para otro lado, ¿qué esperanza tienen los niños, los jóvenes, que nacen en este contexto de violencia?

Depende de si hablamos de Cisjordania o de Gaza, realmente las posibilidades de sobrevivir de los niños en Gaza son muy reducidas, porque, ahora mismo, si no mueren por las bombas, o por el fuego de artillería, mueren de desnutrición o de deshidratación, o mueren por enfermedades infecciosas que se están propagando ahora mismo por Gaza, y no tienen acceso a los servicios médicos, con lo cual, ahora mismo, el futuro es muy desalentador para los niños y para los jóvenes, teniendo además en cuenta que, cuando llegue un alto el fuego, que no sabemos cuando va a llegar, se ha destruido prácticamente todo el sistema educativo en Gaza.

Israel ha destruido el 80% de las estructuras educativas, tanto en educación básica, como institutos, no queda ninguna universidad en Gaza, y los niños llevan ahora mismo ya ocho meses sin acceso a la educación. Reconstruir este sistema educativo, en una zona que ha sido absolutamente arrasada, va a llevar mucho tiempo, va a ser muy complicado, y además hay que tener en cuenta que esta población juvenil, está profundamente traumatizada, y van a pasar durante mucho tiempo con síntomas de estrés postraumático, y van a tener secuelas psicológicas que le van a durar toda la vida, y les va a influir mucho en su desarrollo personal, con lo cual, realmente, están expuestos, ahora mismo, a un futuro totalmente incierto.

Si hablamos de Cisjordania, allí la violencia no tiene la envergadura que tiene Gaza, pero también tiene niveles muy grandes de violencia, si eres niño, estás expuesto a la muerte, el año pasado se asesinaron a 130 niños en el territorio palestino, en Cisjordania, a manos del ejército israelí, o de los colonos israelís, están totalmente expuestos a las incursiones militares que realizan los soldados israelíes, tanto en los campos de refugiados como en las aldeas, en las que te pueden herir, matar, pero también detener.

Israel es el único país del mundo que tiene encarcelados, a niños, menores de edad en prisiones militares, y que son juzgados por tribunales militares. El año pasado llegó a haber 900 niños palestinos que pasaron por las cárceles israelíes, y, además, estos niños, para llegar al colegio todos los días, tienen que pasar por zonas donde están los colonos, y verse expuestos a la violencia de estos colonos, pero también a pasar por controles militares israelíes, y verse expuestos a cacheos, interrogatorios, incluso detenciones, simplemente por tratar de llegar al cole. Con lo cual son niños que están marcados por la violencia, con estrés postraumático por las situaciones que han pasado, y psicológicamente trastornados por lo que significa vivir bajo la ocupación.

En 1950, cuando UNRWA comenzó su trabajo, eran 750.000 los palestinos que tenían estatus de refugiados, y hoy son casi seis millones, ¿Ha fracasado Naciones Unidas en la gestión de la cuestión palestina?

Evidentemente Naciones Unidas no ha conseguido, tras 76 años de refugio, encontrar una solución para la situación de la población refugiada de Palestina, y hemos pasado de 750.000 refugiados palestinos a seis millones, con lo cual podíamos hablar de un fracaso de la comunidad internacional. Yo hablaría más de la comunidad internacional que de la propia Naciones Unidas, que no es un organismo que tenga una capacidad propia de decisión y de acción, sino que es un foro de países y son los países los que toman las decisiones que quieren llevar a cabo desde Naciones Unidas. Lo que no ha habido nunca es un consenso en el Consejo de Seguridad de la ONU para llegar a una solución de la situación que atraviesa Palestina, y lo que no puede ser es que la comunidad internacional deje a una población durante 76 años con la condición de refugiados, y lo que no puede ser es que la comunidad internacional permita que haya una ocupación desde 1967, sin visos de ponerle fin, y violando constantemente el derecho internacional humanitario y los derechos humanos de la población.

Desde la Nakba del 48, el pueblo palestino se ha convertido en refugiado, en los campos de refugiados de la diáspora o de los territorios ocupados, pero siempre ha mostrado su capacidad de resilencia, ¿después de estos nueve meses de ofensiva militar sobre Gaza, le quedan recursos al pueblo palestino para volver a organizarse?

La verdad es que la capacidad de resilencia del pueblo palestino es admirable, y digno de estudio. Por ejemplo, los hospitales en Gaza han sido constantemente bombardeados, sus instalaciones asediadas durante días, disparadas desde tanques, drones, quemadas, etc, su personal asesinado, detenido, no ha habido hospital que no haya sido atacado que no se haya puesto de nuevo en marcha, al cabo del tiempo. Es impresionante estar leyendo las estadísticas, el número de hospitales inoperativos, y luego a la semana siguiente, vuelves a chequear las listas, y hay hospitales que han sido destruidos, y hospitales que se han vuelto a poner en marcha. La capacidad de la población en Gaza, del tejido asociativo, de las ongs locales, y de la propia población sanitaria que hay trabajando en Gaza, es abrumadora, porque están desde hace ocho meses sometidos a la mayor crueldad, y a la mayor atrocidad, que hemos vivido, y siguen teniendo capacidad de organizarse y de restituir los servicios. Esto es algo que no se ha visto en ningún otro sitio.

Lo mismo pasa con el resto de los servicios. De repente, aparecen productos en los mercados, porque hay gente que llega hasta los campos de cultivo, que llevan meses abandonados, y son capaces de recoger algo de fruta, algo de verdura, y llegar a los mercados y ponerse a venderla, y eso te dice que a pesar de llevar meses sufriendo los bombardeos, el desplazamiento forzoso, continuo, sin alimentos, habiendo perdido a sus familias, son capaces de hacer algo para seguir sobreviviendo, y para ayudar a su población.

Para nosotros el mayor ejemplo de resilencia es el de los empleados de UNRWA, no porque sean empleados de UNRWA, si no porque son refugiados de Palestina, UNRWA tiene muy poquitos trabajadores internacionales, el 90% son trabajadores de Palestina, y son ahora mismo en Gaza, personas que, al igual que el resto de la población civil, están sufriendo las bombas, la matanza de sus familiares, el desplazamiento forzoso, el hambre, la sed, muchos de ellos están durmiendo en nuestros refugios, como el resto de la población, durmiendo en el suelo, los más afortunados a lo mejor tienen un colchón, y son capaces, cada mañana, de levantarse en esas condiciones, sin desayunar, sin tener nada que ofrecer a sus hijos para comer, y marcharse a trabajar, a atender a los heridos en las clínicas de salud, a tratar de llegar a los cruces fronterizos para recoger los camiones con ayuda alimentaria y distribuirlos a la población, sabiendo que, a lo mejor, cuando regresen a esa escuela de UNRWA, donde han dejado a su familia, ha sido bombardeada y ya no está.

Si me preguntas si creo que serán capaces de seguir teniendo resilencia para que, una vez que haya el alto el fuego, vuelvan a ponerse en marcha y a sobrevivir a todo esto que llevan sufriendo desde hace meses, mi respuesta es si, lo van a hacer porque lo han hecho toda la vida.

El ejército israelí ha atacado escuelas, almacenes y centros de distribución de la UNRWA, en esta última ofensiva sobre Gaza, además de acusar a la agencia de colaborar con Hamas ¿crees que Israel ha traspasado todas las líneas rojas al señalar como objetivos militares estos lugares y la gente que trabaja o que se acoge en ellos, que están bajo la protección de Naciones Unidas?

Israel está violando el derecho internacional humanitario. Los hospitales, las clínicas de salud, los colegios, tienen especial protección bajo el derecho internacional humanitario, nunca pueden ser atacados, no pueden ser atacados los refugios de Naciones Unidas, no pueden ser atacada ninguna instalación de Naciones Unidas, y mucho menos cuando se refugia población civil dentro de sus instalaciones. Esto es una violación del derecho internacional humanitario. Por supuesto, matar a personal sanitario, a personal humanitario, es una violación del derecho internacional. Pero poner a una agencia humanitaria como objetivo, acusándola de ser una organización terrorista, acusándola de colaborar con Hamas, evidentemente es cruzar una línea roja, porque pone en peligro la vida de esos trabajadores, que están protegidos al ser funcionarios de Naciones Unidas, e Israel ya ha asesinado a 193 trabajadores de UNRWA, y ha atacado sus instalaciones en casi 400 ocasiones, asesinando a 450 personas, civiles, mayoritariamente mujeres y niños, que estaban refugiados bajo la bandera de Naciones Unidas.

Hay gobiernos que han comprado los argumentos del gobierno de Israel, y han retirado sus donaciones a la UNRWA, algunos tan importantes como EEUU, Alemania o Canadá, ¿en que situación dejaría a la agencia si esa retirada de donantes fuera permanente?

La verdad es que, afortunadamente, de los 16 países que retiraron la financiación a UNRWA, han vuelto la mayoría, para restituir la financiación. Yo creo que fue una medida equivocada, tomada de forma precipitada, y que no tuvo en cuenta que Israel no estaba ofreciendo ninguna prueba para demostrar que las acusaciones eran ciertas, y esto es lo que ha llevado a los donantes, además de todas las medidas posteriores que ha puesto Naciones Unidas para investigar las acusaciones de Israel, a restituir la financiación.

Sin embargo, es cierto que ni Gran Bretaña ni Estados Unidos lo han hecho, y la clave está en EEUU, que además ha aprobado una ley con la que se prohíbe financiar a UNRWA hasta marzo de 2025, y nos deja en una situación absolutamente crítica, porque EEUU era nuestro mayor donante, y cubría un tercio del presupuesto de la agencia, estamos hablando de que la agencia necesita 1200 millones anuales, y EEUU aportaba, aproximadamente unos 400 millones. Esto deja un agujero financiero tremendo a la agencia, en una situación absolutamente crítica, en la que tampoco se está viendo una respuesta internacional de forma masiva, por ejemplo del llamamiento de emergencias que hemos hecho ahora para Gaza, solamente hemos obtenido un 16% de financiación, un porcentaje bajísimo para una población que se está muriendo de hambre, y ahora mismo tenemos financiación para poder seguir hasta finales de este mes, principios del siguiente, si no nos entra más financiación, o si no se restituye la financiación, por ejemplo, de Gran Bretaña.

Así que estamos en un momento crítico en la historia de la agencia, pero además teniendo en cuenta la situación de Gaza es absolutamente atroz que se retire la financiación a la agencia que esta responsabilizándose de toda la ayuda humanitaria que entra dentro de Gaza, y distribuyendo toda esta ayuda humanitaria, y dando apoyo logístico a todas las agencias que funcionan dentro de Gaza. Sin UNRWA no habría operación humanitaria posible dentro de Gaza, con lo cual castigar a la agencia sin financiación es dejar a la población a la deriva, y dejar sin posibilidades de operar al resto de las agencias de Naciones Unidas.

Además de los centros de la UNRWA, el ejército de Netanyahu ha bombardeado hospitales, universidades, infraestructuras públicas, y una gran parte de los hogares palestinos, con esta magnitud de destrucción, ¿qué futuro le espera a Gaza, al día siguiente de fin de la guerra?

Pues un futuro incierto, porque dependerá de los planes de la comunidad internacional de reconstruir Gaza, dependerá de lo que determine hacer Israel con Gaza, ahora mismo estamos viendo que los grupos extremistas en el gobierno de Israel están pidiendo la colonización de Gaza, y están diciendo que lo que hay que propiciar es la salida de la población palestina de Gaza, para poder construir allí los asentamientos de colonos israelíes.

Va a depender mucho de la estrategia de Israel para el día después y en caso de sea permitir la reconstrucción de Gaza, dependerá mucho de la financiación de los países de la comunidad internacional porque, ahora mismo, Gaza tiene que ser reconstruida casi en su totalidad, tienen que ser reconstruidas todas las infraestructuras públicas, ha acabado con el 80% de la estructura educativa, ha acabado con la mayor parte de comercio, fábricas, ha acabado con la flota pesquera, ahora mismo más del 50% de las tierras de cultivo están echadas a perder, el 70% de los hogares ha sido destruido, todas las redes de agua, saneamiento, electricidad, realmente va a ser reconstruir un territorio desde cero. Incluso Naciones Unidas habla de que va a necesitar catorce años solo para retirar los escombros y los remanentes explosivos sin detonar, con lo que la reconstrucción de Gaza va a llevar décadas.

Evidentemente, durante todo este tiempo, lo que vamos a ver es un sufrimiento terrible de la población, que va a continuar, gran parte de ella, desplazada, que va a tener que estar en alojamientos temporales hasta que se puedan reconstruir sus hogares, que no sabemos todavía como se va a poner en marcha todo el sistema educativo, porque, como digo, se ha destruido todas las infraestructuras, se ha asesinado a un número elevado de profesores, no hay ahora mismo internet para poner en marcha un programa on-line, con lo cual se va a tener que hacer un esfuerzo enorme, pero va a tener que ser con el apoyo de la comunidad internacional, no va a poder ser de otra manera.

En esta última invasión de Gaza el ejército de Israel ha superado récords inasumibles, han matado a más de doscientos trabajadores de Naciones Unidas, a más de cien periodistas, han matado a 800 sanitarios y a cerca de 14.000 niños, ¿En qué mundo vivimos para que hayamos normalizado el Genocidio?

La verdad es que, preguntando a las personas con las que me encuentro, todo el mundo está estupefacto de lo que están viendo, es una ofensiva militar que está siendo retransmitida en directo, y estamos viendo a través de las imágenes la máxima crueldad a la que se puede llegar, y con todas estas violaciones del derecho internacional humanitario, y lamentablemente con todos estos records de asesinatos, de víctimas, estamos siendo testigos de torturas, por parte del ejército israelí, atroces, a la población detenida, y realmente no nos explicamos como no hay una reacción mucho más abrumadora por parte de la comunidad internacional, por parte de los líderes mundiales. ¿Como es posible que no estemos tomando las medidas necesarias para parar, de una vez por todas, esta atrocidad que se está cometiendo contra la población palestina? Con lo cual, la pregunta habría que dirigirla a los líderes mundiales y preguntarles que están haciendo, porque lo que nos queda claro a todos es que no están haciendo lo que deberían de hacer.

En un periodo relativamente corto de tiempo hemos vivido la guerra de Tigray, la de Sudán, la limpieza étnica de Nagorno Karabakh, el conflicto de Ucrania, y ahora la terrible matanza de Gaza, esa normalización, de la que hablaba antes, de las guerras, ¿está mermando también nuestra capacidad para ponernos en la piel del otro y ser solidarios con las víctimas de estos conflictos?

En mi experiencia personal hay mucha impotencia, por parte de la sociedad, pero yo no diría que eso les lleva a no hacer nada, al contrario, lo que estamos nosotros viendo es una respuesta tremenda por distintos colectivos, ciudadanía a nivel individual, de intentar por todos los medios o al menos contribuir, por un lado, en la recaudación de fondos para la UNRWA, por otro lado, en la movilización para protestar contra lo que está ocurriendo. Evidentemente, en porcentajes no sabría decir, y tal vez no sean muy elevados, pero si puedo decir que en UNRWA España estamos abrumados por la respuesta constante que estamos teniendo de la ciudadanía española, te pondría poner mil ejemplos, desde pequeñas iniciativas en pequeñísimos pueblos de hacer cualquier tipo de mercadillo solidario, de manualidades para vender, festivales que se están organizando en muchísmas partes de España, conciertos, en fin, muchísimas iniciativas que les lleva a la gente a sentir que están pudiendo hacer algo y que no están sentados en sus casas con las manos cruzadas, porque yo creo que, y eso es algo que dicen las personas que están organizando cosas para nosotros, ellos no soportan la idea de que, cuando pasen los años, y sus hijos les pregunten ¿y tu que hiciste para parar esto o para protestar contra la atrocidad que se está cometiendo en Gaza? No quieren tener que responder, yo no hice nada.

Por eso yo creo que mucha gente se está movilizando, hemos visto las acampadas de los estudiantes, hemos visto muchas movilizaciones, en muchas ciudades, y como digo, también hay muchas iniciativas ciudadanas para recaudar fondos y mandar ayuda humanitaria a Gaza. Entonces, yo creo que, evidentemente no es la totalidad de la sociedad, pero, en nuestro caso si vemos un gran número de iniciativas.

Por otra parte, está el hambre como arma de guerra, algo que ha sido prohibido expresamente por Naciones Unidas, que en Gaza está poniendo a su población en alto riesgo de inseguridad alimentaria, ¿cómo puede trabajar la UNRWA cuando Israel sigue bloqueando la entrada de la ayuda humanitaria?

Con muchísimas dificultades, poniendo en riesgo la vida de su personal, evidentemente. Ahora mismo, el mayor problema es que el único cruce fronterizo que permanece operativo es el de Kerem Shalom, al sur de Gaza y en esa zona para acceder al cruce hay intensos bombardeos por parte de Israel, pero también hay intensos combates entre las fuerzas terrestres israelíes y los grupos armados palestinos, con lo cual es prácticamente imposible cruzar esas líneas, o esos lugares que están siendo bombardeados, para ir a recoger la ayuda, es una acción de alto riesgo, y eno todos los días conseguimos llegar. Entonces, en primer lugar, hay una falta total de suministros humanitarios entrando en la franja de Gaza, y por otro lado, una vez que consigues entrar esos camiones y llevarlos a los almacenes de UNRWA, para una vez, desde ahí, empezar a repartirlos por toda la franja de Gaza, te encuentras muchos obstáculos, porque en primer lugar tienes que pedir permiso, para cualquier desplazamiento, al ejército israelí, tienes que pedir permiso para llegar al norte de Gaza.

El norte de Gaza está, ahora mismo, separado del resto de Gaza por dos check points israelíes, incluso aunque consigas autorización para pasarlos, llegas al check point, puedes estar entre cinco y seis horas esperando que te autoricen, y cuando consigues que el check point te abra paso es bastante tarde, entrada la noche, y lo único que puedes hacer es retirarte, porque a esas horas se torna extremadamente peligroso intentar llegar al norte de Gaza. Con lo cual muchas veces, este intento de llegar al norte, que es donde está la situación mayor de desnutrición se frustran por todos los obstáculos que pone Israel para llegar a este lugar.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, aunque hagamos todos los esfuerzos, lo que está entrando es absolutamente insuficiente para mantener a 2.200.000 personas que dependen de esta ayuda humanitaria, y que a consecuencia de todos los impedimentos y todos los obstáculos que pone Israel para poder entrar la ayuda, es que cada día haya más niños con desnutrición, y deshidratación, y con riesgo de morir a la mayor brevedad si no cambia la situación.

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