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La izquierda, al abrazar el liberalismo y la multiculturalidad, ha renunciado al laicismo combativo y a la defensa inquebrantable de la igualdad entre hombres y mujeres.
Por Javier Guijarro | 9/08/2025
En los últimos años, la izquierda española se encuentra atrapada en una contradicción ideológica que la ha llevado a un estado de parálisis cuando se trata de abordar el islam y sus implicaciones en la sociedad. Este fenómeno no es casual, sino el resultado de una serie de dinámicas propias de la sociedad posmoderna capitalista, que han transformado profundamente el carácter y los principios de la izquierda tradicional.
Uno de los principales problemas es el miedo a ser acusada de islamofobia o racismo. Este temor, profundamente arraigado, ha generado una izquierda acomplejada que evita cualquier crítica o debate serio sobre el islam y su impacto en la sociedad. En lugar de fomentar un análisis crítico, la izquierda sistémica ha abrazado una narrativa de multiculturalidad que, si bien se presenta como progresista, termina debilitando los valores de cohesión social, integración y defensa de la cultura autóctona.
Esta postura no solo renuncia a la promoción de una integración efectiva de las comunidades inmigrantes, sino que también ignora las tensiones que surgen cuando prácticas culturales o religiosas chocan con los principios de igualdad y laicismo que históricamente han definido a la izquierda.
La raíz de este problema está en la adopción acrítica del liberalismo por parte de la izquierda. Bajo el paraguas del liberalismo, se ha promovido la ruptura de los elementos colectivos que generaban cohesión social: la familia, la cultura, los sindicatos y los partidos de clase. Al renunciar a su proyecto transformador y abrazar el pack ideológico hegemónico, la izquierda ha perdido su esencia. Antes, se caracterizaba por un laicismo combativo y una defensa inquebrantable de la igualdad entre hombres y mujeres. Hoy, sin embargo, tolera prácticas como el uso del velo o ciertas costumbres que, en muchos casos, atentan contra la dignidad y la emancipación de la mujer, todo en nombre de una supuesta diversidad multicultural.
Esta ‘trampa de la diversidad’ ha dinamitado el ideal de progreso que la izquierda solía encarnar. En lugar de avanzar hacia una sociedad más igualitaria y cohesionada, se fomenta una masa desideologizada, moldeable y vulnerable a la propaganda posmoderna. La izquierda, al rehuir el conflicto y evitar posicionarse sobre temas tabú como la inmigración o el islam, se ha convertido en una fuerza reactiva que solo responde a las iniciativas de la derecha, sin proponer un proyecto propio.
Cualquier voz crítica que surja, ya sea desde dentro o fuera de sus filas, es rápidamente catalogada como ‘discurso de odio’ o asociada a la extrema derecha, lo que ha eliminado cualquier posibilidad de debate honesto. Esta izquierda cobarde y acomodada ha renunciado a su capacidad de liderazgo ideológico. Al no confrontar las contradicciones del multiculturalismo liberal, no solo ha perdido su identidad, sino que está abonando el terreno para el ascenso de la derecha radical.
Mientras la izquierda sistémica sigue atrapada en sus complejos, la derecha aprovecha el vacío para capitalizar el descontento social, presentándose como la única fuerza dispuesta a abordar los problemas que la izquierda ignora. Es hora de que la izquierda recupere su valentía y su compromiso con los valores de progreso, igualdad y laicismo. Solo a través de un debate abierto, sin miedo a las etiquetas, podrá reconstruir una base ideológica sólida y volver a conectar con la clase trabajadora y con una sociedad que, cada vez más, se siente abandonada por quienes deberían representarla. De lo contrario, el avance de la derecha radical no será una sorpresa, sino la consecuencia lógica de una izquierda que ha olvidado quién es.
Es un tema complicado. A mi no me gustan las religiones, ninguna de ellas y menos el Islam. Hay que recordar que al igual que el cristianismo, los hay quien practican un islam mas extremo que otros, pero cierto es, que de media, los musulmanes lo practican de forma genérica de una forma mas «radical», igualando en algunos países, a las practicas de la antigua inquisición española. El cristianismo a evolucionado, el islam, no, y ahí para mi reside el problema. La derecha critica al islam por machista y llama hipócrita a la izquierda, olvidando que no hace tanto el cristianismo y la sociedad cristiana era exactamente igual, y la izquierda, en vez de buscar provocar el mismo cambio en el islam que el que provoco en el cristianismo, lo que hace es defenderlo, por miedo a caer en la islamofobia. El tema del velo es complicado, prohibir algo muchas veces agrava el problema… Si prohíbes que las mujeres lleven velo por la calle, probablemente lo único que consigas es encerrar a muchas mujeres de por vida en sus casas. Por desgracia los cambios no se producen en unas semanas, pero desde luego, con esa política permisiva por parte de la izquierda, el cambio en las sociedades islámicas no llegara jamás, al contrario, se expenderá, como pretenden sus practicantes mas extremistas.
En tu país se enseña religión en los colegios, la iglesia sigue teniendo un poder inmenso, tienes un poder judicial profundamente reaccionario, entre los más jóvenes se ha impuesto una cultura de cosificación e hipersexualización de la mujer, la monarquía y el ejército están profundamente vinculados a una ideología nacional-católica, la islamofobia es el señuelo que las organizaciones fascistas utilizan para atraerse a amplios sectores de la sociedad… y qué haces tú y algunos artículos de esta web? Promover el internacionalismo? No. Por el contrario, se alimenta la islamofobia. Bravo. Vamos de culo y cuesta arriba. Algun@ cualquier día se apunta a una de esas cacerías de los fachas.
Totalmente de acuerdo. Creo que la izquierda debe abandonar este discurso de buenismo ñoño disfrazado de multiculturalismo, un palabro que engloba el fracaso de las políticas de «integración» en los países ricos y que se constata en la práctica ser inútiles para la «cohesión social. Basta de hipocresía: Condenamos el burka en Afganistán pero aquí se quiere «normalizar» el uso del velo islámico bajo la premisa del respeto a la «libertad religiosa»???
Mmmm, qué complicado..
Yo tampoco le digo a los afganos cómo tienen que organizar su realidad política y social. El pueblo afgano, como cualquier otro, abordará sus procesos de transformación en la forma, el tiempo y sobre las condiciones históricas y culturales de aquel país. Los cambios de cualquier tipo no se importan ni se imponen desde fuera. Se llama derecho de autodeterminación de los pueblos. Ciertas posiciones apestan a supremacismo eurocentrista. Considero que el futuro de los pueblos pasa por el socialismo. Pero los pueblos han de llegar a ese régimen social a su ritmo, por decirlo así. Y nunca jamás de los jamases me voy a permitir el lujo supremacista de dar lecciones a nadie ni en materia de religión ni en ninguna otra desde un Estado como el español, donde el catolicismo, el racismo y el fascismo campan a sus anchas, disfrazándose en ocasiones de progresismo y hasta de feminismo. Entre el buenismo multiculti y el laicismo filoracista hay una vereda muy ancha por la que se puede caminar y hacer una política progresista, revolucionaria e internacionalista.
Creo sinceramente que la República no pudo hacer más. En realidad fueron dos años en los que pudo gobernar la izda y las transformaciones fueros extraordinarias. Lo que no hubo fue tiempo para poder asentar esa transformación
Y dale Perico al torno con el islam. Quienes redactan este tipo de artículos no tienen ni la menor idea de cómo se aborda la relación entre religión y movimiento por la transformación social. Esta relación se establece sobre dos pilares, materialismo como concepción del mundo e internacionalismo como principio que debe regir el vínculo entre pueblos y comunidades de diferente origen nacional. Con vuestro «laicismo» y vuestra «integración» (utilizar este último concepto en un medio «progresista» es ya el colmo) vais directos a la letrina del racismo y el peor de los chovinismos. Dónde se tienen que integrar los musulmanes? En un Estado con una monarquía nacional-católica? Estáis totalmente desnortados. Formaos un poco. Leed a Lenin sobre cómo consideraba la lucha contra la persecución por motivos religiosos de ciertas comunidades, como una parte de la lucha democrática general en la que los comunistas deberían estar en la vanguardia. No terminaba de entender la línea que seguía Nueva Revolución. Ahora la entiendo un poco más. Adiós.