Por José Antonio Martín Acosta
Pueblo fallido
Aquel que ve el futuro a través de sus pulgares
Entalladas figuras cristalinas abren su frente
Dioses de barro manchan lunáticamente
La cara rosa de los niños
Y en mi pueblo nadie pisa el suelo
Porque ya nacieron enterrados bajo el mineral
La madre lo sabe
Las faldas de hierro menstrúan cada día
Las lágrimas que de noche
No osan tocar los matarifes
Las manos son cielos especulares
Metas a donde llegar
Aunque sea descalzos
En mi pueblo no existe la noche
Porque todo es oscuro
Como la dinamita
Estallido a estallido
Se comparten las camas
Se comparte la fiebre
Las liendres ladran como perros hambrientos
No se humilla al hombre
Cuando los párpados han sido cerrados
Por el sacristán
Las minas son el humo
Que ven a lo lejos los legajos de las leyes
Y en mi pueblo fallido
Han despertado varios niños
Llorando oprobio sobre los soportales
Del ayuntamiento
Y pasan los magos con sus carruajes
Y se posan los melifluos ropajes de la desidia
Sobre ese rostro reflejado en un charco
Antes de ir a la escuela de humillaciones
Y salir volando con la imaginación
Hacia otros derroteros
Porque en mi pueblo fallido
Las casas no tienen tejado
Y los sueños han salido tan húmedos
Como ahogadas sus mujeres y sus hombres.
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