No es que la izquierda lo haya hecho especialmente bien en esta campaña, es que Feijóo ha sido quien se ha encargado de hundir al PP gallego.
Por Lucio Martínez Pereda | 14/02/2024
Todo parece apuntar que estamos ante el final de una etapa histórica en Galicia. Solamente es necesario que la izquierda gallega se libere de su pesimismo también histórico y acuda a las urnas a votar. Ese pesimismo de la Galicia urbana de izquierdas, que ha visto durante 35 años la derrota de la derecha casi imposible, ha sido el principal aliado psicológico de la derecha gallega durante más de un cuarto de siglo y en esta campaña electoral ha perdido su capacidad de funcionamiento.
Pero centrémonos ahora en esta campaña electoral. El votante de izquierdas esta vez tiene razones objetivas para ir a votar sabiendo que su voto tendrá gran utilidad política. No es que la izquierda lo haya hecho especialmente bien en esta campaña, es que Feijóo ha sido quien se ha encargado de hundir al PP gallego. Feijóo iba a Galicia a apoyar a un débil y soso Rueda pero esa ayuda ha acabado por ser una soga echada a su cuello. Creo que la izquierda gallega tendrá que darle las gracias a Puigdemont: su aviso de contar las negociaciones con el PP obligó a Feijóo a hacer unas declaraciones de “control de daños” que han acabado por hundir la campaña de Rueda en Galicia.
Rueda ha realizado una campaña “Memento Morí”, digámoslo así. Exhumando del pasado recursos propagandísticos que únicamente funcionan ya en los territorios con mayor atraso de cultura política en Europa. Tal y como demuestra en el periódico El Salto el periodista Javier H. Rodríguez:
@JavierHRguez: la campaña electoral del PP en Galicia nos lleva en el túnel del tiempo al viejo populismo de Don Manuel: comida gratis para todo el mundo con callos de la mejor calidad y música de gasolinera de Juan Pardo. Rueda con su inteligencia paralizada por el miedo a una segura derrota quiere que el tiempo se detenga y en un impotente intento por repetir la ya oxidada fórmula de pasados éxitos electorales exhuma el espíritu mortuorio de Manuel Fraga, el ministro de Franco que firmó las últimas sentencias a muerte de la dictadura.
Se el primero en comentar