“Power Up”, el rock según AC/DC

Por Antonio Mautor

Lo siento, no puedo ser imparcial con esta crítica. Sí, lo sé, un crítico musical tiene que desvestir sus emociones al escuchar un álbum, y analizarlo con perspectiva, con lejanía, para poder ver sus defectos y virtudes de la manera más objetiva posible; con AC/DC me es imposible hacer esto.

Los australianos son parte de mi vida, mi familia musical, los tipos que han estado ahí cuando me sentía mal y no encontraba una fácil salida, en definitiva la banda sonora de mi día a día. Eso no quita para que os pueda hablar de “Power Up”, las sensaciones que me ha deparado escucharlo, y donde se sitúa en mi ranking particular de su discografía.

Recapitulemos. Hemos tenido que esperar 6 años para un nuevo disco de AC/DC, desde su “Rock Or Bust”, la banda tuvo que experimentar un abrupto cambio de vocalista, encarnado en la figura de Axl Rose, que provocó un cisma en el mundo rockeril del que todavía no se ha repuesto. Todos sabéis por qué fue. Brian Johnson sufrió una grave dolencia en sus oídos que le impedía poder actuar en directo, y que estuvo a punto de dejarlo sordo. Las especulaciones sobre cómo sería este nuevo trabajo, no se hicieron esperar. Con Phil Rudd metido en problemas legales, Johnson intentando recuperar su audición, la muerte de Malcolm Young de la que nunca se recuperará la banda y la marcha de Cliff Williams, todo hacía pensar que sería muy difícil volver a tener un nuevo disco de AC/DC.

La recuperación milagrosa de Johnson empezó a encauzar el río lleno de aguas turbulentas, Rudd volvió al redil y todas las piezas encajaron de nuevo. Se rumoreó también que el disco tendría riffs creados íntegramente por Malcolm Young, finalmente no ha pasado, aunque algunos de los que nos ha presentado Angus, qué duda cabe, pasaría por la prueba de calidad de su hermano mayor. Con Stevie a las seis cuerdas reemplazando a su tío y el regreso de Williams, la maquinaria más grande del mundo del rock volvía a echar a andar.

“Power Up” es un gran disco. Puro AC/DC. Con esto ya me bastaría para acabar la crítica, pero lo vamos a desmenuzar algo más. Es un álbum superior a “Rock Or Bust”, muy en la línea de lo publicado en los últimos años por ellos. No es una obra maestra, pero es un disco que ya nadie esperaba, y que nos recuerda que en lo suyo, son sencillamente los más grandes. Son AC/DC, lo tomas o lo dejas. Si te gustan, disfrutarás como un enano de los temas que componen este nuevo mensaje rockero al mundo, si no te agradan, pues a otra cosa.

Es un álbum muy melódico, guarda la esencia áspera de la que siempre hacen gala en sus trabajos, pero en general las canciones que lo compone te entran a la primera y te dejan con ganas de más. Una producción perfecta, para machacarte los oídos con una apertura made in AC/DC. Comenzar con “Realize” es la señal perfecta de su regreso. Un Johnson genial, nos arrebata el corazón con un tema que será parte de su repertorio, si es que alguna vez vuelven de nuevo a los escenarios. Pura crema.

La línea melódica la mantienen con “Rejection”, coros de apoyo, estribillo pegadizo, y riff meloso, para seguir con la fiesta australiana. Todo este jolgorio desemboca en uno de los mejores temas del álbum, “Shot In The Dark”, el primer sencillo del álbum y un pelotazo de órdago. Poco más que añadir.

Para mi gusto los mejores temas del disco son los dos siguientes: “Through The Mists Of Time”, con una melodía juguetona y con mucho boogie, y la salvaje “Kick You When You’re Down”, donde Phil Rudd se sale con su caja de ritmos. Dos canciones para guardarlas y quedártelas para siempre.

“Witch’s Spell” es el corte más crudo del álbum. Johnson canta desde sus entrañas, mientras Angus. Puro rock, pura pasión, puro buen rollo.

Temas como “Demons Fire”, “Wild Reputation”, “No Man’s Land” y System Down”, son cortes secundarios que, sin ser malos, no aportan nada especial a lo que estamos escuchando en “Power Up”, un rico relleno y poco más.

Con “Money Shot” y sobre todo con “Code Red” remontan de nuevo, para dejarte un gran sabor de boca final. Todo acaba como empieza, una oda infinita al rock and roll.

Un álbum que puede servir de homenaje, y de hecho así es, a la figura de Malcolm Young, y también, cómo no, a la de Bon Scott. Y aún más, es un homenaje a todos los que nos gusta el rock, AC/DC, y el buen rollo. AC/DC representan las ganas de vivir, rockear y pasártelo bien, y  en estos tiempos que corren no puede existir un regalo mejor que un nuevo disco de ellos.

1 Comment

  1. Comparto plenamente tu crítica. Al igual que tú, no puedo ser imparcial con ellos; nos han regalado con este disco más de lo mismo, lo que siempre nos han dado; algo que deseábamos todos sus fans, algo que hace apenas un año no esperábamos, y que agradecemos en este año tan jodido. Larga vida a Bon, larga vida a Malcolm, larga vida a ACDC, larga vida al rock.

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