‘Potiki’, de Patricia Grace: Resistencia, lenguaje y tierra en la narrativa maorí contemporánea

Patricia Grace. Foto de Robert Cross, 1985.

El título ‘Potiki’ significa en lengua maorí ‘el más pequeño’, y hace referencia a Toko, un niño con discapacidad física, pero dotado de una sensibilidad espiritual excepcional.

Por Isabel Ginés | 20/05/2025

Potiki es más que una novela: es una reivindicación. Un texto escrito con el corazón de una cultura herida, que habla desde las profundidades de la tierra, del mar y de la memoria. Patricia Grace, escritora maorí neozelandesa, despliega en este libro su sensibilidad narrativa para denunciar sin aspavientos el despojo colonial, la violencia simbólica y el intento de borrado cultural que ha afectado a su pueblo durante generaciones. Y lo hace desde dentro, con una mirada íntima, comunitaria y profundamente espiritual.

La novela narra la historia de una pequeña comunidad maorí costera que se ve amenazada por una empresa que desea construir un complejo turístico en su territorio ancestral. A través de las voces de Roimata, Hemi y Toko, miembros de una misma familia, vamos conociendo la resistencia de esta comunidad, su historia colectiva y los conflictos que surgen cuando el desarrollo económico se impone a la espiritualidad y al vínculo profundo con la tierra.

La estructura narrativa es particular y profundamente simbólica: no es lineal, sino espiral. Como en los discursos rituales del whaikōrero, Patricia Grace organiza el relato como un tejido donde los tiempos se cruzan, los personajes hablan desde diferentes planos (incluso desde la muerte), y los hechos se repiten con variantes, como si la historia fuese un cuerpo vivo, en evolución constante. No hay un narrador omnisciente tradicional: las voces son múltiples y comunitarias, como lo es también la identidad en la cosmovisión maorí.

Toko, el ‘potiki’ y la figura del profeta

El título Potiki significa en lengua maorí ‘el más pequeño’ o ‘el último hijo’, y hace referencia a Toko, un niño con discapacidad física, pero dotado de una sensibilidad espiritual excepcional. Nacido de una madre con discapacidad intelectual y un padre desconocido, es adoptado por sus tíos Hemi y Roimata. Toko es a la vez un símbolo y una voz profética. Tiene visiones del futuro, percibe con claridad los peligros que acechan a su comunidad y finalmente se sacrifica en un acto que recuerda al de los héroes míticos, como Māui, o incluso al de figuras religiosas como Jesús.

Toko es narrador desde el más allá: su voz reaparece al final desde el nuevo marae (casa de reunión sagrada), lo que sugiere una forma cíclica del tiempo, donde la muerte no interrumpe la continuidad, sino que la transforma. Es, en cierto modo, la encarnación del mana (fuerza espiritual) de su comunidad.

Temas centrales

La tierra como origen, no como propiedad: En Potiki, la tierra no se compra ni se vende: se cuida, se hereda, se honra. Los intentos de los promotores blancos por adquirirla son vistos como una agresión directa al alma del pueblo. La tierra contiene los restos de los ancestros, las historias, las prácticas cotidianas, el idioma. Es un cuerpo extendido, sagrado, no un recurso económico.

Resistencia frente al despojo colonial: La comunidad no se rinde ni se violenta. Resiste desde la lengua, desde el recuerdo, desde la colectividad. En esta lucha, Patricia Grace evita el maniqueísmo fácil: no hay héroes épicos ni villanos caricaturescos, sino una denuncia sostenida, profunda, que confronta la lógica del progreso con la sabiduría de una cultura viva.

El poder de la oralidad y la narración colectiva: El relato avanza mediante voces entrelazadas, que se corrigen, completan o contradicen entre sí. Como en las genealogías orales o los cantos rituales, no hay una verdad única, sino un entretejido de experiencias que construyen sentido. La repetición, lejos de ser un defecto, es una técnica deliberada, que dota de ritmo y solemnidad al relato.

La espiritualidad maorí Toko, el mar, el marae, los símbolos naturales: todo está imbuido de espiritualidad. Lo invisible no es menos real. En este mundo narrativo, los sueños, las visiones y los ancestros están presentes, dialogan con los vivos y orientan sus pasos. La religión cristiana aparece de manera tangencial y con cierta crítica, especialmente cuando se entremezcla con simbolismos que no terminan de encajar del todo, como la analogía con la figura de Jesús, que algunos lectores consideran forzada.

Pérdida y reconstrucción: La comunidad pierde su marae, símbolo central de su vida espiritual, cuando es quemado por los promotores tras la negativa del pueblo a ceder sus tierras. Pero el final no es derrota: tras el sacrificio de Toko, la comunidad reconstruye, se reorganiza, vuelve a plantar sus raíces. La muerte, en Potiki, es parte del ciclo, no su fin.

Estilo y lenguaje

El lenguaje de Patricia Grace es denso pero poético. Las descripciones del paisaje, el mar, los actos cotidianos, están cargadas de belleza silenciosa. El ritmo lento puede exigir paciencia, pero premia con una profundidad emocional y cultural rara vez vista en la literatura contemporánea.

Grace no ofrece un glosario de términos en te reo maorí. Esto no es una omisión, sino una declaración política: la lengua indígena no debe ser tratada como ajena en su propio país. El lector es invitado a entrar con humildad, a aprender desde la escucha y no desde la comodidad.

Términos clave

Marae: espacio ceremonial comunitario maorí. Es el corazón espiritual y social de la comunidad.

Te reo maorí: idioma maorí, eje de identidad cultural. • Potiki: el más joven, el último nacido. Símbolo de esperanza y futuro.

Mana: poder espiritual, fuerza vital y autoridad derivada del linaje y la conexión con los ancestros.

Whaikōrero: discurso formal maorí, con estructura ritual: bienvenida, relato, despedida.

Aotearoa: nombre maorí de Nueva Zelanda. Significa “la tierra de la larga nube blanca”.

¿Quién es Patricia Grace?

Patricia Frances Grace (nacida en 1937) es una de las autoras más importantes de la literatura neozelandesa y una de las primeras mujeres maoríes en publicar ficción. Su obra se centra en la vida cotidiana del pueblo maorí, en su relación con la tierra, en la oralidad, en el trauma colonial y en el poder de la cultura como forma de resistencia.

De ascendencia mixta (padre maorí y madre de origen irlandés), Grace ha sabido combinar el relato literario con el testimonio colectivo. Ha escrito cuentos, novelas, libros infantiles y autobiográficos. Su primer libro, Waiariki (1975), fue un hito. Potiki (1986), su obra más conocida, fue escrita en parte gracias a una beca de escritura y recibió el New Zealand Book Award for Fiction.

Grace fue una figura central del llamado ‘Renacimiento maorí’, un movimiento cultural, artístico y político que revindicó las raíces y el idioma maorí tras décadas de represión. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios, incluidos el Kiriyama Prize, el Neustadt International Prize for Literature y la Orden al Mérito de Nueva Zelanda.

Potiki es una obra literaria y cultural esencial. No sólo por la calidad de su prosa o la potencia simbólica de sus personajes, sino porque es una ventana a un mundo narrativo y ético distinto. Patricia Grace nos invita a pensar con otros ritmos, otras lenguas, otras memorias. Nos recuerda que la literatura no es sólo lo que se publica en los centros imperiales, sino también lo que brota desde los márgenes: desde la tierra que ha sido herida y que, sin embargo, sigue hablando.

Una novela difícil, sí. Pero profundamente necesaria. Una obra que enseña sin explicar, que emociona sin manipular, y que permanece mucho tiempo después de cerrar la última página. Una llamada a escuchar a quienes han sido silenciados. Y también, un homenaje a quienes resisten desde la palabra.

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