¿Por qué Pakistán es el único país del mundo que no reconoce a Armenia como Estado?

Armenia lleva siendo un Estado independiente y reconocido internacionalmente desde 1991, tras la desintegración de la Unión Soviética y la separación de sus 15 repúblicas.

Por Paula Laguna / El Orden Mundial

Armenia lleva siendo un Estado independiente y reconocido internacionalmente desde 1991, tras la desintegración de la Unión Soviética y la separación de sus 15 repúblicas. Desde entonces se ha ido construyendo como nación soberana, liberalizando su economía y orientándose hacia Europa como parte de la desvinculación del yugo soviético. Actualmente sin duda forma parte activa de la comunidad internacional, siendo además miembro de varias organizaciones como el Consejo de Europa, la Organización Mundial del Comercio o la ONU.

Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo en cuanto a su condición de Estado. Hay un Estado en el mundo que rechaza el reconocimiento de Armenia, Pakistán. ¿Por qué? ¿Qué motiva que un país tan distante de Armenia como Pakistán no quiera reconocer a ese país como Estado?

El reconocimiento de un Estado es el acto por el cual uno o más países acreditan la existencia de un territorio dotado de población, fronteras definidas, y Gobierno independiente y soberano. Los Estados que expresan su reconocimiento hacia otro pasan a considerarlo parte de la comunidad internacional. Aunque el reconocimiento de un determinado Estado por sí solo no sirve para determinar la existencia de otro, a mayor número de países que den su reconocimiento, más se afianza la condición de ese país como Estado independiente y más se refuerza su entidad jurídica. Es decisión de cada país considerar al resto como Estados independientes o no, y es necesario que ambos den ese paso para que dos Estados puedan mantener relaciones oficiales entre ellos.

Así, el reconocer o no un Estado muchas veces se utiliza como herramienta política ante malas relaciones o enfrentamientos entre países. Podría parecer que esta es la causa que motiva el no reconocimiento de Armenia por parte de Pakistán, pero paradójicamente no existe ningún conflicto directo entre ellos, cuyas dos capitales están separadas por más 2.600 kilómetros. Sin embargo, sí que han ido sucediendo acontecimientos que, por cuestiones de apoyos entre uno y otro a terceros Estados, han provocado hostilidad indirecta entre ambos y consecuentemente que Pakistán llegue a no reconocer el Estado de Armenia.

Debido a las buenas relaciones que Pakistán mantiene con los grandes enemigos de Armenia, sus vecinas Turquía y Azerbaiyán, el país siempre ha compartido la postura turca de negar el genocidio armenio durante la Primera Guerra Mundial, y con la postura azerí considerando la masacre de Jóyali como un genocidio, dos motivos para alejar a Islamabad de Ereván.

Pero el punto de disensión más grave gira en torno al conflicto de Nagorno Karabaj, en el que Pakistán se posiciona a favor de Azerbaiyán, su socio estratégico y enfrentado con Armenia por el control de la región. Además Pakistán, que siempre ha mantenido buenas relaciones con Azerbaiyán —siendo el segundo país en reconocerlo después de Turquía, tras su independencia en 1991—, es también apoyado por sus socios azeríes en el conflicto que mantiene contra la India por Cachemira.

Armenia, por su parte y ante el evidente posicionamiento que Pakistán toma en favor de su enemigo Azerbaiyán, ha respondido posicionándose en favor de la India, archienemigo de Pakistán. Ambos países mantienen así una disputa por los apoyos que dan a sus respectivos aliados que recrudece las posibles relaciones entre los dos países.

Es debido a estas posturas enfrentadas e irreconciliables por lo que Pakistán no reconoce a Armenia, a pesar que a la inversa Pakistán sí sea reconocido por Armenia. Esto supone el impedimento de relaciones oficiales a nivel comercial y político entre ambos países. También dificulta que los ciudadanos del Estado no reconocido puedan al Estado que no los reconoce, ya que este no reconoce ningún pasaporte que provenga de dicho país.

El reconocimiento limitado de Estados es una práctica común ante enfrentamientos territoriales o políticos entre países. Otro ejemplo de ello es lo que ocurre con la República de Chipre, Estado miembro de la UE que Turquía es el único país que no reconoce —en favor de la República Turca de Chipre del Norte, declarado unilateralmente independiente en 1983 y que solo es reconocido a su vez por Turquía— tras el conflicto turco-chipriota. También ocurre con Kosovo, Estado declarado independiente en 2008 que todavía no ha sido reconocido por Serbia —país del que se escindió— ni de aliados de Serbia como Rusia. O con Palestina, caso más sonado, que Israel no reconoce como Estado a pesar de que ya 137 Estados miembros de la ONU sí lo hagan.

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