POETAS DEL MUNDO: UNÍOS

Por José Antonio Martín Acosta

 

Poetas del mundo

Uníos

Que el mundo se ha vuelto loco

De pura locura mortal

Ya nadie lee versos

Nadie se enfunda en el cuello del otro

Para soportar el mundo

Nadie desafía a la autoridad desde el ocaso

De una metáfora

Armados hasta los dientes

Hasta el corazón armados

Somos el vacío que se le acabó al mundo

La inspiración que se perdió

En medio de una batalla

La fealdad sobrevenida

El alma asfixiada entre cuatro paredes

Necesitamos algo más

Una muerte en cada segundo quizá

Un silencio más largo quizá

Una nana en nuestro féretro

Una elegía cada mañana

Antes de tirar la piedra

Para recuperar la esperanza

Desde las oficinas de los grandes centros de negocios

Se domina la perspectiva del victorioso

Y mientras

Abajo

Pasa el pueblo de puntillas

Erosionando calendarios

Con su sobrante de espíritu

Barriendo las avenidas

Poetas del mundo

Uníos

Que el silencio no se pliegue como un compás

Que no sirva la miseria para escribir sonetos

Que no sirva la injusticia para edificar altares

Que sirvan vuestras manos

Manos de mujer victoriosa

Manos de hombre cautivo

Manos de ternura

Manos cansadas de trabajar

Esas manos que unidas pueden hacer

Desaparecer al sol

Envolver la maldad en sus propias tinieblas

Abanderar la victoria última

Que es la victoria por la que escribimos

Me sumerjo hermana

En tu labor a la sombra del laúd

A la sombra de noches solitarias

A la sombra de la luna

Y entiendo tu mensaje

Comprendo tu impaciencia

Me crezco con tu llanto

Y a veces devoro mi soberbia

Porque eres hermano hermana

Cavidad de cautela

Suelo desprendido

Puente fogoso bajo las balas

Y quiero

Deseo

Necesito de tu presencia

De tu cobijo sustantivado

De tu transparencia cognitiva

Porque esas son nuestras armas

Debates fieros entre comillas

Catervas de adulterios sintácticos

Obscenidades ridículas de adjetivos

Llenas del juicio de los justos

Del ardor de los guerreros del verso

Del amor solidario

Que es el amor más hermoso de la creación

Porque allá donde sufra un hermano

Donde se apodere de la normalidad una injusticia

Donde pocos lo tengan todo

Y muchos no tengan nada

Allá donde se desenvuelva la amarga resistencia de la vida

Bajo la bota de un dictador

Bajo el dominio de la sinrazón

Allá donde las súplicas sean de seda

Bajo el color del sable o de la oblea

Allá donde se pierda toda esperanza

Donde se vea el mar tan lejano

Como imposible

Allí estaremos los poetas

Para salvar al mundo una vez más

Y las veces que haga falta

Porque somos el esplendor del que careces

La misma amargura que silencias

El despojo de lo poco que tenemos

La paciencia hervida a fuego lento

Somos vuestra mano

La bandera del mundo

Sostenida por un ángel del destino

Somos vuestro verbo cuando no podéis decir nada

La palabra que nunca se humilla

La esperanza dando un salto

La energía del sol contenida en un hexámetro

Y aquí nos tenéis impacientes

Para recibir el recado de vuestra cordura

El espejo roto de todos vuestros lamentos

El mismo suicidio que obliga la muerte

La pasión de un golpe derretido

Aquí os esperamos hermanas

Corazón en ristre

Elevando muy alto el puño izquierdo

Miradlo

Vedlo tendido al lado de vuestro grito

Utilizadlo

Plegadlo en vuestro pecho

Y echad al mar

Junto a nosotros

—junto al latido mío—

Vuestro latido nuestro

Allí responderemos

Como poetas que somos

Con los ojos vidriosos de un niño

Mirada larga

Cabellera al viento

Y un golpe de justicia infinito.

 

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