-Domesticados animales salvajes,
payasos profesionales danzando,
multicolor capa de barniz
aplicada entre muecas, cabriolas
y dolorosas volteretas.
Vuelo audaz de mujeres y hombres
vestidos con fingida gravedad.
Tertulios y esperpento
cogidos de la mano y haciendo piruetas
con la punta de la lengua –
La pantalla, como espejo opaco,
tiene en el epicentro de la imagen
un rostro maquillado, conocido,
aparentemente singular y bello.
Las caretas de carnaval destacan
sobre el ingenio.
Perfilan las ojeras hacia dentro.
Refulgen al alba por efecto
de una plasta grasienta, aplicada
con el profesional enfoque
de una mirada sin texto.
Las máscaras de carnaval ocultan
el aristotélico argumento
de un poético cante jondo.
Las caretas esconden la intención
de ir a por todo lo que se pone a tiro
o lo que, como un tiro,
escupen al otro al oído.
Espectáculo Ibérico Máximo:
cortijo de taxidermia nacional,
alcantarillas desde lo alto,
grandes almacenes llenos de ratas,
cabras de campanario,
cuernos encendidos en el fuego,
cámaras de orientada vigilancia,
tipos de cervantino capote
y pelea de gallos, pistoleros
de corbata y sombrero
con el ideario ceñido a la cartuchera
o en su digital diario,
cazadores de caldereta que
visitan iglesias. Gentes de estética
y título universitario algunos,
otros, con el seso licenciado.
Se el primero en comentar