Píos deseos al empezar el año

Por Manuel Tirado

Dejar de fumar, hacer más deporte, perder unos cuantos kilos de peso, cambiar nuestra alimentación, cuidar más la salud, tratar de no enfadarme a la primera de turno, ser más comprensivo con los que me rodean, tener menos mal genio… Son muchas de las cosas que apuntamos en una lista imaginaria cada vez que se avecina un nuevo año.

Supongo que los políticos también harán su particular lista de “píos deseos para empezar el año” (parafraseando el título de un excelente poema de Jaime Gil de Biedma), pero como a todo mortal, con el paso de los meses y la rutina, también se les van olvidando esos buenos deseos hechos al fragor de la moralina que nos invade en estos últimos días del año. Pero, resulta esperanzador o quizá todavía albergamos la ilusión, de que estos buenos deseos que nuestros dirigentes se hacen al entrar un nuevo año, vayan a hacerse realidad. Soñar no cuesta un duro.

De esta forma, en estos días, me imagino a Pablo Iglesias y a Iñigo Errejón haciendo su peculiar lista de deseos y buenas intenciones. Prometiéndose a ellos mismos que dejarán sus diferencias y que únicamente mirarán por el interés del partido y que, independientemente de la idea de uno y otro, siempre respetarán la opción más votada por la bases y no se despellejarán luego, con la ayuda de su soldadesca de turno, a través de las redes sociales y de las columnas de opinión de los distintos diarios.

También me imagino a Susana Díaz apuntando en su libreta de buenos deseos su intención de hacer primarias en el PSOE y no asaltar el poder con un simple “golpe de aparato”. A Pedro Sánchez también lo imagino apuntando en su lista que lo que ahora está haciendo de recorrer España y escuchar a la militancia, para la próxima, lo hará desde el principio y no una vez que le hayan dado la patada en sus socialistas posaderas. De igual modo que Antonio Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, apunte también en su libreta de deseos para año nuevo el “NO es NO”, y que lo copie muchas veces, para que no se le olvide tan a menudo.

Lo de imaginarme a los políticos del PP haciendo listas de buenos deseos para el próximo año y que traten de mejorar la vida de la gente, ya me cuesta más trabajo imaginarlo, todo hay que decirlo. Más si cabe cuando han tenido cuatro años con una mayoría absoluta para llevar a cabo todos esos “píos deseos”, todos esos sueños que anunciaban en campaña electoral y que después no cumplieron. No veo yo a Rajoy apuntando cosas en la lista. Pero, lo dicho, soñar no cuesta un duro.

Por último, y aunque quede mucho para el próximo discurso de Navidad, también me gustaría imaginar a Felipe VI apuntando en su libreta de deseos el cambio de discurso con respecto a la recuperación de la memoria histórica en nuestro país y dejar de llamar “agitar viejos rencores y abrir heridas cerradas” a tratar de encontrar a esas miles de personas que hay enterradas en las cunetas de este país, cuyo único “delito” fue luchar por la libertad y por defender un gobierno elegido libremente por el pueblo. Yo sé, Don Felipe, que ese gobierno republicano y laico, al que muchos aspiramos, no le gusta demasiado a su regia majestad, pero no está bien que en la televisión de todos los españoles suelte usted semejante barbaridad. Apúnteselo usted bien y no olvide este deseo para el próximo año. Así quizá le suban las audiencias.

En definitiva, sé perfectamente que los buenos deseos para comenzar el año se quedan sólo en eso, en deseos. Aunque, como dijo Gil de Biedma en ese poema que hoy sirve de título a mi columna, “el placer del pensamiento abstracto es lo mismo que todos los placeres: reino de juventud”. Pero será que como uno ya dejó de ser joven y aunque le guste soñar, sabe perfectamente que la realidad siempre pugna con el deseo, y generalmente la primera siempre gana la batalla.

No obstante. FELIZ AÑO.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.