Pfizer, el gigante farmacéutico que pudo reducir el riesgo de padecer alzhéimer en un 64 %, pero salía muy caro

Javier F. Ferrero 

Según una información de The Washington Post basada en documentos internos de la compañía, un equipo de investigadores de Pfizer descubrió en 2015 que uno de los fármacos superventas de la compañía, el Enbrel, un potente antinflamatorio para tratar la artritis reumatoide, podía reducir el riesgo de padecer alzhéimer en un 64%.

Se trata de uno de los mayores ejemplos de falta de ética de la historia de las farmacéuticas. Las multinacionales de la salud han sido blanco frecuente de críticas por ocultar los efectos negativos de sus productos, pero esto es algo más. Un efecto positivo de tal magnitud, un descubrimiento de este calado, debería haber sido hecho público para que otros científicos pudiesen investigar.

Verificar los efectos del medicamento, que serían un avance revolucionario, habría requerido un costoso ensayo clínico, por lo que, tras un largo debate interno, el gigante farmacéutico decidió no proseguir con la investigación y no hacer públicos los resultados. Expertos del departamento de enfermedades inflamatorias e inmunología, pidieron a Pfizer llevar a cabo un ensayo clínico con miles de pacientes y un coste estimado de 80 millones de dólares (71,2 millones de euros). “El Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y ralentizar la progresión del alzhéimer”, decía el documento de PowerPoint, según The Washington Post,

La multinacional se defiende diciendo que la decisión de no continuar investigando fue exclusivamente científica y que consideraron que publicar un resumen de sus hallazgos estadísticos no habría cumplido con sus «rigurosos estándares científicos”.

La compañía anunció en enero de 2018 el cierre de su división neurológica. Aquella misma semana, se conoció el fracaso de dos fármacos experimentales desarrollados por otras compañías para el tratamiento de Alzheimer. Pfizer siguió guardando silencio.

Más de 400 ensayos clínicos han fracasado desde que el último fármaco para el alzhéimer, que solo trata los síntomas y de manera temporal, fuera aprobado hace más de 10 años.

 

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