La izquierda debe hacer autocrítica: divididas nos vencen, unidas tenemos más opciones. Debe hacer una autocrítica sabiendo que hay que trabajar mucho en el relato, y no solo en la gestión y en el dato.
Por Isabel Ginés y Carlos Gonga
Luchamos y ganamos, hemos dividido y hemos perdido. Obviamos el axioma de que la unión hace la fuerza y la izquierda sin unión perdió. Se vienen tiempos oscuros donde acaban los avances y el progreso, todo cambia de tercio y se oscurece con un PP radicalizado. Hay rabia y desolación pero nuestra lucha proviene de nuestros ancestros, de cuatro décadas de dictadura fascista en que no dejamos de luchar, por eso seguiremos luchando sin dar un solo paso atrás, unidas y unidos, reflexionando y buscando soluciones. No importan sus faltas de respeto ni que cualquier tema les resulte un pretexto viable para mencionar a ETA, para mentir y distorsionar la verdad, debemos ser contundentes tanto en la unión como en el mensaje.
La derecha ganó la batalla cultural y mediática gracias a su altavoz en los medios de comunicación y a tertulianos de confianza, a saber manejar las redes y a tener portavoces que conectan con todas las edades, a saber moldear la realidad. La izquierda ha gestionado bien y ha trabajado en mejoras para todas y todos pero le ha faltado la pasión y conectar. La buena gestión mejora vidas y la pasión da a conocer esos hechos y llena a las personas: se debe gestionar bien, mostrar avances; pero también contarlo bien, decir qué se hace, por qué y para qué se hace, adaptar el relato y trabajarlo con tenacidad porque de él depende el conectar con la gente.
¿Somos capaces de dejar de buscar culpables? Dejemos los comentarios de que si “Yolanda divide” o que la derecha tal o cual, debemos ser mejores que eso, más conscientes de nuestros errores y mejorar. ¡Dejemos de buscar siempre fuera los errores internos! El mayor error es no buscar un marco común que nos una, que no divida a las izquierdas. Y la solución no es más partidos y fuerzas separadas, es ir juntas y juntos a por el objetivo de la victoria.
Debemos tener siempre presente que el relato mata al dato. Lo hemos comprobado, no basta con tener muchos datos ni con hacer una buena gestión, es necesario además saber comunicarlo con pasión y saber conectar. De nada sirven datos positivos o llevar a cabo una gestión encomiable si no se relata para ganar el relato.
La situación actual supone una paralización de años de avances sociales y una debacle de Podemos e Izquierda Unida, que en Castelló y en Valencia desaparecen del Gobierno local. Jamás se había visto esto desde que entraron a disputar.
Tenemos que tener ya bien claro que este es el PP más radical con el que nos hemos encontrado. Es un PP que va a gobernar con VOX, que va a tener a VOX como aliado, y no solo eso sino que en Valencia va a gobernar con un VOX cuyo líder, Carlos Flores, es un xenófobo condenado por violencia de género. En Castelló también gobernará con un VOX que quiere derrocar todo lo que se ha hecho hasta ahora por el Gobierno del Botànic: aumentar la transparencia en la gestión pública, los espacios de participación ciudadana, incrementar los presupuestos y mejorar infraestructuras de la sanidad pública, mejorar la cobertura de servicios sociales y la atención a familias en riesgo de exclusión, medidas para una educación pública de calidad como libros de texto gratuitos o atención a la diversidad e inclusión educativa, políticas de protección medioambiental como la Ley del Cambio Climático, entre muchos otros avances sociales. Y no solo dicen que quieren destruir esto, es que lo hacen sin ningún tipo de reparo.
La izquierda tiene muchos datos pero debe demostrarlo comunicando y ha demostrado poca capacidad para comunicarlos bien. No basta con dos o tres políticos que sepan hacerlo en su campo, sea Vivienda o Memoria: hay que confluir, de forma que un buen relato de la izquierda sea la norma porque a la gente le importa que le hagas sentirse parte de algo. La gente quiere entender lo que estás haciendo, no vivir en la burbuja mediática de Twitter o de la gente que piensa como tú sino saber qué están pensando las demás personas. Y tú debes saber cómo trabajar para ganarte a esas personas, tanto las que ya son de izquierdas como a las indefensas o a quienes podrían ser de izquierdas.
Cuando decimos que a la izquierda le ha faltado pasión nos referimos a que, en general, no ha sabido comunicar de manera efectiva la inmensa gestión que ha llevado a cabo. Muchas veces se gestiona estupendamente o se tiene un gran programa electoral pero para la gente no es suficiente, mucha gente busca más que se conecte con ella. Podemos mencionar algunos ejemplos de políticos que sí han sabido comunicar bien sus pasos durante toda esta legislatura, sus pretensiones y sus motivaciones: Joan Ribó, de Compromís, uno de los mejores alcaldes que hemos tenido en Valencia; David García como alcalde de Nules, del partido Centrats en Nules (CeN), o Borja Sanjuán, cuarto teniente de alcalde del Ajuntament de València, del PSOE.
Otros ejemplos de relatos eficientes han sido el de Verònica Ruiz como concejala de Cultura, Feminismos, LGTBI y Memoria Democrática del Ajuntament de Castelló, de Compromís; el de Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía, o el de Rosa Pérez Garijo como consellera de Transparència, Participació, Cooperació i Qualitat Democràtica en la Generalitat Valenciana, de Esquerra Unida, que dignificó la memoria democrática y le dio su lugar en el País Valencià. Lograr una buena conexión es necesario en la política, se han enfocado en hacer un buen trabajo y en tener además un buen relato. No obstante, en algunos de estos casos el relato de la derecha se ha abierto mayor camino degradando el suyo.
Las preguntas que nos hacemos son: ¿Qué va a pasar con el trabajo en memoria histórica, se va a seguir menospreciando como en años pasados? ¿Qué pasa con el presupuesto dedicado a la memoria histórica? ¿Tocará luchar el doble por todos los avances sociales? ¿Qué pasará con nuestra lengua, con la cultura del País Valencià? ¿Y con esas políticas por las que tanto se ha luchado sobre la igualdad? El Puerto, L’Albufera, El Cabanyal: hay tantos frentes abiertos que pueden ser sencillamente abatidos por un PP radicalizado, ya que tiene que pactar con VOX, que es una gran preocupación.
Lo que quiere a toda costa el PP es gobernar y se aliará a quienes le sea posible con tal de poder hacerlo. Al PP no le importa que el líder de VOX en Valencia sea un condenado por violencia machista, lo hará sin miramientos porque es la única vía que tiene para conseguir su objetivo y lo que hará entonces VOX es exigir beneficios a cambio de su favor. No solo puede cargarse VOX todo lo que hizo el Botànic II sino que puede hacer en Valencia lo que está haciendo ahora mismo y lleva un año haciendo en Castilla y León: cuestionar la violencia de género, la memoria histórica, las políticas de igualdad, la mediación social y sindical o las políticas medioambientales. Es terrible.
La izquierda tiene que hacer una autocrítica y no empezar a culpar a los demás, debe mirar en su casa antes de examinar al resto. Si mucha gente joven no sabe quién es Txapote y gritan “¡Que te vote Txapote!” ahí hay un problema grave. Si todos los caminos conducen a ETA y la derecha ha comprado ese relato ahí está el problema. Y si cada vez que se dice que hay un condenado por violencia machista se sigue sacando a Oltra, cuando ella no sabía nada y se le ha hecho una cacería, ahí está el problema. El problema está en que la derecha vende muy bien el relato.
Cuando muchos del PP dijeron que el PSOE compraba votos, el PSOE tendría que haber respondido con estadísticas diciendo que quien más votos ha comprado en toda esta democracia ha sido el PP; y el PSOE tendría que haber dicho que muchos del PP y de VOX son herederos del fascismo que llevó a España a un genocidio. Hay quienes todavía piensan que escondiendo la cabeza debajo del ala, limitándose a decir que “eso no es así”, merman el impacto de una crítica; pero las críticas destructivas no se aplacan haciendo caso omiso, ni siquiera con datos que las rebatan, se amortiguan con críticas severas y certeras, con un buen relato que cale en la gente.
La izquierda debe hacer autocrítica: divididas nos vencen, unidas tenemos más opciones. Debe hacer una autocrítica sabiendo que hay que trabajar mucho en el relato, y no solo en la gestión y en el dato. Ahora, como nunca antes, hay que manifestarse contra todo lo que no veamos justo. No solo vale el 15M, que ya pasó hace mucho tiempo: hay que hacer manifestaciones y huelgas cada vez que tomen una medida que vaya en contra del pueblo valenciano, movilizaciones en las calles cada vez que una medida o una gestión no sea para mejorar la vida de valencianas y valencianos, de toda la gente del País Valencià, de la de Castilla y León, la de Aragón, la de Cantabria, la de Baleares o la de Extremadura. Si una medida va en contra de nuestros derechos, si es para arrebatar derechos, nos manifestamos y tomamos las calles. Si se deja la memoria histórica sin presupuesto o se menosprecia tomamos las calles. Si menosprecian nuestra lengua y la dejan de segunda salimos a las calles. Y es hora no solo de declararnos antifascistas, rojas y rojos sino de demostrar que hemos hecho una autocrítica, que estamos mejorando de cara a las elecciones generales y de cara a que los próximos 4 años cambien el rumbo.
En España se usaba una frase, la de “La corrupción y la paella, como en Valencia en ningún sitio”, en referencia a las 17 tramas de corrupción del PP valenciano. No queremos tener que volver a usarla pero estamos volviendo a los tiempos oscuros. Solo nos queda seguir diciendo “sí, somos rojas, rojos y antifascistas” y añadir que “hemos hecho una autocrítica y tenemos que ir juntas porque divididas nos vencen”. Nos queda, sobre todo, seguir siendo la resistencia fuerte, como lo fue la gente que luchó contra el fascismo y los neonazis en las calles y que tiene que luchar ahora contra ellos en las instituciones.
La izquierda junta puede hacer más, hay que hacer autocrítica y no señalar con el dedo sino mirarnos al espejo, mirar a nuestra gente antes de señalar. Ha ganado el relato de ETA, del “que te vote Txapote”, el de los mensajes mediáticos y las mentiras repetidas. No hemos sabido rebatir muchas mentiras, no hemos sabido combatir y esto ha pasado factura en las urnas. Se necesita una izquierda unida y vamos a luchar en la resistencia, en la oposición. Vamos a ser más fuertes que nunca porque vamos a estar unidas y unidos resistiendo, como ya resistió en tiempos pasados mucha de la gente que camina ahora a nuestro lado. Vienen tiempos oscuros, muy duros pero vamos a resistir, vamos a seguir luchando. Jamás dejaremos de luchar.
Solo yendo unidas y unidos será más fuerte la izquierda y podrá ganar a un PP radical que se vende al mejor postor, que en este caso es el fascismo. No sirven las burbujas mediáticas de Twitter o de quienes piensan como nosotras y nosotros, hay que dar la cara y ver qué piensan las demás personas, elaborar un mejor relato que llegue a ellas. Hay que usar las ganas para comunicar con pasión. Hay que hacer que la gente entienda lo que estás haciendo por ella, que entienda lo que hiciste por ella. Hay que combatir las mentiras, no solo con datos sino también con nuevas críticas que no puedan rebatir. Quien solo se protege no gana un combate, dialéctico en este caso. Hay que usar el corazón, los medios y trabajar muy duro en ello. Hay que ganar el relato para que la izquierda vuelva a brillar y, sobre cualquier cosa, pensar en salir ya a las calles.
Hablamos también por ti, que estás leyendo esto. Todas y todos somos parte beneficiaria de los derechos que el PP y VOX nos van a querer quitar. Saldremos a las calles y las tomaremos cada vez que una medida vaya en contra de nuestros derechos. Ante las medidas que entorpezcan los derechos de cualquier ciudadana o ciudadano debemos salir a las calles. ¿Que una medida perjudica los avances sociales? Salimos a las calles. ¿Que ningunean, menosprecian o tratan de erradicar la lengua valenciana? Salimos a las calles. ¿Que miran el latido del feto? Salimos a las calles. ¿Menos derechos LGTBI? Salimos a las calles. Pero no solo la gente LGTBI, las mujeres, la gente valencianoparlante, migrante o a quienes esa medida afecte directamente: salimos todas y todos a las calles cada vez que algo vaya en contra del progresismo porque la unión no solo debe ser política, debe ser sobre todo social. Unión, reivindicación en las calles y ganar el relato.
Los resultados conseguidos en las urnas han sido una debacle. La izquierda ha perdido muchísimo. Ha sido una desgracia, hay desolación y se vienen tiempos oscuros. Pero hay que unirse para que la izquierda sea fuerte, hacer autocrítica y trabajar para ganar el relato y, sobre todo, unirse para salir a las calles, defender lo nuestro a pie de calle y no dar nunca un solo paso atrás. Lo hemos dicho bien: debemos unirnos para tomar las calles, nada de manifestaciones minoritarias que pasan desapercibidas, hay que confluir perspectivas para ampliar el impacto de la lucha callejera por los derechos civiles, por la memoria, por la igualdad, en contra del fascismo y de su aura de destrucción. Y hay que explicar a la gente joven con mucha paciencia por qué debería hacerlo si tenemos oportunidad, hay que hacerles saber qué se ha conseguido saliendo a las calles para que en determinados momentos las prefieran a las redes. Debemos trabajar para que Twitter o Facebook sean un complemento a la lucha en las calles y no un sustituto. Jamás daremos un paso atrás, seguiremos luchando y trabajando duro por un país igualitario, sin radicalismo y donde quepamos todos; por un país justo, digno y con medidas que beneficien a todas y todos.
No caigáis en culpar a la derecha de la situación diciendo “es que siempre nombran a ETA, claro, tanta ETA y han metido miedo” o “es que las ocupaciones ilegales son muy pocas, la gente no lo sabe y solo meten miedo”. No, desde el punto de vista de la comunicación, que es la base en política, eso es un problema menor: si alguien dice “¡Que te vote Txapote!” y es un joven que no sabe quién es Txapote la izquierda tiene un problema, que no es que la derecha o la ultraderecha hayan metido miedo entre la población que ignora las estadísticas sino que la propia izquierda no ha sabido llegar a esos jóvenes y explicarles quién es Txapote o con qué intención derecha y ultraderecha utilizan ese mensaje. Si la gente tiene miedo a las ocupaciones ilegales, en este caso infundido por el fascismo, la izquierda tiene que pensar cómo ganar el relato en los medios y, además, explicarlo.
Ya hemos visto que no basta con datos ni con estadísticas. Una crítica llamativa o un bulo bien estructurado devoran a la estadística más exhaustiva y sortean una gestión impecable, derecha y ultraderecha han sabido usar bien esos métodos poco lícitos y la izquierda no los ha sabido contrarrestar. Si alguien gana con el relato de ETA tenemos que ver qué fallo ha cometido la izquierda. La autocrítica implica escuchar su relato, revisar sus métodos, mejorar el nuestro y trabajar en una estrategia, a la vez que prever las posibles contraargumentaciones y tener pensado cómo confrontarlas. La derecha mediática ha ganado, la izquierda nunca ha sido mediática porque se basa en datos y se basa en gestión. He ahí el problema de la izquierda: hay que mirar al problema y enfrentarlo.
Estamos en la resistencia. Vamos a luchar, tenemos los datos y tenemos que ganar el relato; porque vienen tiempos oscuros pero en los que, aprendiendo, seremos firmes en la oposición, hasta que dentro de unos años vuelva a clarear. Unidas y unidos somos más fuertes, de ahí debemos partir.
Halo referente a Podemos qué es por quién he luchado y conozco desde hace 9 años.
La primera etapa es la que me gustó y echo de menos.
Lo primero que creo que se debería de hacer son las votaciones una persona,un voto y con el DNI en la mano por votaciones telemáticas se pueden manipular así lo creo.
Pienso que la directiva municipal y automática deberían de dimitir por ética e igual que se hizo en la campaña anterior.
No a tanto amiguismo que todo está dirigido.
Hacer más participe a los_as inscritas con las decisiones y no solo trabajar gratis.
Y una cosa a mi parecer muy importante llegar a la gente con muestras de simpatía un Hola!!,o una palmadita en la espalda como se suele decir sería suficiente.
Esto es la parte más sencilla y la que menos se hace.
Y sobretodo transferencia que no la hay.
Totalmente de acuerdo, esperemos esto nos sirva para darnos cuenta que o nos unimos toda la izquierda o nos esperan largos años de gobierno de derechas