Paqui Maqueda: “Feijóo no tiene cojones para ir a Argentina o a Alemania y decir que lo que pasó allí fue una pelea de abuelos”

Entrevistamos a Paqui Maqueda, defensora de la causa de la memoria histórica. Su familia fue duramente represaliada durante la Guerra Civil y la dictadura. 

Por Angelo Nero

Genocida. No se me ocurre otra palabra para definir al responsable de 45.000 muertes y, sin embargo, todavía tienes que escuchar los gritos de los que le reivindican, ¡Viva Queipo!, de los que siguen humillando la memoria de las víctimas, como si matarlas no fuera suficiente, hay que honrar a su asesino. ¿Todavía hay impunidad en este país para los que hacen apología del genocidio?

Por supuesto. La impunidad está asentada en las bases de este estado. Este estado se ha construido sobre la impunidad de las víctimas del franquismo, y todavía hay un atrevimiento tremendo a la hora de expresar los ¡Viva Queipo! que dieron la madrugada del cuatro de noviembre sus familiares, los aplausos, las alabanzas también a a Millán Astray por parte del alcalde de una de las mayores ciudades de España, o los cientos de símbolos franquistas que hay en nuestras ciudades, o las fosas comunes. Este estado se ha levantado sobre la impunidad de los crímenes del franquismo. Y en esas estamos, parece que la ley, que lleva poco más de un mes de vigencia, debería, lo antes posible, y de la manera más radical posible, atajar esta impunidad, porque con esta impunidad vivimos todos los días.

La exhumación de Queipo de Llano se hizo con nocturnidad y alevosía, quizás intentando ahorrar el bochorno que pasó todo el país con la exhumación de Franco, y no pudimos dejar de tener la sensación de que es una deuda que se salda mal, tarde y de forma casi clandestina. ¿No tienes también esa sensación, de que se muestra más respeto con la familia del verdugo de la que se tiene con las familias de sus víctimas?

Claro, siempre nos ha acompañado esa sensación, y esa constatación, de hecho, hasta hace muy poco, la tumba de Queipo ocupaba un lugar preeminente, en una de las basílicas más famosas, y con más presencia pública, mientras que apenas a un kilómetro y medio, acabamos de sacar más de 1.600 personas de una fosa, con tiros en la cabeza, y con las manos atadas con alambres, como prueba de crímenes de cuya responsabilidad acusamos a Queipo y a Bohórquez. Entonces, el tratamiento a las víctimas ha sido, y sigue siendo, muy desigual, partiendo de la base que no se nos considera víctimas.

Ahora parece que el estado, o al menos yo tengo la sensación, parece que está girando la postura y nos está mirando de tú a tú, y nos está considerando víctimas, está siendo consciente de la situación en la que vivimos, de total indefensión, pero ese tratamiento desigual lo hay, y yo tengo la sensación de que va a costar bastante tiempo limpiar esa mancha, pero ahí estamos.

Gracias a tus gritos de dignidad, se despertó una parte de la sociedad que parecía dormida o, al menos, ha ayudado a reavivar el debate sobre la alargada sombra del franquismo, pero todavía queda mucho camino por delante, ¿ahora toca recuperar Gambogaz?

Si, la Plataforma Gambogaz tenía tres objetivos cuando la creamos en 2018: uno era sacar a Queipo de la Macarena, otra era quitarle el título de marquesado, y otra era revertir a propiedad pública el Cortijo de Gambogaz, con el objetivo de convertirlo en un lugar de Memoria. De estos tres objetivos hemos conseguido dos, por lo tanto, tenemos muchísimo camino avanzado, un camino del que nos sentimos muy orgullosas, unos objetivos que hemos logrado con la unidad del movimiento memorialista de Sevilla, que tiene un músculo asociativo importante.

Para nosotras es una satisfacción tremenda, que se hayan cumplido estos dos objetivos. Ahora con el Cortijo de Gambogaz estamos en la fase de investigar, como, de que manera Queipo se quedó con el, que documentos notariales utilizó para quedarse con la finca. A ver si descubrimos algún subterfugio por donde nos podamos meter para reclamar que este cortijo, que ahora mismo poseen y disfrutan, incluso con subvenciones de la Comunidad Europea, la familia de Queipo, revierta en propiedad pública del pueblo de Camas, que es dónde está situado.

Franco en la Basílica del valle de los caídos, y Queipo en la Macarena, ¿estos okupas han tenido la complicidad de la iglesia para ocupar durante tanto tiempo estos espacios públicos, mientras miles de víctimas permanecen en fosas comunes? ¿Habría que hablar también del papel de la iglesia durante la dictadura, como uno de sus pilares?

Yo creo que se habla, pero no se habla como se tiene que hablar, o no se abarca el tema en su totalidad. Está presente de forma velada, porque todas sabemos y recordamos el papel que tuvo la iglesia en la colaboración con el régimen franquista, en propagar el mensaje en el discurso nacional-católico, y todas somos conscientes de los 40 años donde la iglesia fue la que guió moralmente los pasos de este país, sustituyendo a un sistema público de enseñanza. Una iglesia que no ha perdido perdón a las víctimas. Estamos esperando que lo haga, por supuesto, por su papel colaboracionista, dentro del golpe de estado fascista, de los tres años de guerra y en la larga dictadura.

Y a la iglesia es la que echamos de menos, en la actual Ley de Memoria Democrática. No hay ni una mención a la iglesia, y este estado debería de nombrarla, y debería de señalarla y de exigir que pidan disculpas, que abran sus archivos, que contienen una información súper importante. Y ya te digo que la mancha de la impunidad también abarca a la iglesia, y estamos esperando que pidan disculpas por la gran masacre, donde la iglesia tuvo un papel importante.

Y hablando de fosas, ¿ha llegado el momento de que el estado se haga cargo y ponga los medios a su alcance para abrirlas todas, identificar a las víctimas e investigar las circunstancias en las que murieron?

Por supuesto, lo que pasa es que es tarde, muchísimas fosas se han destruido, en muchísimas se han construido encima, desde autopistas, hasta parques públicos, incluso nichos, cuando hablamos de cementerios. El estado llega tarde, se han muerto los hijos, las esposas, las madres, de más de 114.000 personas desaparecidas, y esta generación perdida se ha ido con un sufrimiento que ha atravesado la vida de familias enteras, y de generaciones, porque el dolor se ha transmitido.

Todo llega tarde, y el estado, como no se espabile, y no reglamente la ley, y no la dote económicamente, seguirá llegando tarde, porque una ley no sirve para nada sino se dota económicamente, si no tiene un presupuesto que la respalde, y si no se reglamente, es papel mojado, aunque la escriban en piedra.

Entonces, lo que esperamos ahora, aunque es un ley que tiene muchísimas luces, que agradecemos en el movimiento memorialista, porque es un paso muy importante, también tiene sombras, y una de las sombras es esta que tienen de presupuestar, que tienen que reglamentar, para que se haga efectiva, y también otra sombras que vemos es el tema de la justicia, que deja bastante desamparados a las víctimas, aunque se haga una fiscalía, que se haga una comisión para investigar las incautaciones, nos preguntamos que justicia se hará después de ser conscientes de los miles y miles de incautaciones, de las miles de denuncias que se han puesto en los juzgados que se han echado para atrás. Ahora ¿Qué justicia tienen las víctimas? O sea, que es una ley que necesita patas, digamos, para andar, y esas patas son el reglamento y el tema presupuestario.

Imposible mencionar a las miles de víctimas de Queipo de Llano, pero la noche de su exhumación, quisiste recordar a algunas, ¿Quiénes eran esas personas a las que nombraste?

Yo quise nombrar a mi bisabuelo, Juan Rodríguez Tirado, que forma parte de esas 114.000 personas desaparecidas a lo largo de todo el estado, mi bisabuelo fue asesinado el 24 de agosto del 36. Su cuerpo está desaparecido. El estado no nos dice que ha pasado con él, y nosotros no pudimos saber que pasó con él, sus cuatro hijos sufrieron cárcel, uno fue asesinado al terminar la guerra, en el 39. Fueron presos esclavos, sufrieron exilio, la mayor parte de mi familia está actualmente en Barcelona, sufrimos la incautación de mi casa, en Carmona, que yo he pedido al estado y me ha dicho que no me la puede devolver, porque no hay legislación que apare los bienes individuales o familiares.

En el año 63 a mi madre le quitaron su primer hijo en un hospital público de Sevilla, precisamente en la trama que también denunciamos del robo de bebés.

Yo los nombré a ellos esa madrugada, porque yo tengo una conexión, un canal de energía, con mi bisabuelo, y esa noche él se apoderó de mi, no le encuentro otra explicación, porque realmente yo estaba tranquila, yo solamente había ido a ser testigo de la salida de los restos de Queipo de la Basilisa, no me lo iba a perder por nada del mundo, y yo iba tranquila en una actitud de respeto total, porque desde aquí sabemos lo que un proceso de exhumación debe exigir y dar el máximo respeto, pero cuando salieron los restos en la furgoneta y la familia de Queipo, fundamentalmente mujeres que había allí en la plaza, empezaron a aplaudir y a gritar ¡Viva Queipo! Pues yo no iba a dejar que esto sucediera, y que la última palabra la tuvieran las familias de los verdugos.

Entonces grité un ¡Honor y Gloria a las víctimas del franquismo, ayer, hoy y siempre!, y a continuación el nombre de mis familiares, porque yo, y todos, tenemos una deuda social, porque es producto de un a herida, pero los verdugos, pero mi familia, además, tiene una deuda particular con Queipo. Y yo te puedo asegurar que esa noche, cuando grité el nombre de Juan Rodríguez, de Enrique, de Pascual, de José y de Francisca, que era mi bisabuela, yo llevo su nombre, para mi la deuda familiar, la mía se ha cerrado. Curiosísimo, pero sentí una paz tremenda, y para mi esa deuda familiar, mía, no de mis familiares, porque cada uno tenemos una deuda y lo llevamos como podemos, pero la mía, esa herida se ha cerrado.

Y esos son los nombres que yo grité, junto con los hombres de todos, fue un grito colectivo, aunque yo estaba sola allí, pero yo no hubiera gritado sino tuviera el respaldo asociativo que tengo, el respaldo de los familiares de las víctimas, porque entonces si que estaría sola, y no lo estaba.

En Madrid, el alcalde Almeida rindiendo homenaje a la legión y a su fundador, Millán Astray, y la presidenta Ayuso manteniendo el nombre de General Fanjul en un centro de salud, ¿son estos guiños a la ultraderecha, o crees que en el PP sigue habiendo un importante reducto nostálgico del franquismo?

Claramente, en el PP sigue habiendo un reducto de nostálgicos del franquismo, o dicho de otra manera, de franquistas, claro que los sigue habiendo. ¿Cómo puede decir Feijóo que esto fue una pelea entre abuelos? Esto Feijóo no tiene lo que tiene que tener para ir a Argentina y decir que lo que pasó allí fue una pelea de abuelos, igual que en Chile, o igual que en Alemania, no tiene lo que tiene que tener, lo dice aquí, y porque puede decirlo, porque se lo permiten, su partido y el estado español, y esto es producto de la impunidad de la que hablábamos al comenzar nuestra conversación. Esto no se lo puede permitir en un estado donde ha habido justicia, como en Argentina o Chile, donde se ha señalado a los verdugos, y donde se han puesto en marcha políticas públicas de Memoria que reparan a las víctimas. No tiene cojones, lo voy a decir ya, Feijóo de decirlo en sitios donde la política pública de memora ha reparado a las víctimas, y se ha hecho justicia. Como aquí no ha habido esto, se lo permiten, con total impunidad.

Recientemente la directora Mau Cardoso te ha elegido para que seas una de “Las vencidas y no derrotadas”, un documental en el que se recogen los testimonios de mujeres que, de un modo u otro, sufrieron la represión franquista, ¿cómo fue tu participación en el proyecto?

Este documental, es un proyecto muy bonito, muy hermoso, de los que te acaricia, porque Mau contactó conmigo, ella es una documentalista que está en Sevilla, con el tema de mi hermano, el hijo que le quitaron a mi madre en un hospital público, y a raíz de ahí, a ella le interesaba conocer la vivencia de mi madre, entrevistó a mi madre, y luego me entrevistó a mí. Porque yo, en casa, he sido la depositaria de este mandato familiar de averiguar y de reconstruir este puzle que fue la represión de mi familia. Y fue un lujo participar, y que Mau contara conmigo y con el drama de mi familia, fue muy de caricia, porque Mau es así, es una persona cariñosa que te lleva de la mano y que te introduce en este proyecto tan lindo. Ha sido increíble participar en un proyecto como este.

Para terminar, sabemos que estás inmersa en una nueva novela, ¿podrías adelantarnos algo de este proyecto?

Andaba escribiendo una novela. Porque, desde el 4 de noviembre, mi vida se ha convertido en una montaña rusa, y tengo muy poquito tiempo. Pero te cuento, es una novela de mujeres, que se llama “Querida mía”, que está situada en la Sevilla resistente del Barrio de San Julián, en el 36. San Julián es el último bastión antifranquista que cayó, en el intento de golpe de estado del 36, y es una historia de un grupo de mujeres que se crían en una casa de vecinos, y que la guerra las atraviesa, atraviesa la historia de cada una de ellas, y se están comunicando a lo largo de diez años, a través de cartas, se cuentan como están, y escriben de paso las circunstancias que dieron lugar al golpe, y como vivieron esos días y adonde el destino les ha llevado.

Estaba a toda pastilla intentado escribir, de hecho tengo que hacer el 40%, pero ahora mismo estoy en un momento que no puedo explicar, porque necesito paz, necesito relajación, necesito leer y documentarme, pero la voy a terminar, quiero publicarla el año que viene.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.