Papá, sigue contándome otra vez aquellos cuentos e historias, porque a nosotros apenas nos quedan derechos. No tenemos demasiada épica para soñar. Papá, sigue contándome otra vez lo de las barricadas y los puño en alto, pero evita mentar ahora, la derrota que tanto caló sobre nosotros y que tanto nos empeñamos en repetir. Evita, por favor, seguir hablándome de cómo entendisteis el proceso, porque os necesitamos de nuestro lado y toda vuestra lucha terminará con nuestra total pérdida de dignidad.
Papá siguen cayendo ostias, lo sabes. En el mundo sigue muriendo la misma gente. Hoy es Bolivia, Palestina o Siria. Es la misma gente que antes moría en Vietnam o Bosnia. Sigue muriendo, podrida de crueldad. La misma gente sigue sufriendo en Aluche, el Raval, las áreas metropolitanas o zonas rurales. Lo sabes, somos de aquí, siempre lo hemos sido.
Papá, deja de escuchar a quien te hable de reformas y permítenos soñar, como tu lo hiciste, por un futuro mejor. Seguimos de pie y lo queremos todo. Mientras abandonamos todo horizonte utópico anteayer una mujer embarazada fue desahuciada en Barcelona. Mientras hablamos de cacerolas se pudrió todo lo que se soñaba, no hay más que telarañas. Mientras seguimos creyendo en lo que hay, vuestros hijos como locos y parías luchan para sobrevivir sin vosotros. Mientras esperamos una reforma laboral, que no será más que una adaptación de lo que hay, nosotros no tenemos más que precariedad. Algún día no estaréis. Quedaremos nosotros sin siquiera aquello que os vendieron, una mínima estabilidad en la que os mantuvisteis, quizá no pudisteis hacer más, pero a nosotros incluso nos han arrebatado eso.
Papá, nosotros sentimos orgullo de nuestras raíces, de vuestras historias, porque somos bisnietos, nietos e hijos de aquellos que no pudieron matar, de aquellos que tantas veces estuvieron en pie, pero os queremos de nuestro lado ahora que carecemos de referentes claros que nos hablen abiertamente de la realidad y no se escondan detrás de un cargo.
Papá, perdisteis muchas veces, aunque te pida que lo calles, lo sabes. Ahora vienen tiempos más difíciles en los que necesitamos recuperar cosas olvidadas, por eso sigue contándome historias, pero sobretodo vuelve a levantarte con nosotros.
Papá, vientos del pueblo nos llevan, como a Miguel Hernández, ¿lo recuerdas? Vientos del pueblo nos arrastran, de nuevo a contracorriente, pero vuelve a esparcir el corazón y aventar la garganta. Con la cabeza bien alta estos días están en huelga de hambre los trabajadores de EHBI, en huelga indefinida los de Nissan Montcada y por la sanidad en Moratalaz. «Yugos os quieren poner gentes de la hierba mala», ahora y siempre. Papá, vuelve a apretar los dientes en medio de la batalla.
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