Estamos frente a un otoño caliente en varios países europeos. La inflación golpea con dureza los bolsillos de la clase trabajadora del continente, que está sosteniendo sobre sus espaldas los «sacrificios de guerra» que dictan Washington y Bruselas en su confrontación con la Federación Rusa.
Por Oriol Sabata
En Grecia, el sindicato PAME ha convocado una Huelga General para el próximo 9 de noviembre. La jornada contará con una movilización en Atenas que finalizará frente al parlamento heleno y que exigirá aumentos salariales para proteger los intereses de los trabajadores.
En la Huelga General confluirán diversos sectores como la construcción, los astilleros, la sanidad pública o la hostelería, que llevan meses en lucha con protestas y huelgas sectoriales en demanda de mejores condiciones laborales.
En un comunicado publicado en su página web, el sindicato PAME hace un llamamiento a terminar con la «política antipopular» impulsada por la Unión Europea y aplicada por el Gobierno griego que genera pobreza, hambre, explotación y guerras y que va encaminada a garantizar las ganancias de los grupos empresariales.
«Nos levantamos ahora contra los grupos empresariales, el gobierno y la Unión Europea», advierten en el texto.
El sindicato denuncia que 7 de cada 10 trabajadores se han visto forzados a consumir menos alimentos debido a su alto coste, mientras un 47% de la población cree que le será difícil llegar a fin de mes este invierno debido a la creciente pobreza y a las facturas de la electricidad, que actualmente suponen hasta 2 meses de salario medio.
Esta grave situación social, está llevando a que un 48% esté trabajando horas extra para poder asumir los niveles de inflación actuales.
La organización advierte que el gobierno «está encontrando miles de millones de euros del presupuesto estatal para apoyar intervenciones bélicas y para la compra de armamento», y añaden: «el 9 de noviembre, todo el país debe detenerse».
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