Por Jose Vieira
Es habitual, para todos, hacer una reflexión sobre el año que recientemente nos hay dejado, para pasar a desear, vislumbrar en las nieblas del horizonte, las señales de que el futuro año nos trae. Esperamos conseguir, sino todo lo que deseamos, por lo menos que sea mejor que el difunto.
Claro que no existe la más pequeña duda de que este escrito a la partida, es semejante a miles de otros, que se proponen en estas alturas, penetrar más allá del límite del horizonte. Sin embargo, este nuestro texto, ya peca por un correcto sesgo, pues, tuvimos el cuidado de dejar pasar ya unos cuántos días del neófito, para ver si las nubes del horizonte nos daban algunas ventajas más relativas a las otros previsores.
Y aquí comienza nuestros problemas, ¿lo que queremos y debemos hacer es una previsión o un pronóstico?
Normalmente tenemos la tendencia de aplicar indiferentemente ambas palabras, entendiendo que son en todos sinónimos estrictos. No es realmente correcto pues, no lo son en la realidad y, que no se pueda, optar indistintamente.
Es que, tenemos obligación de ser rigurosos, como aplicamos los términos y, aun siendo cuidadosos, acabamos por ser muchas veces, objeto de interpretaciones, que ni siquiera habíamos imaginado para los textos en cuestión.
Vamos a comenzar por el concepto de previsión, que es una palabra de origen del latín, PRE que significa, en el original, “decir algo antes del afirmar”. Esto quiere decir, que intentamos dar o hablar de un posible resultado, sobre algo. Un ejemplo del conocimiento de todos, son las “encuestas a pie de urnas”, sobre la opinión de los votantes y, la respetiva previsión de quien puede ganar. Estas cobran, como es del conocimiento de todos, un correcto riesgo, aun cuando más allá de la utilización de la Estadística, de los datos del pasado, que nos aporta la experiencia de plantillas anteriormente acontecidas.
Queremos, sin embargo, añadir, que aún con la asunción de estos presumibles riesgos, hoy día, tanto las entidades oficiales, como las empresas, las utilizan anchamente por ser un instrumento, muy interesante, por ejemplo, en la posible buena o mala receptividad, por parte en general de las poblaciones, de o cualquier política, tanto sea económica o social.
Cuando hablamos de un pronóstico, entonces del que debemos estar refiriendo es la indicación de un evento futuro, aún antes de este haber sucedido. Esto sí es un pronóstico. Aquí los científicos dedicados a los estudios de las probabilidades de acontecer un determinado movimiento de tierras brusco, por ejemplo, un terremoto, está científicamente estudiado y analizado y, por eso son más precisos, en la medida en que aumentan las posibilidades, se disminuyen de los errores, debido hace aplicación de las ciencias matemáticas, pudiendo más fácilmente se acotar los posibles errores.
Podemos concluir que cuando hablamos de pronóstico hablamos de la aplicación de principios científicos muy evolucionados y con un sesgo muy despreciable (podemos hablar de errores inferiores a 5%).
Muchas veces se aligera el camino del rigor con que debemos utilizar las palabras y consideramos como dos grados de la misma cosa.
Así emitimos un pronóstico, como siendo un proceso, en que se calculan o se hacen estimaciones para determinadas situaciones, que no conocidas en su totalidad.
Por otro lado, por predicción se consideran todo un conjunto procesal de determinaciones, sobre datos sobre incertidumbres, pero ahora, sobre la forma de series, que pueden ser, temporales o instantáneas.
Vamos a esclarecer con ejemplos para que se haga fácil la distinción entre ambos, hayamos y, lo haremos del modo más sensiblemente posible.
Ejemplos:
Previsión: se trata de un vaticinio con base científica, una conjetura, de algo que está por ocurrir, una suposición, sin embargo, todo mediante un estudio con bases científicas, por ejemplo probabilísticas.
Pronóstico: aquí estamos haciendo una anticipación de algo que va a suceder por mero presagio, vaticinio, indicios o presunciones, para el cual no tenemos más que síntomas, un pronóstico de una enfermedad, basada en un diagnóstico médico.
Como podemos extraer desde esta introducción, las fronteras muchas veces, entre las palabras son tan tenues y, las propias corrupciones lingüísticas llevan a usar de forma indiferente ambos hayamos y, mas, ya nos habituamos la prescindir de su rigor.
Pasemos ahora, a la razón que nos mueve, o sea, el asunto en que deseamos centrar nuestra atención, pues, lo que pretendemos, es dar algo, a que las personas puedan analizar y, hacer sus propias coyunturas, sobre los avances del que va a acontecer este nuevo año, y que se publican a los centenares.
Siempre queremos desear que el próximo año sea más próspero que los anteriores y, como es el caso actual, no es difícil de comprender que el común de la gente aspiren a un feliz y venturoso año nuevo, sobre todos los aspectos.
Entonces, es cuando surge la razón de estas notas, pues, siempre que queremos hacer nuestras previsiones del que va a acontecer, independientemente de nuestra gana, surgen una multitud de condicionantes, especiales y generales, que conviven, paredes medias, con la idea sobre lo que va a suceder en el futuro inmediato, del año que iniciamos.
Lo que acontece, muchas veces, es que cada uno de nosotros, es atraído por las especulaciones de los especialistas, de las más variadas ciencias y, orientados en dirección a distinguidos objetivos e intereses.
Además de esta complejidad de opciones sobre éxitos futuros, aún añadimos nuestras propias interpretaciones, que en la mayoría de los casos, son demasiado subjetivas, para no decir hasta tendenciosas. Y, como no podía dejar de ser, aún hay que tener en cuenta las orientaciones partidarias.
Puesta la cuestión en este punto hasta parece que las posibilidades de conocer lo que va a acontecer durante el año en que acabamos de entrar, no serán nada que merezca la pena perder mucho tiempo y energía, pues, son demasiadas las faltas de coincidencias con lo que en la realidad irá sucediendo.
Lo que pasa enseguida es que se acaba por venir a despreciar lo que había sido pronosticado. Sin embargo, pronosticar es extremadamente importante para que se puedan tomar decisiones más ajustadas y precisas en la gestión, tanto a nivel micro como macroeconómico.
Lo mismo pasa con muchas otras ciencias, como es del conocimiento de todos modos, como por ejemplo, buscamos un pronóstico sobre la evolución de una enfermedad, que el médico hace, a través de un estudio –diagnóstico- y emite su pronóstico.
Si nos situamos en el campo de las ciencias económicas y, lo que podemos decir es que existen demasiados factores a considerar siempre que se hace un pronóstico en esta área de las ciencias sociales.
Todos los que estamos conectados, de alguna manera, al sector, conocemos perfectamente, como muchas e importantes previsiones económicas han fracasado de manera bastante rotunda.
Pensamos que muchos de los pronósticos, por ejemplo, en el campo de la producción y de la inversión, no fueron suficientemente fiables, en sus anticipaciones, aun cuando se trataba de anticipaciones de corto plazo, o sea a un año.
Así que, las caídas de estos dos elementos, no fueron detectados, para un plazo tan corto como lo de un año. Por esa razón, la falta de rigor nos parece ser, mas resultante de uno fallo de orden ideológico del que de un error de perspectiva probabilística.
Pensamos aunque se trata de una de las debilidades de la ideología capitalista neoliberal, al buscar la defensa de su sistema de producción.
Basta ver, en nuestra opinión, que está, más que confirmada, que una de las características del sistema de producción capitalista en que “las caídas son regulares y recurrentes”, tanto en la producción, inversión y en el empleo, razón por la cual, sus instituciones de soporte, jamás las pronostican, sólo haciéndolo la posterior, o sea tras el ocurrido.
Pero esto no puede ni debe ser tomado como una negativa, para no ser efectuadas previsiones. Lo que queremos decir, es que en análisis científico la teoría debe poseer capacidad predictiva, y naturalmente esta también se aplica la economía y, atención, se pretendemos considerar también la economía una ciencia y no sólo un instrumento al servicio de la ideología capitalista.
Todo más, la falta de ese rigor de pronóstico, se debe a una utilización ideológica capitalista y de los mercados, que la crea como instrumento para que la incertidumbre pretendida sirva sus exclusivos intereses.
Volvemos a no pronosticar las caídas de la producción, de la inversión y del empleo, a no ser que estas ya estén en curso, pues, como queremos señalar, sólo lo anuncian después de desencadenarlas, no reconocen la situación de crisis. Para su ideología, jamás están en una situación anticipada de un anuncio de crisis.
Según Marx, para ser “válida la teoría de las crisis”, debe haber posibilidad de ser efectuada una su predicción. Y en estas, ser posible ver, que las caídas de la producción capitalistas, ocurren en los llamados intervalos (1), que serán regulares y recurrentes.
Más, las razones fundamentales, de esas caídas, se deben la variaciones, que hemos podido observar empíricamente, debido las fluctuaciones del margen de logro de capital y, como no, el movimiento de los excedentes de capital para otras aplicaciones, pero sustanciales dentro del mercado capitalista.
Como arriba referimos pronósticos y previsiones son cosas diferentes. Si no veamos, los científicos que se dedican al estudio del clima y sus cambios, están constantemente pronosticando un creciente aumento de peligro de las subidas de la temperatura global. También los científicos de las virologías, los llamados virólogos, también pronostican la aparición y aumento de intensidad de nuevos elementos patógenos, que al se propaguen al ser humano, serán mortales, pues, generarán pandemias terribles.
Sin embargo, persiste en todos, la extrema dificultad de poder afirmar cuando será que ocurrirá cada una de las situaciones, con una certeza absoluta. Pero de cualquier manera sus previsiones son cada vez más precisos y podemos afirmar que a muy corto plazo, estamos hablando de días, sus planteamientos como que se solapan con la realidad ocurrida.
Lo que queremos decir con todo esto, es que a pesar de los problemas de ideología capitalista, los conocimientos de las contradicciones de su sistema, con sus ciclos reconocidos y, que son reales, se pueden hacer previsiones, muy más fiables, sobre la evolución de la producción, de las inversiones, del empleo y, como no, de los precios, para periodos cercanos al año (y de la inflación).
Así, lo que podemos adelantar, es que a pesar de haber sido bastante mejores los adelantamientos del que ira a pasar del año de 2020 para el año de 2021, aún hubo desaciertos, provocados sobre todo por los seguidores incondicionales de la ideología capitalista.
Pues, estaba perfectamente claro que las economías en 2021 sólo podían recuperarse. Y como tal los países de la G20, en especial, verían su PIB real a crecer y, por lo tanto, el gasto de las personas aumentará, por los excedentes de ahorro forzado y las tasas de desempleo disminuirán.
Todo esto gracias al desarrollo de la aplicación de las campañas de vacunación masiva, en ese grupo de economías desarrolladas. Esta era el pronóstico a partir del segundo semestre del año de 2021. Todas, esas economías, aun así, tendrían el PIB real a finales del respetivo año con valores inferiores a los del año precedente 2019, con la salvedad del PIB real de China.
Como podemos concluir, en casos tan evidentes, los pronósticos asentaron como un guante encima de la realidad.
Todos los elementos se conjugaran para que tal aconteciera, pues, una masiva vacunación en esos países y, sobre todo las fortísimas inyecciones de liquidez, proporcionadas a estas economías por sus bancos céntrales, dirigidas a fomentar la producción y el empleo, pero atención, que no se puede olvidar que esos créditos desbocados, fueron igualmente “el pan nuestro de cada día” en el sistema bolsista, al sea en la economía de mercado (financiarización “tout cour”).
Sin embargo, “no hay vela sin sino”, todo a cuesta de un enorme aumento de la deuda pública y privada. Será este el punto de partida para quien tiene la obligación y el deber de hacer los estudios, sin sesgos y que conduzcan a pronósticos más acertados para este año en que iniciamos.
Estos son nuestros deseos para este nuevo año. Veremos lo que nos “venden” en este encuentro, de esta vez, de forma telemática la reunión de DAVOS.
Nota:
1 – Kondrátiev identificó tres fases en el ciclo: expansión, estancamiento y recesión. Mal común hoy en día es la división en cuatro periodos, con un punto de inflexión (colapso) entre la primera y segunda fase.
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