William Shakespeare en uno de sus poemas escribía: «Vivirás mientras alguien vea y sienta y esto pueda vivir y te dé vida». De este modo, en plenitud vital, puede sentirse a Federico García Lorca de la mano de la incombustible y brillante Núria Espert con ‘Romancero Gitano‘ en el teatro Romea.
De ‘fuego y aire‘, como escribió sobre ella Terenci Moix, para encontrarse frente a frente con el poeta y vibrar, sentir, reflexionar, pero sobre todo emocionarse. Emoción en estado puro y a bocajarro, tan presente como en aquel tiempo pretérito de Lorca, es lo que trae en grandes dosis Núria Espert.
Por suerte, Núria Espert no confunde sus compañeros de viaje, como si lo hizo ayer Josep Cuní, además de Lorca también están presentes Paco Ibáñez, Rafael Alberti, Margarita Xirgu y sus padres.
No se trata de una lectura de los poemas, sino una actuación, esplendida, que crea por momentos un aire denso en el ambiente, «guiados por el duende» por lo que «no será necesaria ni la inteligencia ni la mirada crítica. Y el duende se presenta en sus poemas«.
En escena, la actriz intercala los poemas de Lorca con recuerdos personales, detalles del autor creando una simbiosis armoniosa, dando forma a los versos del poeta. Y en cuanto a los poemas, Espert se convierte en cada uno de los personajes, los ves, los vives, los sientes.
Aparece en el escenario, sonríe y sigue disfrutando, pero sobretodo sigue con el hambre que la ha colocado en un lugar para la historia, como actriz, mujer y revolucionaria, en el ámbito cultural, pero también ideológico.
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