Nuestro sistema de Click & Backing tracks (low cost)

Por Arc

Hay muchas maneras de implementar un sistema de monitores in-ear, claqueta y pistas pregrabadas. Esta vez voy a hablar del que estamos poniendo a punto nosotros, para las necesidades concretas y con los recursos de Chapter Hate.

Si esa frase inicial no ha provocado dolores de cráneo, adelante. Si no es así, podría ser buena idea echarle un vistazo al artículo anterior para conocer el fondo sobre el que hoy situaremos la forma.

Se trata de una versión de partida, sujeta a mejoras progresivas, a medida que podamos invertir en más equipo. Opino que es preferible contar con un sistema «de batalla», en lugar de renunciar a ello por no ser los aparatos de alta gama con los que todos nos calentamos la cabeza. Incluso diría que la evolución gradual es preferible, de cara a ir conociendo y aprovechando todo lo posible cada nuevo recurso. En todo caso, esta es una versión “barata” para ponerse a ello en una etapa temprana de un grupo cualquiera.

En primer lugar, describiré un poco nuestro set y sus componentes. Luego me centraré en las limitaciones de este, junto con los ítems que nos harían dar pasos hacia el siguiente nivel. Por último, hablaré de algunos problemas que nos hemos encontrado en los dos primeros ensayos, por qué se han producido, y cómo los solucionamos.

http://www.alvarocarlier.com/

1.Descripción de nuestro sistema in-ear:

Cuerpo y mente, hardware y software… Esto no es diferente: Está el equipo físico y están las pistas que queremos llevar a nuestros oídos.

Las pistas son los archivos de sonido que vamos a reproducir mientras tocamos. En nuestro caso, utilizamos pistas estéreo. Por el canal izquierdo situamos la claqueta que, se supone, solo escucharemos los músicos. Por el canal derecho están, perfectamente sincronizados, los sintetizadores y demás instrumentos (voces, ruidos) pregrabados, que queremos que el público escuche a la vez que nuestra interpretación.

Para construir estas pistas, además de un nivel básico de manejo de un DAW, es necesario tener clara la estructura de nuestra canción. Es imprescindible tener claro el tempo/pulso de la canción y sus métricas. Debemos consensuar con los compañeros del grupo si, en algún momento, hay que variar ese pulso porque la canción se beneficiará de una ralentización o aceleración concreta. Es muy común que una canción a 100 bpm (beats/pulsos por minuto, como la frecuencia cardíaca), cuando llega al estribillo, se ponga en 102 y, al volver a la estrofa, vuelva a los 100. Un truco que estoy utilizando, para establecer los pulsos de mi claqueta, es grabar algún concierto o ensayo previo y, con una calculadora de tempo, averiguar a cuántos bpm tengo que regular el click. Todos los DAWs permiten programar cambios de tempo y compás.

Personalmente, para el sonido de metrónomo, me gusta elegir uno que suene seco, como dos baquetas chocando entre sí. Otras personas prefieren algo más electrónico y tonal e, incluso, eligen que el beat inicial de cada compás suene diferente a los demás. Lo importante es que escojamos las referencias con las que estemos más cómodos. Terminaremos percibiéndolas como una pieza más de la batería y casi como parte de la propia canción.

Para reproducir estas pistas, nosotros utilizamos un teléfono móvil. Podría valer una Tablet, un ipod o cualquier aparato de reproducción de audio. Existen aplicaciones directamente diseñadas para este cometido, cuya única característica diferencial es que los botones son grandes y cómodos, para ser muy accesibles en pleno concierto.

La señal del teléfono va a una mesa de mezclas. Recordamos que lo hace por canales diferentes.  Esto se consigue gracias a que el cable que sale del móvil, se divide en dos cables separados. Cada uno de estos 2 cables va a una pista diferente de la mesa. La misma debe contar con varias salidas, que se puedan regular independientemente (con mezclas diferentes). Se envía una mezcla con la claqueta incluída, solo a los músicos. Otra sin la claqueta va a la mezcla principal, para la audiencia (altavoces).

No olvidemos que todos los instrumentos y micrófonos llegan también a la mesa para ser redistribuidos y que todos los intérpretes escuchen toda la música por sus auriculares.

He hecho un gráfico para la ocasión, que representa el sistema (a groso modo), pensado para tocar, por ejemplo, en un local pequeño con tu propio equipo.

Ya comenté en el artículo anterior que nosotros usamos auriculares, que van enchufados a unas petacas receptoras que, a su vez, reciben la señal de un emisor que recoge el sonido de la mesa de mezclas vía cable.

 

Realmente, en los conciertos, el esquema que nos atañe suele ser aún más sencillo, ya que solo tenemos que pasar los dos cables que derivan del teléfono a un técnico de sonido. También le confiamos el emisor. A partir de ahí, él nos devolverá, por radiofrecuencia la mezcla a nuestros receptores. El batería, por estar sentado, puede optar, en lugar del sistema inalámbrico, por recibir su mezcla mediante cable (se ahorra el dinero de la petaca).

 

2.Limitaciones de esta versión y futuras mejoras:

Nuestra primera limitación, ahora mismo, es que no todos llevamos petaca/auriculares. Los dos que no la tienen pierden el acceso a la claqueta con lo que ninguno de ellos se puede quedar tocando solo, si el batería no les marca el tempo, y escuchan la música por monitores de escenario, con todo el ruido ambiente y una mezcla menos definida. La única manera de saltar al siguiente nivel, en este aspecto, son más petacas receptoras.

Para los que sí recibimos mezcla y claqueta por auriculares, existe otro inconveniente a tener en cuenta. Al tener un solo emisor, los 3 estamos forzados a escuchar lo mismo. Lo ideal sería que cada uno pudiera escuchar su propio instrumento un poco más alto, o quizás el batería prefiera escuchar la claqueta a mayor volumen que los demás. Todo esto se desbloqueará cuando tengamos la posibilidad de adquirir más emisores.

Un asunto no tan prioritario es que las backing tracks que emitimos al público están en mono, al proceder de un solo canal (el derecho) de nuestras pistas. Existen maneras de enviar más canales sincronizados, pero las estudiaremos cuando hayamos solucionado todo lo que es más urgente. Este cambio que, inevitablemente, pasará por sustituír el teléfono móvil por otro dispositivo, podría acarrear que el batería disparase las secuencias golpeando un panel con una baqueta. Hay aparatos (samplers) muy chulos. Está claro que, como casi siempre, todo pasa por meter más pasta en cacharros.

El último asunto que se me ocurre es parecido y sería el último en ser considerado, que es mejorar la calidad de las piezas para que sean más fiables y nos hagan llegar un sonido mejor: Mejores auriculares, mejores emisores y receptores… De nuevo, más pasta.

3.Primeros ensayos con el sistema. Las novatadas (esta última sección está dirigida a muy cafeteros):

Para la primera sesión cometí varios errores de principiante. El mayor de ellos fue no contar con una salida auxiliar en la mesa de mezclas (la del propio local de ensayo). Sin ese elemento, estamos avocados a una sola mezcla tanto para monitores como para altavoces. Esto se agravó porque decidí llevar, fundido con la claqueta y a bajo volumen, una mezcla grabada de las baterías y las guitarras (Me había puesto experimental, o tenía miedo de que enseguida nos perdiéramos y no tuviéramos referencias complementarias a la claqueta. Reconozco que fue una burrada absoluta). Lo que recibíamos resultaba ruidoso y confuso, sobre todo por altavoces. Además, había elegido los mismos tempos que habíamos utilizado para grabar demos de nuestras canciones en casa, y estas velocidades no se ajustaban de forma ideal a cómo interpretábamos los temas en directo.

Para el siguiente ensayo, limpié el canal izquierdo de todo lo que no fueran claquetas y revisé todos los tempos con el método que comenté antes. También adquirí una pequeña mesa de 8 pistas que sí cuenta con salida auxiliar. Mi idea era conectar los altavoces del local a las salidas principales y el emisor para los in-ear a la salida auxiliar (a la que se conoce también como salida de monitores). Tenía la ambición de enviar a los auriculares, además del click y los sintetizadores, todos los instrumentos recogidos por micrófonos, que coloqué delante de las pantallas de los amplificadores. Dicho de otro modo, quería reproducir las condiciones que disfrutaríamos sobre un escenario. Sin embargo, se supone que, por altavoces, solo deberían salir la voz y las secuencias. Es cierto que los monitores de escenario también emiten la mezcla de lo que se está tocando pero, en un local de ensayo pequeño, como es el caso, hemos comprobado que hacer eso no resulta en ninguna ventaja sonora. En el local, los altavoces no están destinados a sonar para ningún público, sino para los músicos que no llevan in-ear.

El problema, esta vez, fue derivado de esa necesidad específica y fue un detalle bastante tonto. Resulta que la salida Auxiliar es post-fader. Esto quiere decir que, para que algo llegue a la mezcla auxiliar, tiene que pasar primero por la mezcla principal. No nos quedó más remedio que permitir que se escuchara en todo el local la claqueta y la mezcla de instrumentos que teníamos destinada al in-ear.

La solución a esto pasa, simplemente, por utilizar la salida más restrictiva para los altavoces y la más inclusiva (que es la principal), para los monitores. La primera es estéreo (doble mono, uno L y otro R), y la AUX es solo mono. Como tengo que conectar a esta última dos altavoces, cada uno con su Jack mono, voy a necesitar una sencilla pieza que me la duplique.

Sin embargo, la experiencia de permitir claqueta por los altavoces nos gustó. Los dos componentes que no llevan auriculares también se benefician de practicar escuchándola, aunque en los conciertos no vayan a poder percibirla. En este caso, alteraremos voluntariamente el plan.

En resumen, después de tanta ida y venida, el resultado real es este:

 

Me he dejado, intencionadamente, algunos detalles de implementación en el tintero, pero son añadidos prescindibles que podrían resultar más liantes de la cuenta. Por ejemplo, para hacer llegar los instrumentos a la mesa mix8 de la imagen, como requeriríamos de unas cuantas pistas XLR (canon) más, los reunimos pasar en la mesa del propio local y enviamos la salida principal de esa a la mix8. Si alguien quiere más detalles o tiene alguna duda, estaré encantado de responder comentarios, mails o lo que se tercie.

Asuntos para otro día:

    • ¿Cómo hacemos nuestros backing tracks?
    • ¿Dónde aprender a manejar un DAW? Fuentes de sabiduría musical.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.