Es una propuesta con complejos ya que la propuesta de Piketty no es precisamente una apuesta modesta, todo lo contrario, es una propuesta muy ambiciosa, rupturista, de cambio de paradigma en los consensos tradicionales sobre la acumulación de patrimonio.
Por Pedro Labrado
Desde hace unos días y tras el anuncio de la candidata a la presidencia del gobierno por la coalición Sumar, Yolanda Díaz, de lo que ha llamado “herencia universal” se han desatado un intercambio de pros y contras de unas contra otras, de otros contra unos, propios y ajenos, ajenas y propias.
La propuesta de la candidata Yolanda Díaz es, entregar un cheque de 20000 euros a los 23 años a todas las personas que cumplan 18 años para que lo destinen a formarse y a emprender. Entre los 18 y los 23 años en los que se haría efectivo el cobro del cheque los jóvenes pasarían por un proceso de acompañamiento de formación y orientación para invertir “bien” ese cheque, bono o subvención, llámese como se quiera, desde una oficina especial de asesoramiento técnico. Este proyecto sería financiado con un impuesto a las grandes fortunas. Así lo ha explicado la proponente en un hilo de Twitter:
Una “herencia universal” de 20.000 euros al alcanzar la mayoría de edad será un nuevo derecho que ayude a los jóvenes a seguir formándose, iniciar su andadura profesional e independizarse.
Será un trampolín que promueva la libertad para elegir su camino en la vida.
Lo explico👇
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) July 3, 2023
Como digo, tras el anuncio se ha abierto el debate en medios, redes y tertulias con argumentos a favor y en contra que van desde los más defensores de la propuesta hasta los que la califican de disparate.
Entre los que han propuesto este cheque son los que lo han llamado “herencia universal”, concepto que toman de las propuestas que el reputado economista francés, Thomas Piketty, especialista en desigualdad económica y distribución de la renta hace en su libro “Capital e Ideología” publicado en 2019. La propia Yolanda Díaz lo menciona en su hilo de twitter.
Y aquí es obligatorio hacer una parada para hacer algunas puntualizaciones sobre la propuesta de Sumar y Yolanda Díaz.
El economista francés Thomas Piketty propone un sistema de herencia universal por el que a los 25 años se recibiría el equivalente al 60% del patrimonio medio, unos 120.000 euros en los países ricos, que estarían financiados por un impuesto sobre la propiedad especialmente gravoso para los multimillonarios. Y aquí es importante contextualizar la propuesta de Piketty con un buen número de aclaraciones:
Piketty enmarca esta propuesta de “herencia universal” en que las desigualdades nunca están justificadas y en que hay que apostar sin tibiezas por la eliminación de esas desigualdades que son consecuencia de las ideologías y las políticas que han dominado históricamente.
Para Piketty hay que desacralizar la propiedad privada, sobre todo la gran acumulación de propiedad privada.
La “herencia universal” forma parte de la construcción de una sociedad justa y propone:
- Repensar las relaciones de propiedad en forma radical introduciendo las nociones de propiedad social y temporal que permiten conservar lo positivo de la pequeña propiedad privada que no conlleva concentraciones de poder demasiado grandes.
- Incrementar los derechos de los asalariados en la gobernanza de las empresas, que ya está dando los primeros pasos en países como Suecia y Alemania. Hay que ampliar esto a todos los países. Derecho de voto del 50% en los consejos de administración de las empresas y que el 50% del voto del capital tenga limitaciones para accionistas individuales. Piketty propone el 10% como máximo el poder de un accionista individual, al menos en las grandes empresas. Lo llama socialismo participativo.
- Esa mejor repartición del poder entre asalariados y accionistas es una redistribución constante de la propiedad.
- Un impuesto progresivo sobre el capital que permita que por encima de cierto nivel de acumulación patrimonial y de concentración del poder económico, cobrar cada año una parte importante de hasta el 80 o 90 por ciento, de manera que circule la propiedad.
- Ese impuesto progresivo que hace circular la propiedad permite también financiar la “herencia mínima universal”. Piketty la fija en 120000 € que equivalen al 60% del patrimonio promedio por adulto en Francia o sea el patrimonio mediano. De esta manera la mitad de la población más pobre que hoy no posee casi nada, subiría de inmediato al nivel del patrimonio mediano.
- La herencia mínima universal la propone porque cuando una persona no posee nada no puede controlar su propia vida ni sus oportunidades económicas, pues cuando no posees nada tienes que aceptarlo todo, cualquier trabajo, condiciones de trabajo a cualquier salario porque hay que pagar las facturas, alimentar a la familia, no tienes ningún control verdadero sobre tu propia vida.
- Esta propuesta hay que enmarcarla en los países que ofrecen servicios públicos sólidos, seguridad social, salario mínimo, sistema educativo…..ya que la herencia universal no es una solución milagrosa que reemplace todo los servicios sociales.
- La herencia universal se obtiene a los 25 años y supone sólo el 5% de los ingresos del Estado los destinados a la misma.
- La combinación de servicios públicos potentes y herencia universal pueden contribuir a cambiar las cosas hacia un escenario en el que las desigualdades sean menores, mejorando la situación de la mitad o de los dos tercios de la población con menos recursos que en la actualidad no posee casi nada.
- Por último, la percepción de la herencia universal no está condicionada a ningún uso de ese capital, las personas pueden decidir libremente lo que hacen con él, formarse, emprender o invertirlo y gastarlo.
Piketty dice para poder afrontar e implementar su modelo de lucha contra la desigualdad y de redistribución permanente del patrimonio:
Hay que tener un enfoque voluntarista que permita igualar las relaciones de poder dentro de la sociedad. Esto dará un poder de negociación más importante sobre muchas otras cosas, el trabajo, el salario, la vida en general, a toda una parte de la población que hoy al no poseer nada se encuentra a merced en las negociaciones de las relaciones de poder que se establecen en la sociedad. Esa es la apuesta, va mucho más allá de una cuestión de dinero, se trata del poder en la sociedad y del control que se puede ejercer sobre la propia vida.
Todo lo que he expuesto hasta aquí sobre la propuesta de Thomas Piketty se puede escuchar de su propia voz en la entrevista:
Con esas cuatro palabras transmitía que aunque para justificar su propuesta menciona a Piketty como defensor de la misma, para su propuesta concreta se aleja lo máximo posible de él para intentar hacerla digerible entre la carcundia mediática y política. Es una propuesta con complejos ya que la propuesta de Piketty no es precisamente una apuesta modesta, todo lo contrario, es una propuesta muy ambiciosa, rupturista, de cambio de paradigma en los consensos tradicionales sobre la acumulación de patrimonio.
En resumen, parece más un globo sonda que una apuesta real por cambios profundos en la distribución de la riqueza y en la lucha contra las desigualdades económicas.
¿Un bono de 20000 € para jóvenes como ayuda para su emancipación? De acuerdo, pero con criterios de renta que haría que pudiera ser incluso mayor.
¿Implementar el modelo de Piketty para luchar contra la desigualdad y avanzar hacia una sociedad que distribuya la riqueza de forma más justa? De acuerdo, pero poniendo en marcha todo el modelo como él lo describe.
Si se opta por el bono, por favor, no tomen el nombre de Piketty en vano.
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