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El malentendido sobre las ideas de Engels sobre la familia proviene, en gran medida, de citas sacadas de contexto y de interpretaciones interesadas.
Por Ricardo Guerrero | 5/05/2025
Una de las ideas más tergiversadas sobre el pensamiento de Friedrich Engels es la afirmación de que abogaba por la ‘abolición de la familia’. Esta interpretación, a menudo promovida por lecturas descontextualizadas o intencionadamente sesgadas, no solo simplifica su análisis, sino que distorsiona profundamente el mensaje de su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884). Urge aclarar que Engels no buscaba destruir los vínculos afectivos o las relaciones familiares, sino transformar la institución de la familia burguesa, entendida como un pilar del capitalismo y la opresión patriarcal de su época.
El contexto histórico de Engels
Para comprender las ideas de Engels, es fundamental situar su obra en el contexto del siglo XIX. En 1884, Europa vivía bajo el auge del capitalismo industrial, un sistema que no solo profundizaba las desigualdades de clase, sino que consolidaba estructuras sociales opresivas, incluida la familia burguesa. Esta institución, lejos de ser un espacio de igualdad y afecto, era un mecanismo que perpetuaba la subordinación de las mujeres y la transmisión de la propiedad privada, reforzando así las jerarquías de clase.
En El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Engels, basándose en los estudios antropológicos de Lewis Morgan y en la teoría marxista, analiza cómo la familia, tal como se configuraba en el capitalismo, no era una institución ‘natural’ ni eterna, sino un producto histórico vinculado al desarrollo de la propiedad privada y el Estado. Engels argumenta que la familia burguesa, caracterizada por el matrimonio monógamo patriarcal, servía para garantizar la herencia de la propiedad y mantener a las mujeres en un rol subordinado, tanto económica como socialmente.
¿Qué significa ‘abolir’ la familia burguesa?
Cuando Engels habla de ‘abolir’ la familia, no se refiere a la eliminación de los vínculos afectivos, la crianza o las relaciones personales. Su crítica apunta específicamente a la familia burguesa como institución patriarcal y económica que oprime a las mujeres y perpetúa las desigualdades de clase. En sus propias palabras:
‘El matrimonio burgués es, en realidad, el sistema de la comunidad de las mujeres, pero en sentido inverso: la comunidad de las mujeres para el hombre, que tiene acceso exclusivo a su esposa, mientras que esta debe soportar sus infidelidades’.
El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, 1884.
Engels denuncia que, bajo el capitalismo, el matrimonio burgués se basa en intereses económicos más que en el amor o la igualdad. Las mujeres, relegadas al ámbito doméstico, dependían financieramente de sus esposos, mientras que los hombres mantenían el control sobre la propiedad y la autoridad. Abolir esta forma de familia, para Engels, implicaba transformar las relaciones familiares hacia un modelo basado en la libertad, la igualdad y el amor mutuo, posible solo en una sociedad socialista donde las desigualdades de clase y género fueran superadas.
La visión de Engels: una familia liberada, no destruida
Lejos de proponer la disolución de las relaciones familiares, Engels imaginaba un futuro en el que las uniones se basaran en el afecto genuino, sin coacciones económicas o sociales. En un pasaje clave, escribe:
‘Cuando las diferencias de clase hayan desaparecido y los medios de producción estén en manos de la comunidad, la familia perderá su carácter económico, y el matrimonio será exclusivamente una unión basada en el amor recíproco’.
El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, 1884.
Esta visión es diametralmente opuesta a la idea de que Engels quería erradicar la familia como tal. Su objetivo era liberar a las mujeres de la opresión patriarcal y a las familias de las presiones económicas que las convertían en herramientas del capitalismo. En una sociedad socialista, las relaciones familiares podrían florecer sin las cadenas de la propiedad privada o la subordinación de género.
La tergiversación posmoderna
El malentendido sobre las ideas de Engels proviene, en gran medida, de citas sacadas de contexto y de interpretaciones interesadas. Algunos discursos posmodernos han utilizado frases aisladas de El origen de la familia para construir una narrativa que presenta a Engels como un enemigo de los valores familiares. Por ejemplo, se cita su referencia a la ‘abolición de la familia’ sin mencionar que se refiere exclusivamente a la familia burguesa como institución económica y patriarcal.
Esta manipulación es inadmisible y tramposa. Ignora el contexto histórico de la obra, el análisis materialista de Engels y su propuesta de una transformación social que, lejos de destruir los lazos afectivos, buscaba fortalecerlos en un marco de igualdad. Además, estas lecturas descontextualizadas pasan por alto que Engels no estaba proponiendo una revolución inmediata de las estructuras familiares, sino un proceso histórico ligado a la superación del capitalismo.
Friedrich Engels no abogaba por la abolición de la familia en un sentido emocional o personal, como algunos han querido hacer creer. Su crítica en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884) se dirigía a la familia burguesa, una institución patriarcal que, en el contexto del capitalismo del siglo XIX, oprimía a las mujeres y consolidaba las desigualdades de clase. Engels soñaba con un futuro socialista en el que las relaciones familiares se basaran en la libertad, la igualdad y el amor mutuo, no en la propiedad o la dominación.
Desmontar este mito requiere volver a la fuente, leer a Engels en su contexto y rechazar las interpretaciones sesgadas que desvirtúan su pensamiento. Su legado no es el de un destructor de la familia, sino el de un pensador que buscaba liberar a la humanidad de las cadenas de la opresión, incluidas las que se tejían en el seno del hogar burgués.
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