Nizar Banat sigue siendo la piedra en el zapato del presidente palestino

El activista estaba en el punto de mira de los servicios de seguridad de Abbas, que lo habían detenido una decena de veces, por la publicación de sus polémicos vídeos, en los que criticaba también los acuerdos de la ANP y el estado de Israel

Por Angelo Nero

El 24 de junio de 2021, Nizar Banat, un destacado activista palestino, muy crítico con la corrupción del gobierno de Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, y con su colaboración con el ocupante sionista, fue detenido al amanecer por una docena de agentes de las fuerzas de seguridad de la ANP en su domicilio de Hebrón, y golpeado brutalmente con porras de acero. Dos horas después, el gobernador de esa ciudad, el general de división Jibreen al-Bakri y miembro del Consejo Revolucionario de Fatah, informaba de su muerte sin dar detalles de los motivos por los que había sido arrestado, ni los motivos de su fallecimiento.

Banat, ex militante de Fatah, era muy popular en las redes sociales, donde criticaba sin mordaza al gobierno del sucesor de Yassir Arafat, incidiendo en las continuas violaciones de los derechos humanos, en la corrupción generalizada en su administración, y también el oscuro papel de Mohammed Dahlan, jefe de los servicios secretos palestinos, señalado como el posible asesino de Arafat y de estar vinculado al Mossad. También era muy crítico con la insurgencia siria, y contra los cascos blancos financiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

El activista estaba en el punto de mira de los servicios de seguridad de Abbas, que lo habían detenido una decena de veces, por la publicación de sus polémicos vídeos, en los que criticaba también los acuerdos de la ANP y el estado de Israel, y en su paso por prisión sufrió maltratos y torturas, y llegó a postularse en la lista independiente Liberación y Dignidad, en abril de 2021 aplazadas por el presidente palestino debido a la falta de autorización de Israel para celebrar los comicios en Jerusalén Este. Su casa fue ametrallada poco tiempo después y también fue atacada con granadas y gases lacrimógenos la vivienda donde se encontraba su familia.

Una de sus últimas denuncias fue sobre la gestión de la pandemia de la Autoridad Palestina, que negoció con el estado sionista para que las dosis caducadas de Pfizer fueran suministradas a la población de los Territorios Ocupados.

Después de violentas manifestaciones en Cisjordania contra el gobierno de Abbas, este se vio obligado a abrir una investigación, los informes médicos confirmaron que su muerte fue producida por los golpes que le propinaron en su arresto, y catorce agentes de la seguridad palestina fueron detenidos, aunque no tardaron en ser liberados por orden de la justicia palestina. Sin embargo, 32 personas fueron arrestadas en la ola de protestas derivadas de la muerte de Banat y de la cancelación de las elecciones.

Cuando está a punto de cumplirse un año de su muerte la familia de Nizar Banat ha anunciado que no cree en el poder judicial de la ANP, y que acudirá a los tribunales internacionales en busca de justicia: “Esto no significa que vamos a abandonar el caso, significa que ya no asistiremos a las audiencias judiciales, y estamos estudiando activamente opciones para plantear un caso en los tribunales internacionales, ya que el caso de Nizar es uno de los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la disidencia y la libertad de expresión”.

Según Ramona Wadi, periodista del medio The New Arab, “Los llamados a Abbas para que se vayan, si son escuchados, amenazan la estabilidad israelí. De hecho, Israel está considerando ayudar a la Autoridad Palestina a recuperar la estabilidad política a la luz de la crisis económica que enfrenta, provocada por la retención de fondos de impuestos por parte de Israel. Con la Autoridad Palestina al mando, Israel tiene la seguridad de que la resistencia anticolonial palestina seguirá siendo reprimida y cualquier voz destacada será rápidamente silenciada, como le sucedió trágicamente a Banat.”

Según una encuesta realizada por el Center for Policy and Survey Research, hasta un 80% de los palestinos de Cisjordania quieren que el presidente Mahmoud Abbas, de 85 años, renuncie, y también hay un 45% que preferirían a Hamas en el gobierno, frente a un 19% que seguirían mostrando su apoyo al partido oficialista, Fatah.

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