Ni Trump, ni Brexit: solo Italia

Por Roberto Santos

Seguramente a muchos les puede más el hacer titulares o debates facilones sobre lo que ha ocurrido este domingo en Italia, no son pocas las voces que he escuchado equiparando el referéndum italiano con el Brexit o la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.

Pero lo cierto es que el referéndum italiano no tiene nada que ver con los dos casos anteriores y que en España se use esto para demonizar los referéndums, que para muchos de los tertulianos que se pasean por nuestras televisiones desde primera hora de la mañana hasta última de la noche, parecen ser el enemigo a batir. ¿De verdad es tan malo el voto popular? ¿No es el referéndum un signo claro de democracia?

Seguramente es tentador equiparar la victoria de Trump con la del «NO» al referéndum sobre la reforma constitucional en Italia que ha provocado la caída del Gobierno de Matteo Renzi. O incluso con el “sí” a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (el llamado Brexit). Pero un vistazo a los defensores de las dos partes y a la sustancia de la votación muestra un escenario diferente en Italia.

Si, en Italia Beppe Grillo, ese cómico reconvertido en político, ha sido uno de los mayores defensores del «NO» y también es uno de esos políticos que se identifica con todo lo que se considere “anti- establishment”. También es verdad que los votantes más conservadores y de las zonas más deprimidas de Italia votaron en contra de la reforma constitucional que habría simplificado el sistema electoral y la aprobación de leyes y que el movimiento de extrema derecha que representa en Italia la Lega Nord, partido que es claramente racista y anti-inmigrante, apoyaba también el «NO». Hasta aquí las posibles similitudes, y ya bastante cogidas con pinzas, entre lo ocurrido en Italia y las victorias del Brexit o Trump, pero poco más porque la alianza en favor del «NO» en Italia no coincide exactamente con ninguno de los dos casos.

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-El «establishment», en parte, defendía el «NO»

La reforma constitucional y Mateo Renzi, de 41 años, eran símbolos de la lucha contra la gerontocracia italiana y el inmovilismo que han gobernado el país en gran parte de la postguerra. Los cambios suponían darle más poder al primer ministro, pero también agilizar los procesos de decisión.

Debemos tener en cuenta que el partido en el poder apoyaba el «Sí», pero los que defendían la opción contraria son algunos de los máximos responsables del «establishment» italiano, como el ex primer ministro y empresario, Silvio Berlusconi, el ex primer ministro y excomisario europeo Mario Monti o incluso el Economist, preocupado por la acumulación de poder del premier si gana las elecciones alguien como Grillo, que si es considerado un peligro para ellos.

-El voto joven fue para el «NO»

En Estados Unidos quien ganó el voto joven fue Hillary Clinton, igual que la opción de quedarse en la Unión Europea lo hizo en Reino Unido. Fueron precisamente los más mayores quienes auparon tanto a Trump como al Brexit en sus diferentes países.

En cambio, en Italia el 81% de los jóvenes votaron en contra de la reforma constitucional y de Renzi, que había prometido dimitir si perdía su opción en el referéndum.

-Ciudades VS Campo

Otra importante diferencia entre la victoria de Trump y el referéndum italiano es que no se trato de una fractura entre las ciudades y las zonas rurales.

Aunque sí se nota más diferencia entre el norte y el sur, algunas grandes ciudades como Milán o Florencia votaron a favor de la reforma constitucional, pero otras como Roma o Turín votaron en contra

-Mateo Renzi

En Estados Unidos, Barack Obama abandonará la Casa Blanca, con niveles récord de popularidad para un presidente de este país al final de su segundo mandato, cerca de las marcas de sus primeros años como presidente.

David Cameron en Reino Unido había ganado la reelección con contundencia unos meses antes del referéndum, por lo que en ninguno de estos casos podemos asociar los resultados de las votaciones como expresión de rechazo hacia ellos.

En cambio con Renzi, no podemos decir lo mismo. Mateo Renzi se la jugó en un momento difícil para él. Este verano había bajado del 40% de popularidad, según los datos de IPSOS, y él mismo había convertido la votación en una consulta sobre su continuidad.

-¿Sorpresa? No, no ha sorprendido el resultado

Las últimas encuestas en Italia, que se hicieron dos semanas antes de la votación, ya nos decían que ganaría el «NO». Lo mismo ocurrió con los sondeos a pie de urna que se hicieron el domingo y se hicieron públicos al cierre de los colegios electorales. La sorpresa aquí habría sido la victoria del «Sí».

En el caso de EEUU, las encuestas del voto nacional acertaron (Hillary Clinton ganó el voto popular), pero las de tres estados clave -Pensilvania, Wisconsin y Michigan- fallaron abrumadoramente.

En lo que al Brexit se refiere si es verdad que las encuestas acertaron, la mayoría llevaba semanas prediciendo la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero el sondeo a pie de urna el día de la votación falló y el asesinato de la diputada Jo Cox por parte de un nacionalista llevó a los mercados y a los analistas a creer que los votantes optarían por quedarse en la UE.

-¿Qué han elegido los italianos y por qué?

En la consulta se decidía la reforma de 44 artículos de la Constitución de Italia con importantes cambios propuestos por el primer ministro para simplificar y reducir el coste del sistema político del país. Buena parte de las modificaciones se centraban en el Senado. Por un lado, se pretendía acabar con el bicameralismo en el sistema parlamentario del país, transformando esta cámara en un órgano de representación territorial con poderes más limitados y sin derecho a veto. Y, por otro, se proponía reducir de forma drástica el número de senadores (de 315 a 100).

El referéndum resultaba clave para el primer ministro, que ya había anunciado que dimitiría si no ganaba el «Sí», es decir no solo se votaba la reforma constitucional, sino que también la continuidad del primer ministro, que como ya os he dicho antes no estaba en su mejor momento de popularidad en Italia.

-¿Por qué algunos lo usan para meter miedo?

Porque el bando del «NO» agrupaba a muchas formaciones políticas, desde la tradicional Forza Italia, a la ultraderecha Lega Nord o incluso al partido antieuropeista, Movimiento 5 Estrellas, del cómico Beppe Grillo.

Medios como el ‘Financial Times’ o ‘Wall Street Journal’ llevaban días alertando de que una victoria del ‘no’ en Italia podría suponer un avance para formaciones como el Movimiento 5 Estrellas, que defiende el abandono de la moneda única en el país alpino.

Ese es el auténtico miedo que tiene el «establishment europeo» al que en nada le afectaría el resultado de este referéndum si Mateo Renzi no hubiera asociado su continuidad al mismo, pero al hacerlo y perderlo lleva a Italia a debatir  la conformación de un Gobierno técnico o provisional y la convocatoria de nuevas elecciones generales. No debemos olvidar tampoco que esto en Italia no es tan raro, en 70 años de democracia, llevan 63 gobiernos, nada más y nada menos.

Como veis nada tiene que ver este referéndum con las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ni con el Brexit, aunque si es cierto que abren un nuevo foco de intestabilidad en Europa, que no sabemos como se resolverá finalmente y que en caso de celebrarse nuevas elecciones, cosa que aún no esta clara, podría llevar a Beppe Grillo al poder y por tanto hacer real la posibilidad de que Italia pueda tener su propio referéndum sobre el euro, moneda que el Movimiento 5 Estrellas rechaza de plano.

El tiempo nos dirá como se termina de escribir esta historia, pero lo que es seguro es que va a darnos muchos titulares del miedo, muchas horas de tertulianos demonizando los referéndums, porque claro, al votar la gente y expresar libremente lo que opinan y quieren nos podemos encontrar con que la opinión popular no coincide con los intereses del «establishment» y claro, no mola. Lo curioso es que atacar los referéndums se está disfrazando de lo que no es, porque, ¿acaso no es profundamente antidemocrático situarse en contra de consultar a la ciudadanía para que se haga lo que decida la mayoría? ¿No es esa justamente la esencia de la democracia? Ahí lo dejo.

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