Por Carmen Romero
En octubre de 2018 se conformó en Francia lo que se conoce como el movimiento de los chalecos amarillos. Protestas masivas contra el alza de los precios del combustible, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. En España, el Gobierno baraja implantar peajes en todas las autovías del país en 2024. Recordar lo sucedido con los chalecos amarillos en Francia es suficiente como para entender que la implantación de peajes es una izquierda sacando arena para cavar su propio hoyo.
La justificación es que «quien contamina paga» y «el que usa paga”. Thatcher estaría orgullosa; “La economía es el método. El objetivo es cambiar el alma.”
El alma es el neoliberalismo, que nos lo han metido hasta el tuétano. El método es pretender vender de ecológica una medida neoliberal para no cargar de impuestos a los ricos y que sigamos pagando los de siempre. Lo siento, pero subir los impuestos indirectos no es de izquierdas. Subirle los directos a los ricos, sí. Amazon ingresó 5.400 millones en España y pagó solo un 2,2% de impuestos. Netflix tan solo pagó 3.146 euros de impuestos en España en su primer ejercicio fiscal. Digamos que, con lo que paguemos los trabajadores en lo peajes, se subvencionará el coche eléctrico que se podrá comprar el rico de turno al que no le suben los impuestos directos.
Capitalismo verde
100 compañías son responsables del 70% de las emisiones, y el 10% de los hogares con mayores ingresos generan varias veces más emisiones per cápita que el 50% de los hogares con menores ingresos, según The Guardian. Además va mucho más allá. El capitalismo domestica toda reivindicación para parchear sin romper. Las grandes marcas se han subido al carro del ecologismo cambiando el plástico por el cartón, por ejemplo. Pero el problema es estructural: el modelo productivo. Convertir la crisis medioambiental en una batalla individual de consumo tiene como consecuencia que empresas como Carrefour financien campañas de ecologismo, pero que después te vendan una naranja pelada dentro de un envase de plástico. Ni Pantomima Full lo haría mejor.
Capitalismo verde es que McDonald deje de usar plástico, pero siga teniendo a la gente echando más horas que un reloj. Que Zara fabrique eco, pero las niñas de Bangladés sigan en condiciones inhumanas. Que Glovo farde de no utilizar cubiertos de plástico pero explote a sus trabajadores sin contrato. Que te digan que los peajes se llevarán a cabo para que se contamine menos cogiendo el coche, pero que no haya alternativas públicas de transporte para la clase trabajadora. Vamos, que lo del ecologismo capitalista significa que puedes contaminar con total libertas si tienes el dinero suficiente como para hacerlo.
El hoyo
La izquierda con políticas como la de los peajes camina en línea recta hacia una colina desierta, llena de abono, con una pala en mano para proceder a enterrarse.
En Madrid no ganó el PP, nadie se ha acordado de Pablo Casado. En Madrid ganó Ayuso, la inseguridad y la desafección.
En Madrid la gente no es tonta, en Madrid la gente sabe votar y ha votado lo que ha querido.
En Madrid no hay muchísimos fascistas como dicen por ahí, en Madrid la gente está harta de vosotros, vosotras y vosotres, de que tras un año de gobierno progresista no se haya regulado los alquileres, no se haya derogado la reforma laboral y un largo etc.
En Madrid la gente no ha votado ir al bar y emborracharse, sino poder trabajar en el bar.
No es fatiga pandémica, es fatiga capitalista. La fatiga que arrastramos la traemos de antes del Covid por lo que supone vivir en constante incertidumbre.
Está claro que en España tenemos un problema con el neofascismo, aún presente en las instituciones por lo que supuso acostarnos una noche siendo un país franquista y despertarnos al día siguiente siendo una democracia solo por haber ido a votar. Por haber ido a votar a partidos con líderes que incluso pertenecieron al Régimen. Está claro que hay que poner líneas rojas. Lo que no podemos permitir es que todo el debate gire en torno a eso. Ya ha pasado el 4 de mayo y nadie habla de ese eje Democracia-Fascismo del que se hablaba. ¿Sabéis de qué sí se habla? De los peajes, de cómo empresas están haciendo despidos masivos tras haber recibido subvenciones por parte del Estado, o de cómo la oleada de desahucio que se aproxima será devastadora. Al PSOE le vino muy bien esa configuración Democracia-Fascismo para la campaña. Otra cosa es que no les haya salido bien en las urnas, como sí les fue en el 10N de 2019 cuando se presentaban como el voto útil frente al fascismo y Vox.
Cuídense, que a veces el enemigo está en casa. Neoliberalismo e izquierda es un oxímoron. Decir que en España existe un progresismo neoliberal no es de rojipardos, es de no querer darnos hostia tras hostia cada vez que se va a votar.
Interesante artículo.
Un apunte ortográfico, oxímoron esdrújulo..
Ánimo os sigo, leo, comparto y estoy en vuestra línea, salud