Nacho Morán Seijas: “Cuando nos ponemos una máscara nos estamos dando la licencia de no tener que guardar las formas. La nariz del payaso es la máscara más pequeña del mundo.”

La labor de Payasos sin Fronteras no es otra que devolver a la infancia su derecho a jugar en aquellos lugares donde guerras o catástrofes naturales les obligaron a crecer muy rápido.

Por Sol Gómez Arteaga | 25/08/2024

Nacho Morán es un ingeniero aeronáutico, actor, payaso, activista y cooperante, natural de Astorga. Lleva casi veinte años trabajando en el ámbito de la navegación aérea estatal y europea, y quince de trayectoria teatral y audiovisual, centrada principalmente en las figuras transgresoras de bufones y payasos. Como activista ha participado, y participa, en múltiples movimientos sociales en defensa del territorio, la movilidad sostenible y el uso de la risa como un arma de construcción masiva.

¿Qué es lo que hace que un ingeniero aeronáutico de formación y dedicación le plante cara a los pronósticos tormentosos de la vida y se enrole en Payasos Sin Fronteras llenando de risas y de asombro los rincones más dolidos del planeta como Hospitales, Casas de Acogida para Mujeres Maltratadas, o con su maleta cargada de humor inteligente viaje a lugares de conflictos bélicos como Colombia, Bosnia i Herzegovina, Ucrania, Etiopía o Armenia, por citar solo algunos países a los que te has desplazado?

Puede que la casualidad.

Los primeros responsables creo que son mis padres, porque desde pequeño me orientaron a seguir mi propio camino y a darle la importancia justa a los bienes materiales.

Y quizás eso influya en que, al terminar la carrera universitaria, en lugar de liarme a hacer un MBA (Master Business Administration) u otras mandangas con las que aspirar a ganar mucho dinero rápidamente, retomé algunas actividades que había dejado paradas. Una de ellas era la de ser monitor de tiempo libre. Bicheando por internet, me topé con un anuncio de un curso de “técnicas de clown aplicadas al tiempo libre”. Tenía hueco el fin de semana en el que se impartía, así que decidí apuntarme.

El curso estaba centrado en los típicos juegos y dinámicas de campamento, pero lo enlazaban con la figura del payaso. A mí me cautivó ese personaje tan espontáneo y libre de prejuicios. Realmente revolucionario en una sociedad supuestamente racional y adicta al postureo.

Es muy cómico observar al ser humano tomarse tan en serio a sí mismo. Parece que Santo Tomás Moro ya en sus días dijo algo así como “Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque no les faltará diversión”.

Así que me metí a investigar a fondo este curioso personaje. Pasé por varias escuelas de circo y de teatro e hice mis pinitos en alguna pequeña compañía de payasos antes de empezar con Silvia Arriscado de la Llave el proyecto de Anticiclón Clown.

Con Payasos Sin Fronteras me topé de casualidad en 2010, con motivo de un “Congreso nacional de clown” al que nos habían invitado para actuar en su gala. Allí nos encontramos con un expositor de la ONG que nos llamó la atención y decidimos hacernos socios. Y ahí llevamos catorce años. Empezamos como voluntarios y animadores, pasando al cabo de los años a organizar algunos de sus eventos, a hacernos cargo de responsabilidades orgánicas y a participar en expediciones a zonas afectadas por conflictos armados.

La labor de la ONG no es otra que devolver a la infancia su derecho a jugar en aquellos lugares donde guerras o catástrofes naturales les obligaron a crecer muy rápido. La mente de una infancia que no juega tenderá a repetir la crispación y el conflicto de sus mayores en un bucle infinito.

¿Qué es la Compañía Anticiclón Clown? ¿Quiénes la formáis, cuándo surge, de qué influencias artísticas se nutre, qué mensaje quiere transmitir en sus múltiples puestas en escena entre las que rescato ‘La conferencia del profesor Tija’, ‘El pintor’, ‘La cita’, ‘Érase una vez’, `La tesis´, ‘Tú sí que vales, sí’, `El sueño de Amador’, ‘Magia potagia’, ‘Homo smartphonus’, ‘El payaso con botas’, ‘La chistera mágica’ o la última ‘Candanga’?

Es un proyecto que cumplirá el año que viene quince años. Como comenté antes, lo creamos Silvia y yo para divertirnos con el clown y de paso ir despejando nubarrones y fenómenos tormentosos en las mentes humanoides.

En realidad, le podríamos haber dado un nombre en inglés, porque Silvia y yo nos conocimos en la escuela de idiomas, Anticyclone Clown, pero nos manejábamos mejor con el espanglish.

En nuestros espectáculos de clown usamos algo el circo, la danza y, sobre todo, el teatro físico. De hecho, muchos están hechos para que sean entendidos sin importar el idioma que hable el público. La risa es un lenguaje universal.

Una persona que ha colaborado con el proyecto casi desde los orígenes es Santiago Rubio Díaz. Él fue quien pintó a mano nuestro icónico telón, quien se hace cargo de la técnica cuando hace falta y también quien ha dirigido la obra de “Homo Smartphonus”, en la que, a través de una cita por internet, un clown se sumerge en el consumo compulsivo de relaciones cibernéticas y felicidad encriptada.

Otro que también ha tenido un papel relevante en este proyecto es mi padre, Enrique Morán Gómez. De su taller e ingenio salen muchos de los artefactos que luego usamos en las actuaciones.

¿Es el clown un arte serio?

Quizás podríamos decir que es un arte irresponsablemente serio. Aunque habrá quien piense que es seriamente irresponsable. No vamos a discutir por esto.

Entrando un poco en harina, podríamos un momento tratar de recordar nuestra infancia más prematura. Seguramente nos veamos jugando con cualquier cosa y en cualquier lugar, la creatividad no tenía límites.

Si vamos viajando en el tiempo recordando diferentes momentos de nuestro proceso de ‘maduración’ hasta llegar a lo que somos en la actualidad, seguramente nos iremos topando con la vergüenza, el miedo al ridículo, las expectativas externas e internas o la racionalidad. Todo un proceso de autocensura al hecho de ser genuinos, espontáneos y creativos, no fuera a ser que nos tacharan de infantiles o locos.

El clown, por su parte, es un personaje eminentemente instintivo y emocional que no tiene ningún problema en mostrarse tal y como es, con todas sus limitaciones y virtudes. En más de una ocasión, algún niño de los que van entrando en la adolescencia nos ha exclamado entre risas: “¡Estáis locos!”

Quizás sea por eso, por lo que cuando vemos un espectáculo de clown sentimos ese alivio en nuestras propias tensiones internas de autoexigencia, ya que nos vemos reflejados en unos personajes que fracasan una y otra vez sin necesidad de ocultarlo.

Así que sí, estamos locos. Y a mucha honra, que nuestro trabajo nos ha costado.

Actuación en el campo de refugiados somalí en el área de Melkadida (en la zona somalí de Etiopía)

Siempre me ha llamado la atención la frase de Machado Lo esencial carnavalesco no es ponerse careta sino quitarse cara. Y no hay nadie tan avenido con la suya que no aspire a estrenar otra alguna vez, de la misma manera que me ha llamado la atención la nariz roja que el payaso se coloca cuando actúa. ¿Con una nariz roja puesta y más cosas (talento, formación, una misión) uno se transforma en otro -y de paso pierde el pudor de exponerse al público- o, por el contrario, uno retorna a su yo más auténtico?

Cuando nos ponemos una máscara en carnaval, o cuando nos ponemos una máscara en teatro, de alguna manera, nos estamos dando la licencia de no tener que guardar las formas que nos obligamos a cumplir. Es decir, nos desinhibimos, y por tanto fluimos con libertad. Esta es también la esencia del clown y parte de su secreto. No en vano, la nariz del payaso es la máscara más pequeña del mundo.

Aunque para llevar un clown al escenario sea necesario dotarlo de un montón de recursos escénicos y por supuesto de una dramaturgia que module las energías, el espíritu del personaje en sí nace de nuestro niño interior, que no es otra cosa que nosotros mismos jugando a lo que nos dé la gana sin juzgarnos.

Aparte del trabajo de clown estás metido en un par de Asociaciones que cercanas a la zona de la Maragatería en la que naciste que, desde lo rural, defienden el medio ambiente. La Plataforma Alta Valduerna Macroparques es una de ellas. Háblanos de sus reivindicaciones.

Sí, el primero que entró en la plataforma fue mi padre, y yo le seguí.

Aunque supongo que a estas alturas todo el mundo sabe de qué va el tema, puedo explicar un poco para ponernos en contexto.

El proceso de descarbonización energética planteado por Europa ha supuesto el reemplazo de las centrales térmicas y nucleares ubicadas en sitios puntuales, a la necesidad de convertir en suelo industrial enormes extensiones de campos, montañas y ríos.

Aunque el nuevo modelo ofrece la oportunidad de modificar el actual oligopolio energético permitiendo que parte de la energía se pueda producir en casa con autoconsumos y pequeñas comunidades energéticas, lo que está pasando a gran escala es que se ha abierto la veda para que grandes eléctricas y fondos de inversión especulen con suelos baratos y el dimensionado de la red eléctrica para optimizar sus beneficios. No importa si la energía se va a producir a trescientos kilómetros de donde se va a consumir, ni si realmente hace falta toda la energía que se va a instalar, ni tampoco si se va a poder dar continuidad al servicio eléctrico.

Por este motivo, la provincia de León tiene un especial riesgo, ya que sufre un proceso de despoblación grande y su red eléctrica tiene una alta capacidad como fruto de la potencia que en el pasado generaban las centrales térmicas del carbón.

Por tanto, los valles y montes de León se están enfrentando a la posibilidad de ser convertidos de forma masiva en terreno industrial que terminará con gran parte del patrimonio natural y expulsará a la población que aún resiste, en pro de una burbuja especulativa que cuando reviente, dejará la provincia irreversiblemente contaminada, con una gran cantidad de chatarra industrial que nadie se acordará de quitar. Por este motivo, solo en la provincia se han creado más de catorce plataformas que se oponen a estos grandes parques.

Pero el Estado tiene muy claro cuáles deben ser las zonas de sacrificio. Así que, para poder acelerar este despliegue de macroparques, el Gobierno solicitó en 2022 a la Comisión Europea que se declarasen como bien de utilidad pública, para concluir con un el Real Decreto RDL 20/2022 aprobado por urgencia en Consejo de ministros mediante el que se reducían los requisitos de evaluación de impacto ambiental y se abría la puerta a las expropiaciones forzosas.

Solo en la zona de la Valduerna, se han proyectado ocho macroproyectos y un nudo de evacuación, de los cuales por el momento se han podido tumbar seis, gracias al trabajo y tesón de la plataforma.

Otra Asociación en la que estás metido es la Asociación Teleno Libre, ¿qué objetivos persigue?

El Teleno es un monte emblemático, el más alto del sur de León. En él existe una gran riqueza ecológica y antropológica por haber sido referencia para las gentes que habitan esas comarcas desde los orígenes.

Sin embargo, el Ejército comenzó a utilizarlo ya desde la segunda república como campo de tiro para hacer maniobras. A principios de los años ochenta decidió consolidar su uso y expropiar por procedimiento de urgencia parcelas que previamente se habían dedicado a la explotación forestal y agropecuaria, incluyendo tierras comunales. Estas expropiaciones suscitaron la oposición local, pero fueron forzadas aludiendo a la prevalencia de los intereses de la defensa nacional.

El campo se divide en una zona de caída de proyectiles de 4350 hectáreas, una zona de maniobra de 1300 hectáreas y otras 27 pequeñas parcelas que se emplean como zonas de campamento, asentamiento de tiro, puesto de mando y observatorio.

Prácticamente la totalidad de la ladera norte del monte Teleno es zona de caída de proyectiles, por lo que es un área peligrosa a la que no se puede acceder, ya que, aunque no haya maniobras, el terreno está lleno de proyectiles y algunos pueden estar aún por explotar.

Además, el paso de tanques y vehículos pesados por las zonas desde las que se dispara, cerca de los pueblos, destroza los caminos y hace muy difícil la vida de las personas que viven allí.

Este campo de tiro discontinuo, en el que aún se sigue disparando por encima de población civil, es el único de España y creo que también de Europa.

Cada cierto tiempo se producen incendios en las zonas de caída de proyectiles que ponen en riesgo a los pueblos más cercanos. De hecho, la plataforma “Teleno Libre” se constituyó tras el último incendio que tuvo lugar hace dos años durante el mes septiembre, por la caída de un rayo en una tormenta de verano. La peligrosidad por la presencia de munición sin detonar hizo que los medios de extinción no pudieran acceder al lugar y el fuego permaneció activo y descontrolado durante más de quince días. Aquel incendio puso en jaque a toda la comarca y se quedó a trescientos metros del pueblo de Boisán.

Pero también desde lo urbano -vives y trabajas en Madrid- haces una defensa de la ecología a través de la Asociación Pedalibre que reivindica el uso de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad, de manera que ésta -la bici- no solo es para el verano y mucho menos solo para los pueblos. ¿Qué tipo de actividades lleváis a cabo desde Pedalibre?

La bicicleta es un medio de transporte ágil y eficiente que ha sido alternativa de movilidad limpia en la mayoría de las capitales de Europa. Sin embargo, en la ciudad de Madrid, existe una reticencia inexplicable por parte de las administraciones y el ayuntamiento.

Desde Pedalibre se hace un trabajo en pro de tratar de convertir la bicicleta en un medio de transporte masivo, proponiendo la construcción de una red ciclista con vías segregadas que permitan cruzar la ciudad de una forma ágil y segura. Además, la asociación participa en la mejora de proyectos de reforma con el objeto de que la bicicleta esté presente.

También se imparten cursos para aprender a montar en bicicleta y circular correctamente por la ciudad, se organizan divertidas bicifestaciones con las que dar visibilidad a la bicicleta y reivindicar la construcción de la red ciclista.

Se cuenta con un taller en la sede, en el que todos los martes, cualquiera puede acercarse y aprender mecánica o reparar su bicicleta. Y se organizan excursiones ciclistas por diferentes lugares tanto dentro como fuera de la Comunidad de Madrid.

Prestoso de meterte en charcos (corrígeme si me equivoco) te enrolas en un nuevo partido político que nace el 10 de septiembre de 2022 llamado ALANTRE que se define como concejil, heredero de los movimientos de izquierdas de León, construido desde las clases populares para mejorar las condiciones de vida de los leoneses y leonesas, cuyo logotipo, acaso en su búsqueda de ser semilla de cambio, es un diente de león. Háblanos de este nuevo partido para Nueva Revolución.

Antes de nada, comentar que esto no tiene nada que ver con los planteamientos que tengan las plataformas de las que he hablado antes, ya que en ellas simplemente hay personas que tratan de defender sus pueblos y comarcas sin importar lo que vote cada cual. Y tampoco hablaré en nombre de Alantre, ya que sus posicionamientos son fruto de los consensos a los que vayan llegando las personas que se vayan uniendo.

Volviendo sobre tu pregunta, la palabra enrolar quizás no sea la más adecuada para explicar mi conexión con el proyecto. Lo que sucedió realmente es que eché una mano a montarlo como una posible forma de modificar la tendencia socioeconómica actual de la provincia.

A partir de los ejemplos anteriores, y otros muchos que no hemos comentado, es fácil dar con algunas causas evidentes que explican la situación de la provincia leonesa y de otros muchos lugares de España.

El sistema constituido a nivel estado es una reproducción a pequeña escala de lo que es el sistema capitalista mundial, donde unos estados centrales crecen y se desarrollan a costa de otros periféricos que son usados como zonas de sacrificio, para garantizar que los primeros puedan mantener su bienestar y crecimiento constante.

Así es como la mayor parte de la provincia de León ha sido históricamente dedicada a la extracción de recursos y materias primas con las que satisfacer las necesidades de otros territorios que están en plena expansión.

Por otra parte, la provincia de León, entre otras, fue obligada de forma muy poco democrática, a formar parte de una enorme comunidad autónoma inoperante y centralizadora, cuya creación no tenía por objetivo el bienestar y desarrollo de los territorios que la integraban, sino ser útil al resto del estado para literalmente, “servir de contrapeso frente a los nacionalismos periféricos”.

El resultado de todo esto es una provincia sometida a un doble centralismo y sin posibilidades de defenderse ni progresar, puesto que los representantes electos que deberían luchar por ello, lógicamente, se ven obligados a priorizar las directrices que les llegan desde los centros de poder de sus partidos estatales en Valladolid y Madrid.

Creo que con esto ya se entiende el planteamiento del proyecto. Solo añadir que, como punto de partida, se elige reemplazar las banderas por la defensa de los derechos sociales y la justicia territorial. A partir de aquí, será o no será en función de la utilidad que vean en él las personas que tengan la inquietud de hacer política en la provincia de León y puede que también Zamora y Salamanca.

Para buscar similitudes con otros ejemplos de partidos que se conozcan, podríamos mencionar a Chunta Aragonesista, Compromís, Más Madrid, Adelante Andalucía o Proyecto Drago. De hecho, uno de los primeros resultados ya tangibles de esta iniciativa, es que hemos conseguido que el diputado Jorge Pueyo de Chunta Aragonesista nos abra la puerta para llevar al Congreso demandas de las plataformas.

Como anécdota diré que el nombre que al final se eligió, Alantre, lo propuse inspirado por el estribillo de la canción “Dónde está nuestro pan” que musicó mi hermano, Javi Morán, a partir de un poema de Abel Aparicio. Nos gustó la palabra, Adelante en una lengua, la asturleonesa, identificada por la UNESCO como lengua en peligro de extinción y para la que la Junta de CyL no tiene ningún plan, incumplimiento su propio estatuto de autonomía.

¿Qué proyectos creativos nuevos tienes?

Veo que volvemos a un tema más amable. Se agradece.

Acaba de echar a andar un nuevo proyecto junto con mi compañera Marta Rebeca de la Fuente Alonso. Lo hemos bautizado Extravagalia, y como su propio nombre indica, nos plantemos jugar con el humor en sus rincones más extravagantes y absurdos, con la figura del clown, pero también la del bufón, las máscaras y la tontería en general. Candanga ha sido nuestra primera creación escénica. Aunque como no es fácil vernos en directo, hemos creado unos humildes perfiles en Facebook, Instagram y Youtube para acompañar el día a día con un pequeño toque de humor. En Facebook ya tenemos doce seguidores.

Además, tenemos entre manos la composición de un espectáculo nuevo con Anticiclón Clown, otro con Entenguerengue, la posibilidad de participar interpretando a Arlequino en una obra de comedia del arte y las siempre impredecibles locuras que se nos ocurren en Toligos Teatro, Gon Solo y Pedro Mochales.

Otro proyecto que empezamos el año pasado a explorar y con el que seguramente sigamos este año, es el Teleclown. Un proyecto con el que se explora la posibilidad de dinamizar las zonas rurales con actuaciones de payasos cuando no hay veraneantes.

¿Gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas son motor del cambio social?

Pues seguramente sí. Aunque si esa gente pequeña se une y aprende a reírse de sí misma, quizás el cambio social sea más divertido.

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