Mujeres libres, mujeres sin precio #YoNoGestaría

Por SeixoDani con viñeta de ElKoko

Una vez más y con total impunidad, el poder del dinero se hace presente en nuestras ciudades empapelando con estrambóticas campañas las numerosas vallas publicitarias quedía a día, desde sus estratégicas y muy pensadas ubicaciones, intentan adoctrinarnos de camino a casa o al trabajo. En esta ocasión, el turno para dar a conocer su arcaico mensaje desde el más novedoso marketing, ha sido para Son Nuestros Hijos, una asociación de 500 familias que apuestan abiertamente por regular la gestación subrogada. Lo que en un lenguaje claro y no intencionadamente edulcorado, vendría a significar abrir directamente las puertas al mercado y mercadeo de la maternidad / paternidad en España.

En plena resaca del #25N más reivindicativo contra prácticas cosificadoras como la prostitución o los vientres de alquiler, quienes pretenden acceder a la experiencia de la maternidad desde el libre mercado han decidido contraatacar a las razones y la organización feminista con el peso de la publicidad. Pasadas las once de la noche, las pantallas de la plaza madrileña de Callao se iluminaban al unísono con la frase «Nosotras parimos, nosotras decidimos». Conscientes de la clara apropiación de una frase utilizada por el movimiento feminista, Son Nuestros Hijos remitía a los numerosos viandantes madrileños a una página web en la que tras una breve visita y bajo el hashtag #YoGestaría, se podían encontrar los testimonios de cerca de 200 mujeres aparentemente «dispuestas» a gestar de manera «voluntaria» los hijos de otras personas.

No es casualidad la elección del eslogan que el propio feminismo acuñó en su batalla para que el derecho al aborto fuese reconocido en el estado español, declaraciones como las de Sonia Ruano, portavoz de Son Nuestros Hijos y madre por gestación subrogada, planteando un supuesto cisma dentro del movimiento feminista en relación a los vientres de alquiler «Somos muchas las personas que considerándonos feministas no nos sentimos representadas por quienes en nombre del feminismo están diciendo lo que las mujeres pueden y no pueden» o incluso llegando a insinuar campañas de criminalización contra las madres gestantes o los propios niños «Nos están criminalizando y dando mensajes que incitan al odio, hacia nuestros hijos, pero sobre todo a las mujeres más importantes de nuestras vidas, como son nuestras gestantes», parecen totalmente predeterminadas para intentar llevar el debate dentro del propio feminismo al terreno de la pasión y el sentimiento, huyendo así oportunamente del campo de la ética y la razón.

Seamos claros, organizar a 500 familias, empapelar Madrid y Barcelona con 8.000 carteles o incluso conseguir el testimonio de apenas 200 personas, no supone, ni debiese suponer, motivo de peso alguno para reabrir un debate en el que la mayor parte de los partidos de nuestro parlamento ya se han posicionado de manera clara. Excepto Ciudadanos, partido que defiende abiertamente la regularización de esta práctica -¿Qué no vendería Ciudadanos?-, el resto de formaciones ya se han mostrado claramente rehacios a implementar la lógica de mercado a la maternidad.

Puedo imaginarme que en Virginia, alrededor de 1640, serían numerosos los comerciantes que reclamaban sin disimulo alguno su derecho a poseer mano de obra barata para explotar sus tierras. Todavía hoy, otros muchos en el estado español creen firmemente en el indiscutible derecho del varón para desfogar sus necesidades sexuales con una mujer a cambio de unos cuantos billetes y un pacto «voluntario». Esclavitud y mercantilización del cuerpo de la mujer, dos temas que parecen excesivamente alejados del mensaje que «Son Nuestros Hijo»s ha logrado lanzar en una valla gigante en pleno centro de Madrid, pero que sin embargo se encuentran intrínsecamente relacionadas con los vientres de alquiler.

El lobby de «Son Nuestros Hijos» no te hablará de las condiciones de explotación y miseria subyacentes tras los contratos alcanzados en países como la India o de la inhumana legislación ucraniana, un país, en el que quién lleva una vida dentro, pierde todo derecho sobre ella por imperativo legal, pese a que pueda arrepentirse de su decisión en el último momento, Tampoco nos hablará del perfil socioeconómico de las madres que «voluntariamente» deciden pasar por un embarazo para entregar el fruto de su vientre a una tercera persona. La campaña #YoGestaría supone un nuevo intento, desde las pulsiones más básicas, para imponer la lógica de mercado a la maternidad. Pero cabe recordar que no estamos hablando de garantizar un derecho básico, ni tampoco de legislar acerca de un producto que se pueda consumir atendiendo a las leyes de la oferta y la demanda.

La maternidad / paternidad, no puede entrar en el terreno de lo económico, el cuerpo de la mujer no debe ser una vez más parte de la más pura especulación económica. Lo que hoy defienden desde la publicidad las asociaciones en favor de los vientres de alquiler, es lo mismo que muchas familias adineradas ya obtuvieron desde la complicidad del régimen franquista: el lograr arrebatar a sus hijos a la clase obrera institucionalizando la opresión y el mercadeo sobre el cuerpo de la mujer trabajadora. Pero hoy en el estado español existe un feminismo organizado, existe una respuesta firme y contundente contra las dinámicas patriarcales de explotación del cuerpo de la mujer. Por eso, .

3 Comments

  1. Me llamo Sara . Quiero contaros nuestra historia , aunque parece un poco terrible, pero bien que final es feliz . Somos una pareja de España que estamos luchando mucho tiempo con enfermedad mía. Por Cáncer me han quitado el útero. Pero el deseo de querer ser padres no nos dejaba vivir normal. Por recomendaciones hemos dirigido al centro de tratamiento de infertilidad, que está en Ucrania . Para poder tener el bebé biológico …tuvimos que empezar el proceso de gestación subrogada . Ahora somos padres felices de nuestro hijo . Sinceramente queremos decir gracias a todos médicos de esa clínica ! Nunca hemos arrepentido de nuestra decisión !!!

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