Las elecciones se ha desarrollado en un contexto de fuerte polarización, con los europeistas denunciando una supuesta injerencia rusa, y una fuerte represión de los medios de comunicación contrarios al gobierno, al que acusan de fraude en el voto por correo en el extranjero.
Por Angelo Nero | 22/10/2024
«Si la Unión Europea es tan atractiva como lo pintan las autoridades de Chisinau, ¿por qué este régimen está empujando a los moldavos allí con un palo?», se pregunta el periodista Dmitry Ciubashenco, hace cinco meses en un artículo publicado en NR. Entonces señalábamos que las encuestas mostraban que sólo el 55% de los moldavos estaban a favor de que su país entrara en la Unión Europea, contra un escaso margen del 6% de los que estaban en contra.
Este domingo, 20 de octubre, se ha celebrado, finalmente, un referendum sobre si este país, situado entre Rumanía y Ucrania, debería entrar en la UE, y el resultado ha sido un empate técnico, un 50% de los votantes moldavos se han decantado por el si, y otro 50% han votado que no a la pregunta ¿Está usted a favor de modificar la Constitución con vistas a la adhesión de la República de Moldavia a la Unión Europea?. La participación ha sido del 54,64%.
Las elecciones se ha desarrollado en un contexto de fuerte polarización, con los europeístas denunciando una supuesta injerencia rusa, y una fuerte represión de los medios de comunicación contrarios al gobierno, al que acusan de fraude en el voto por correo en el extranjero. A falta del conteo de estos votos del exterior, la diferencia entre el si y el no era de menos de cien votos.
La cuestión de la guerra en Ucrania, con quien Moldavia comparte frontera, también ha pesado en un país en el que la economía ha sufrido los efectos de la llegada de más de un millón de refugiados. La presidenta moldava, la europeista Maia Sandu, ha declarado tras conocer los resultados que su país se ha enfrentado a “un asalto sin precedentes a la libertad y la democracia de nuestro país, tanto hoy como en los últimos meses”, señalando a “grupos criminales que trabajan junto con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales”.
Y es que el domingo 20 de octubre, además de la votación sobre la futura integración de Moldavia en la Unión Europea, también se celebraban elecciones presidenciales, y aunque ha ganado la candidata del derechista Partido de Acción y Solidaridad (PAS), con la propia Maia Sandu con un 47% de los votos, no ha logrado imponerse con la rotundidad necesaria para evitar una segunda vuelta.
El próximo 3 de noviembre, Sandu tendrá que volver a competir por la presidencia con Alexandr Stoianoglo, el líder del Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSMR), y ex fiscal general del estado, que ha logrado el 26.38 % de los votos. En tercer lugar ha quedado la lista democratacristina Nuesto Partido (NP) con su candidato Renato Usatîi, ex Alcalde de Bălți, la segunda ciudad más importante de Moldavia, con un 13.77 %. Le sigue Irina Vlah, gobernadora de la región autónoma de Gagauzia desde 2015 hasta 2023, y que pese a militar en el PSMR, se presentaba como independiente, con el 5.47 %.
Siete candidatos más se postulaban a la presidencia moldava, que han quedado debajo del 5%. Entre ellos Vasile Tarlev, del Partido de los Comunistas de la República de Moldavia, que fue primer ministro de Moldavia desde 2001 hasta 2008 y hasta 2017 fue el único primer ministro que ganó dos mandatos consecutivos; también se postularon a la presidencia del país, Ion Chicu, primer ministro entre 2019 y 2020, la fiscal Victoria Furtunăn, y la periodista Natalia Morari.
Se el primero en comentar