Lo normal sería que todos los medios de comunicación, la televisión, los periódicos y los sitios web le dedicaran sus páginas. Eso probablemente ocurriría si Mijaín no fuera cubano.
Por Nikos Mottas | 13/08/2024
El héroe de los Juegos Olímpicos de París 2024 no es Tom Cruise, Armand Duplantis o Novak Djokovic. El héroe es cubano y se llama Mijaín López.
El hijo de Leonor y Bartolo, traspasó todos los límites posibles. Si alguna obra humana se acerca a la perfección es la que acaba de cerrar aquí, con su quinta medalla de oro consecutiva en lucha grecorromana. La lucha se mantiene, con Mijaín, en el paraíso dorado de los cinco anillos desde 1992, cuando Héctor Milián ganó la medalla de oro en Barcelona. Desde entonces, nunca ha fallado en subir a lo más alto del podio en ninguna edición.
Lo normal sería que todos los medios de comunicación, la televisión, los periódicos y los sitios web le dedicaran sus páginas. Eso probablemente ocurriría si Mijaín no fuera cubano, sino un deportista de algún país occidental, de Europa o de Estados Unidos. Tal vez los grandes medios de comunicación hablarían mucho más de él si fuera un “disidente”, si hubiera salido de Cuba para Miami denunciando a su gobierno socialista. En ese caso, se habría hecho viral.
Pero, por el contrario, Mijaín es un orgulloso representante de la Cuba socialista. Y, además, ama a Fidel Castro, a quien le había dedicado su 1ª y 3ª medallas de oro. En su casa, López ha colgado sus medallas junto a un retrato del líder histórico de la revolución cubana.
Porque, como escribió el periódico Granma, Mijaín es Cuba. Porque el niño, el joven, el obrero, el científico, el médico, el maestro, el intelectual, se reflejan en su convicción de victoria. ¡Viva Mijaín, viva Cuba socialista!
Nikos Mottas es el editor en jefe de In Defense of Communism.
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