Por José Antonio Martín Acosta
Me quitaron mi nombre de mendigo
Ese nombre que me sabía de memoria
Y actuaba cada vez que un vecino
Perdía su casa o su sandalia
Nombre antiguo y fiero
Que temían los héroes disolutos del mercado
Un nombre lleno de puños
De sangre y de algarrobos
Era mío
Profundamente mío y ya de todos
Era un nombre de mendigo
Que en cada esquina trabajaba
Midiendo el grado de la sombra
La proyección del sol en mi cintura
O la ingravidez perezosa de mi espalda
Encorvada pero no humilladaRetraída y grande
Como las paredes sin pintar de mi casa
Y sí
De vez en cuando se me caían los calzones
Pisaba el trozo de tela
Que decía lo que eraLo que soy
La pobreza y la dulzura
Y sí
Me quitaron mi nombre de mendigo
Y me dieron un nuevo nombre de esclavo
Con guirnaldas y festones
Lleno de colores y cuentas de latón
Mi nombre como un anuncio de neón
Donde día a día me prostituyo
Por un pedazo de pan
Y un escarmiento en mi costado
Sin dolor ya
Porque los esclavos no poseemos ni dolor
Y me he dado cuenta de que anhelo
Mi antiguo nombre de mendigo
Que sostenía en mis ojos el sol
Y me proporcionaba
A más de otras locuras
Un poco de dignidad
Con que saciar el hambre
La sed
Y la incertidumbre.
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