
El veraneo, el régimen y la moral cristiana
Desde el inicio de la Guerra en las zonas ocupadas por los franquistas, así como en la posguerra, la moral imperante fue la dictada por la Iglesia. Una moral impuesta por los obispos, a través de las pastorales que defendían desde el púlpito. No había ciudad costera sin un bando del Gobernador civil supervisado por el obispo de turno cuando se aproximaba la estación estival.