Tenía 40 años y había cambiado el cincel de escultor por el fusil para defender a la República. Participó en el asalto al Cuartel de la Montaña y se puso al frente de las milicias segovianas que defendieron Madrid.
El «horrible delito” de José Gómez Gayoso y Antonio Seoane Sánchez no fue otro que luchar contra el franquismo, rebelarse contra la injusticia y la opresión y defender la legítima causa de la República.
El régimen garantizaba el franquismo sin Franco, convencidos de que un príncipe que jurase fidelidad a los principios y leyes del Movimiento, traicionando a su padre, sería fácil de manejar.
Desde CGT seguimos denunciando que partidos políticos que tienen un número inmenso de víctimas del franquismo entre sus filas no sean capaces de dar el paso de declarar el régimen franquista un régimen criminal y juzgar por sus crímenes a los secuaces que aún siguen vivos.
Llama la atención que siempre se recurre a la voluntad de reconciliación cuando se conculcan los derechos de las víctimas del franquismo. Sorprendentemente, esa “voluntad de reconciliación” no está presente en otras leyes sobre víctimas, más bien al contrario.
La Ley de Amnistía ha permitido hasta ahora que crímenes del franquismo como las torturas cometidas del conocido como Billy el Niño, hayan quedado impunes.