Después de veinte años sigue sin ser reconocido como una víctima de motivación política ni ha tenido un reconocimiento institucional. Forma parte de esas víctimas que no existen en la agenda política ni parece en ningún calendario.
Como un mantra había repetido, “la culpa de todo la tiene ETA”, ya fuera la recesión económica o el recorte de libertades legislado desde su gabinete, y tanto lo repitió que se apresuró a señalar la autoría de la organización armada vasca
Entre las demandas de la COPEL estaban la Amnistía General, la abolición de la tortura, la supresión del régimen de aislamiento, una sanidad y alimentación digna, el fin de la censura, y otros puntos en la mejora de las condiciones carcelarias.
“En la RDA fui educada y aprendí a pensar y actuar como una marxista leninista. Por eso para mí lo más natural es luchar toda mi vida, igual en un país que en otro, y bajo cualquier circunstancia en las filas de nuestro partido marxista leninista.»
Su muerte no consiguió que los obreros volvieran a sus casas, que continuaron en manifestación por todo Basauri. Al día siguiente se convocó una huelga general en la localidad y 40.000 personas se concentraron en señal de protesta y de duelo por la muerte del joven.