Tampoco Javier Fernández Quesada fue reconocido como víctima, ya que la ley de Memoria Histórica solo reconoce como tales a las que sufrieron la represión entre el 1 de enero de 1968 y el 6 de octubre de 1977, dos meses antes de su asesinato.
Javier, el hermano de Ángel, tras un camino largo en años y costosos esfuerzos, consiguió en 2009 que el Gobierno español, a través de la Ley de Memoria Histórica, reconociera el derecho de Ángel a obtener una «reparación moral» por haber padecido «persecución o violencia».
Este año se cumplirán 30 del asesinato de Pedro Álvarez Peso, ocurrido un 15 de diciembre de 1992. Su familia no se ha cansado de pedir justicia, luchando contra viento y marea para que no se olvide su caso.
Los comandantes de los campos de concentración que fueron detenidos fueron juzgados, algunos en Nürenberg, otros lo hicieron en otros tantos juicios que se celebraron en Dachau.
Los nazi-fascistas alcanzaron a un puñado de ellos saliendo de un bar, al que sorprendentemente les había enviado la recomendación de un policía municipal (¿?), bar que era centro de encuentro de la hinchada fascista.
La serie merece la pena como una mirada al pasado que explica nuestro presente, y que le saca los colores, una vez más, a esa Transición modélica que dibujó con trazo grueso ese régimen del 78 que todavía seguimos sufriendo.
Un documental como “Afusellats”, que nos trae la historia de las víctimas directas de la represión, de los fusilados, y de las indirectas, de sus familias, no recibiría ninguna subvención pública por parte de la actual Generalitat Valenciana, porque el su política es el olvido.
