Los moros que acompañaban a Yagüe en el asalto a la ciudad se cebaron con la población civil y pasaron a cuchillo a todo aquel que se atreviera a transitar por las calles.
En cada población la iglesia, el alcalde, la guardia civil y el juez fueron mucho más que simples gestores y se convirtieron en los poderes fundamentales con los que el Nuevo Estado cimentó su tenebrosa influencia.
El estallido de la Guerra de España fuerza su marcha hacia París. Pasa un periodo en Bélgica y finalmente se exilia en Perpiñán en 1944, ciudad en la que desarrolla la mayor parte de su obra pictórica.
Se hace posible pensar así que las murallas de Jericó que rodean esta institución puedan derrumbarse y abrirse el camino a la obtención de justicia para los crímenes del franquismo