Memes y bromas políticas

El origen histórico de este tipo de memes iconoclastas se sitúa en las imágenes caricaturescas que acompañaban los artículos de la prensa obrera anticlerical del Siglo XIX.

Por Lucio Martínez Pereda

Los memes son expresión de ingenio y humor adaptado a las circunstancias del momento.

El rebrote del culto hiperdúlico de las imágenes de madera de vírgenes y cristos observado en las recientes celebraciones de la Semana Santa, ha reactivado- bajo  la forma del meme- la tradicional costumbre iconoclasta de la izquierda anticlerical, arraigada en España desde el inicio de la Edad Contemporánea.  El origen histórico de este tipo de memes iconoclastas se sitúa en las imágenes caricaturescas que acompañaban los artículos de la prensa obrera anticlerical del SXIX.

Durante la Guerra Civil fueron re actualizadas con otro medio de expresión: la fotografía , tal y como se observa en esta broma paródica sobre la Resurrección de los Muertos llevada a cabo en un convento de Toledo en agosto o septiembre de 1936. Estas exhumaciones jocosas se basaban en arraigadas tradiciones populares de desafío a la ritualidad católica. Este ritual de burla de la Resurreción se evidencia en que el esqueleto exhumado, en el lugar de la pelvis, parece llevar colocada una zanahoria -parodia de erección- en una inequívoca referencia a la sexualidad reprimida del muerto.

La desmitificación, mediante la risa, del culto sacral a los muertos, era una acción simbólica destinada a purgar la desmesurada influencia social de la iglesia. Estos contra- rituales anticlericales buscaban romper los códigos rutinarios de deferencia que los dominados debían mantener con los dominantes. Eran un resarcimiento de compensación contra una iglesia que dirigía prisiones, reformatorios de menores, asilos, sanatorios mentales y conventos para la educación de los pobres.

Estas bromas iconoclastas anticlericales  son vistas desde la actualidad como expresiones  de odio político, pero hay deshacer ese equívoco y analizarlas y explicarlas desde la cultura política en la que se produjeron.

Para ello también resulta necesario desprenderse del puritanismo liberal que entiende estas imágenes de gran valor histórico bajo el prejuicio de “ imágenes de mal gusto” Esta percepción puritana de la noción gusto se revela equivocada ya que algunas de estas imágenes encajan perfectamente con los contenidos estéticos actuales.

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