La cuidada imagen de hombre de Estado de Juan Marín, que anteponía el sentido común y el interés general por encima del interés partidista, ha quedado por los suelos
Por Puño en Alto
Allá por septiembre, el chico de los recados de la Junta de Andalucía, Juan Marín, conocido también como “El Torrijas” manifestaba ante los medios de comunicación que nadie lo entendería y que sería de idiotas adelantar las elecciones andaluzas. Más que una realidad, Marín estaba expresando un deseo, dado el descalabro que le vaticinan todos los sondeos de convocarse anticipadamente elecciones andaluzas.
De otra manera, ahora se ha sabido que mientras criticaba a la oposición por su cerrazón irresponsable de no apoyar los presupuestos para 2022, en un encuentro interno con sus parlamentarios argumentaba que se trataba de una pose, ya que realmente no convenía que se aprobara dichos presupuestos porque necesariamente tendrían recortes y eso tiene coste electoral. Sea fuego amigo o no, la filtración del audio donde Marín se explaya en la explicación de la estrategia, lo cierto es que no habrá gustado en absoluto a su idolatrado presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ya que ha dinamitado el discurso que ha mantenido hasta ahora sobre los presupuestos andaluces y el proceso de supuesta negociación abierta con Vox y PSOE de Juan Espadas, ni tan poco a estos últimos a saberse utilizados en esa estrategia. Ya Vox está pidiendo su dimisión.
En el primer caso, de convocarse elecciones anticipadas quedará como idiota como él mismo reconoce y en el segundo caso, pretendiendo pasar por un estratega al estilo Rasputín, va a quedar además de tonto útil como un bocazas, al cual no hay que respetar ni fiar.
Su cuidada imagen de hombre de Estado que anteponía el sentido común y el interés general por encima del interés partidista ha quedado por los suelos. Para aquellos que conocen su proverbial hipocresía, no demuestra nada nuevo y para quienes no, saben ahora la catadura moral y ética como político del personaje en cuestión.
Desautorizado de forma inmisericorde por Arrimadas su propuesta de acudir electoralmente junto al PP como vía de garantizarse continuar en la bien remunerada pomada política en Andalucía, la cada vez más cuestionada labor dentro y fuera de su formación política, o de lo que queda de ella, y lo que le presagia las encuestas hace que a Marín no le llegue la camisa al cuello al saberse que tiene inevitablemente, para bien de todos, fecha de caducidad.
Si algún mérito hay que reconocerle a Juan Marín, además de haber engañado durante mucho tiempo a mucha gente, es haber cerrado el círculo de la estulticia: ser tonto útil e idiota a la vez.
Pero como decía aquel, puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.
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