Manos

Por José Antonio Martín Acosta

Para las manos que se unen
En un mismo anhelo entrelazadas
La piedra de la primera prueba
La hoz que siega y la dentada guadaña
Perseguidoras de la muerte
Cortadoras de la poseedora nada
Silencio de nervadura
Y cadencia entre jirones de savia
Para las manos que se unen
En una lucha anhelada
Mi postrer respeto
Entre mordeduras de rabia
Que cuando se une el obrero
No lo paran las palabras
Ni el salario ni el hambre
Ni la luna endiablada
Ni la mezquindad del hombre
Ni la mentira televisada
Ni el escarmiento detenido
Ni el policía sin alma
Que cuando un pueblo lucha
Como antaño luchara
El día titila
La noche se apaga
Solo queda la sangre
Que a borbotones sangra
Y el espíritu vuela
Descendiendo de su jaula
Para las manos que unen
La primera piedra lanzada
Depósito de fuego
Ramalazo de esperanza.

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