Teníamos problemas graves que, por la crisis sanitaria derivada de la pandemia Covid-19, no han hecho más que empeorar y hemos tocado fondo.
¿Quiénes somos?
Somos los Centros de Salud, cercanos, accesibles, con vocación de servicio social. Somos más que un lugar a donde acudir. SOMOS PROFESIONALES DEL CAMPO SANITARIO Y FORMAMOS PARTE DE LA VIDA DE LAS PERSONAS, ayudándolas a mejorar su nivel de salud, intentando evitar que enfermen, curándolas cuando lo precisan, cuidándolas y mejorando sus limitaciones cuando es necesario y ayudándolas a morir dignamente al final de la vida.
¿Por qué este llamamiento?
Porque desde la atención primaria (AP), NO PODEMOS PROPORCIONAR A LA POBLACIÓN LA ATENCIÓN DE CALIDAD QUE QUEREMOS.
Somos el primer nivel de atención del sistema sanitario y, gracias a nuestro trabajo, desarrollamos una serie de acciones que, coordinadas con las del nivel hospitalario, se encaminan a mejorar la salud de las personas. Es decir, contribuimos a que el conjunto del servicio sanitario público aumente la esperanza de vida y que lo haga en mejores condiciones de salud. Además, según los estudios desarrollados en países con una apuesta firme en AP, la contribución que realizamos, en términos de morbilidad y mortalidad, aumenta la sostenibilidad del propio sistema sanitario al mejorar la eficiencia en la utilización de los recursos disponibles. Pero…
LA ATENCIÓN PRIMARIA VA MAL.
Teníamos problemas graves que, por la crisis sanitaria derivada de la pandemia Covid-19, no han hecho más que empeorar y hemos tocado fondo:
El funcionamiento de los centros de salud, ya antes claramente deficiente, se desestructuró a lo largo de las diferentes olas pandémicas. Una vez iniciada la desescalada, los servicios impulsados por las demandas de una situación apremiante, han intentado reorganizarse pero de una forma fragmentada, con recursos insuficientes y orientada a la tarea surgida en el día a día, alejándose así de un modelo de atención integral, longitudinal y coordinado. En contraste con lo que dicen nuestros responsables del Departamento de Salud, el problema no es tanto el número de consultas telefónicas versus el número de presenciales, el problema es que el nivel de saturación nos impide dar una atención buena (en tiempo y lugar) segura y adecuada a las necesidades de cada persona. Es difícil entender a qué responde la situación en la que nos encontramos, pero, sin duda, está siendo un buen camino para aumentar el aseguramiento privado. No estamos aquí para quejarnos, estamos para hacer pública esta situación, para no ser cómplices con lo que está pasando. Los datos están demostrado que estamos ante una gravísima situación que merma el derecho del ciudadano a la salud como consecuencia del gran debilitamiento de la AP, lo que ha provocado la convocatoria de una reunión monográfica del Consejo Interterritorial de Salud con el fin de revertir la situación actual.
Pero para que la AP no siga deteriorándose NECESITAMOS LA AYUDA DE TODOS Y TODAS.
Necesitamos el compromiso de la Administración para la implementación de la estrategia que necesita nuestra AP acompañada de unos presupuestos adecuados para poder llevarla a cabo. Necesitamos el apoyo de las especialidades hospitalarias para conseguir una verdadera atención coordinada que favorezca el trabajo en ambos niveles de atención sin menosprecio ni sobrecarga para ninguno de ellos. Y también, cómo no, necesitamos el soporte de nuestra gente, a la que atendemos de la mejor forma que podemos. La actitud consumista de servicios sanitarios no es una manera solidaria de abordar adecuadamente las necesidades que en materia de salud tiene la población.
¿Qué proponemos?
En el corto plazo, vemos indispensable emprender las siguientes actuaciones:
1.-Que los recursos sean destinados de un modo importante a la contratación de personal de AP, haciendo un análisis previo para darle fin al déficit actual.
2.-Un proyecto de desarrollo de la AP con visión de futuro, sobre el que ir trabajando y que dirija nuestra evolución, acompañado de la partida presupuestaria necesaria para ponerlo en marcha.
3.-Un cambio en el ámbito de la gestión, impulsando la autonomía de los centros de salud en el marco estratégico mencionado. Cada centro tiene una situación peculiar y concreta que condiciona las decisiones que se toman. Hasta ahora, las OSI han gestionado sin dar posibilidad a los CENTROS de determinar cuáles son las prioridades de su equipo.
Es imprescindible que el equipo de dirección de cada zona de salud establezca sus objetivos, sus compromisos y los recursos que para ello precisa. Las OSI siguen gestionando por imposición, y como consecuencia, parte de los proyectos impulsados por la Subdirección de AP han quedado sin implantar o lo han hecho de forma testimonial. Lo fácil es imponer una agenda, lo complicado es que las trabajadoras la hagan suya al considerarla una herramienta adecuada para su trabajo.
4.-Que se pongan en marcha en todas las unidades aquellos proyectos o medidas que se hayan demostrado eficaces y renovadores en los centros en los que están en funcionamiento.
5.-Que se implementen acciones desmedicalizadoras. No todo el trabajo para mejorar la salud se realiza en los Centros de Salud y los hospitales. Existen muchas medidas independientes del Sistema Sanitario que deben ser puestas en marcha por ser más eficaces y dar más autonomía a la población respecto a su salud.
6.-Que se haga patente el valor que tiene nuestro trabajo tanto para la sociedad como para el propio sistema sanitario. La AP tiene que salir de la zona oscura en la que se encuentra y ocupar el lugar público que le corresponde por su importancia y utilidad social y sanitaria.
7.-Que se habilite una política de personal de acuerdo a las características de nuestro nivel de atención que asegure el desarrollo de la AP en toda su complejidad, incluyendo los aspectos comunitarios
.- Que garantice el derecho de la población al acceso a los servicios y a permanecer a lo largo del tiempo con los mismos profesionales. .- Que garantice la calidad del trabajo a desarrollar responsabilizándose de la formación necesaria y específica para cada estamento profesional. .- Que garantice la innovación de los centros impulsando la investigación de una forma decidida. .- Que cuide y defienda a sus trabajadores fijos y eventuales estableciendo unas condiciones adecuadas de trabajo.
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