Manifestaciones masivas y disturbios en Barcelona contra la detención de Puigdemont

Javier F. Ferrero

«Puigdemont, el nostre president» ha sido el grito más repetido entre los manifestantes contra la detención de Carles Puigdemont en Barcelona. Miles de personas se han reunido de forma pacífica desde la sede de la Comisión Europea en Barcelona hasta el consulado alemán. Con el paso de las horas subió el tono de la protesta al querer llegar hasta la Delegación del Gobierno en Barcelona y chocar contra un cordón policial. Los Mossos d’Esquadra dispersaran a los manifestantes a base de porrazos, lo que derivó en una noche de altercados y cargas. Resultado de ello, hay al menos seis detenidos y los servicios de emergencias han atendido a más de 90 personas.

En las manifestaciones se han podido ver diferentes personalidades políticas, entre ellas la recién elegida presidenta de la ANC, Elisenda Paliuze, que ha apelado a la opinión pública alemana y a los valores fundacionales de la Unión Europea para que no extraditen a España a Puigdemont. Ha considerado que «los delitos que se imputan a Puigdemont y a los otros políticos son inventados, están completamente falseados» y que los mismos se basan en «una violencia que no se ha dado en ningún caso en la sociedad catalana«.

Una minoría de manifestantes han lanzado objetos al cordón policial de los antidisturbios, increpándoles por «no merecer la ‘senyera’ de su uniforme«. Al intentar colocar un contenedor frente al cordón, los agentes se lo han impedido con cargas y el uso de porras. Tras la dispersión de la protesta, alrededor de las 21:00, se han quemado contenedores y se han producido cargas en diferentes calles de la capital catalana. Los agentes han disparado salvas (disparos sin proyectil) para dispersar a los manifestantes.

La violencia en las calles es un nuevo reto a gestionar por el Gobierno, ya que los partidos independentistas vienen llamando a movilizarse de forma pacífica. Ni en la protesta del 20 de septiembre ni tras las cargas policiales del 1-O se quemaron ni se volcaron decenas de contenedores como este domingo. La sensación de impotencia y abuso por parte del Gobierno se palpa en las calles, es necesario retomar el diálogo y sentarse a negociar, eludiendo de esta forma el camino fácil: encarcelar a todos.

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