Los últimos cuarenta y cuatro años

Por Luis Aneiros
Ilustración de ElKoko

Es complicado preguntarse para qué han servido los últimos cuarenta y cuatro años en España. Y no me refiero ahora al evidente mantenimiento de las estructuras franquistas en nuestras instituciones, ni a los privilegios que todavía mantienen los sostenedores de la dictadura, gracias a haber sabido introducir la democracia en el lenguaje colectivo, y a hacernos creer que se trata de una realidad incuestionable. No me preocupa ahora que la Constitución recoja la herencia de quienes habían convertido España en un lugar oscuro y atrasado. Lo que me pregunto es para qué han servido estos últimos cuarenta y cuatro años a los españoles, a los ciudadanos, a los que soñaron entonces y siguen dormidos ahora, y a sus hijos y nietos, que ni siquiera poseen elementos de comparación ni información en su memoria. ¿Somos más libres o más necios?

Tenemos las herramientas, eso es indudable. El sistema necesitó dotarnos de elementos con los que elegir a nuestros gobernantes, pero nadie nos dijo en su momento que el objetivo era mantener a los mismos en los lugares del verdadero poder, eso sí, esta vez de manera “voluntaria”. Utilizando términos como “fiesta de la democracia” o “madurez democrática” fuimos de nuevo dóciles, sonrientes, sumisos y, como no… nos sentimos orgullosos de serlo. Siempre nos hemos sentido orgullosos de ser sometidos, de nuestra patria, de nuestro dios, de nuestra bandera y de nuestro himno sin letra. La gloria de nuestra historia está siempre teñida del rojo de la sangre de “nuestros enemigos”, y no de los colores de la solidaridad o los avances sociales o humanos. Y nosotros, muy orgullosos mientras algún académico nos hace creer que los verdaderos españoles que han forjado este país han sido soldados, ladrones, asesinos y violadores, pero, eso sí, españoles de verdad.

Cuarenta y cuatro años después, somos los mismos. No hemos sabido decirles a nuestros gobernantes que de ellos esperamos mucho más que palabrería, fotos con solemnes miradas al cielo y promesas de primeros meses de noviazgo. Y no hemos sabido tampoco enseñar a nuestros hijos qué supuso para España haber vivido la dictadura más larga de Europa. Somos felices porque tenemos los mismos móviles que Francia, Alemania o Reino Unido. Nos creemos a la cabeza del mundo porque podemos ver el capítulo final de Juego de Tronos al mismo tiempo que los estadounidenses… pero consentimos que se juegue cruelmente con aquellas cuestiones que hacen que un país sea mejor. Faltan infinidad de pasos que dar para que esta ficticia libertad y esta democracia de goma espuma se hagan reales, para que nos sintamos realmente libres de ser quién y cómo queramos, de decir lo que pensamos de verdad, y sepamos que todo eso estará siempre amparado por quienes nos gobiernan. Pero, en lugar de dar esos pasos adelante, ponemos nuestro futuro en manos de quienes sólo saben caminar hacia atrás, porque hacia atrás se vuelve al poder sin crítica ni oposición. Caminar hacia atrás no es sólo votar a VOX y permitirles ensuciar los lugares donde todo debería ser cristalino, ni escuchar sus enfermizas consignas asintiendo con la cabeza como un jumento y aplaudiendo como primates. Caminar hacia atrás es que un presidente socialista se niegue a reconocer el mandato de un pueblo y persiga el sueño de una mayoría absoluta, real o sostenida sin más por quienes él considera inferiores y no quiere sentados a su lado. Y también es dar pasos atrás que un Partido Popular herido de muerte por las flechas envenenadas de la extrema derecha que él mismo alimentó durante décadas, renueve el odio por todo lo que no salga de sus despachos o de los púlpitos de una iglesia católica que continúa señalando el camino. Y entonces, Def Con Dos fomentan el odio y la violencia hacia la mujer es intrafamiliar…

Según Rivera y Arrimadas, los gays y lesbianas son fascistas porque no les quieren. Pero, mientras tanto, pactan con los verdaderos fascistas

Y el mayor paso atrás de nuestro país es la existencia de una formación política como Ciudadanos. Sangre joven en la que fluyen viejos resentimientos. No hay ideas, proyectos ni visión de futuro. Como VOX, no están para construir, sino para enfrentar. Y se presentan donde saben que no se les quiere con el único fin de que se les diga que no se les quiere. Y, si no les quieres, eres fascismo, dicen. Según Rivera y Arrimadas, en España hay pueblos y ciudades fascistas porque no les quieren. Y los gays y lesbianas son fascistas porque no les quieren. Pero, mientras tanto, pactan con los verdaderos fascistas, con los homófobos, con los machistas y misóginos, con los racistas y xenófobos, con los que aplauden públicamente agresiones a menores inmigrantes, con los que no saben qué sanidad ni qué educación quieren para todos pero, eso sí, quieren que en las aulas y los hospitales haya siempre un crucifijo. Ciudadanos busca al elector indeciso, como si ser indeciso fuera lo mismo que ser imbécil.

Y, cuarenta y cuatro años después, España sigue siendo una monarquía parlamentaria colada en una Constitución votada por un pueblo que votaría al Libro Gordo de Petete si incluyera las palabras “libertad” y “democracia”. Y la farsa es tan burda que consentimos que un rey, después de múltiples escándalos y sospechas de corrupción, continúe siendo rey después de abdicar en favor de su hijo. Y mantenga su inviolabilidad intacta, por supuesto. Y la institución monárquica sigue siendo tan sólo fuente de gasto público, con cinco sueldos y gastos “secundarios” como los 400.000 euros del nuevo coche que, inexplicablemente, pagaremos todos nosotros. Es curioso que, en el año 2018, la casa real haya ahorrado más de 500.000 euros y el coche lo tengamos que pagar los españoles. ¿Alguien se imagina para qué estarán ahorrando nuestros monarcas?

España sigue siendo una monarquía parlamentaria colada en una Constitución votada por un pueblo que votaría al Libro Gordo de Petete si incluyera las palabras “libertad” y “democracia”.

Si, han sido cuarenta y cuatro años los que hemos tenido para aprender, para evolucionar, para exigir… No hay ni siquiera encuestas recientes sobre la monarquía (no hablemos ya de un referéndum), los compromisos electorales siguen siendo incumplidos sistemáticamente por quienes cuatro años después vuelven a ganar las elecciones, el Tribunal Supremo sentencia violación y nada sucede con quién dijo que sólo vio jolgorio y fiesta, la ultraderecha impone sus condiciones donde ni siquiera gana las elecciones la derecha, y sacar a Franco del Valle enfrenta a los españoles. Pero nosotros seguimos siendo los mismos, madrugamos para trabajar y aceptamos que las cosas son así porque los que las deciden son los que saben. Durante cuarenta y cuatro años no hemos aprendido que ser juez, ser rey o ser político no son privilegios ni muestras de superioridad, sino profesiones en las que, si no se hacen bien las cosas, debería de haber consecuencias en lugar de excusas y comprensión.

¿Saben para qué han servido estos últimos cuarenta y cuatro años en España? Para que el Partido Comunista se haya integrado en Izquierda Unida y, a su vez, ésta se haya autoinmolado en Unidas Podemos. Todo lo demás permanece. Prácticamente igual.

Es mi opinión.

1 Comment

  1. En España el tradición derechista ls golpes d estado :
    1
    PPrimo de rivera
    PPutero famoso (pero se llevaba bien cn ls curas+aristocratas
    y ademas prohibio «por moralidad» muchas cosas …y familiar de albetito rivera-C$ )
    2
    sanjurjo en el 1934
    3 y 4
    F-rancio que dio dos : en el 1936 y antes d morir poniendo a bobono
    5
    tejeiro+bobono el 23F del 1983
    6
    la crisis montada por aznar golpe d estado economico + junto el articulo 135 d zPP
    7
    el golpe d estado civil de la gestora dl Ppa$.€ en 2014
    8
    que el tribunal-supremo en el 2019 diga qe Franco era presidente d españa en el 1934
    9
    https://diario16.com/caso-popular-un-golpe-de-estado-con-la-complicidad-del-propio-estado/#comment-53951

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.