“Se ha descubierto que personas que acababan de morir han vuelto de nuevo a la vida y han cometido asesinatos” (La noche de los muertos vivientes George a. Romero).
En plena era de apogeo Zombi con pandemia incluida, vamos a echar la mirada atrás y examinar la película que dio origen a todo. No fue la primera que abordó el tema de los muertos vivientes, tenemos algún ejemplo anterior como “I Walked with a Zombie” (Jacques Tourner 1943) o “La legión de los hombres sin alma” (White Zombie Victor Halperin 1932), pero si fue sin duda la pionera, en lo que se refiere al tratamiento de las imágenes y la utilización del recurso, luego tan manido, de la víscera, sangre y derivados que abrió la puerta a géneros como el Gore. “La Noche de los Muertos Vivientes” supone un antes y un después con respecto al género de terror, la piedra filosofal por así decirlo.
Acompañadme en este viaje a los años 60, para ver como se creó este film y en que condiciones y circunstancias se rodó.
Los años sesenta se pueden considerar una de las décadas doradas del cine de terror, productoras como la Hammer, la aportaciones de la American International Pictures con films como “La caída de la casa Usher” (House of Usher Roger Corman 1960) o films tan emblemáticos como “Psicosis”(Psycho Alfred Hitchcok 1960) o “La Mansión Encantada (The Haunting Robert Wise 1963). Dejan bien a las claras la apuesta del cine de esa época por lo truculento. Siempre teniendo como base el terror gótico, una puesta en escena muy cuidada y unos actores de método, que hacían más que convincentes los papeles que interpretaban.
Con la llegada en 1968 de “La Noche de los Muertos Vivientes” (Night of Living Dead George A. Romero), se rompe ese estilo casi decimonónico de mostrar el terror, y llega a las pantallas lo descarnado, lo abrupto, todo relatado sin tapujos; en definitiva el horror visceral.
El público queda consternado con esta historia de tintes apocalípticos, en la que de repente y sin venir a cuento, los muertos se levantan y sin piedad comienzan a devorar a los vivos. Lo perturbador del film es que no explica, el porque de este hecho, nos lo presenta tal cual.
El guión que elaboraron tanto John A. Russo como George Romero, es de lo más simple. Un comienzo de lo más pavoroso con dos hermanos en un cementerio dejando unas flores a un ser querido, una tormenta que se desata y por la radio comienzan a nunciar (tipo Orson Welles en la versión radiofónica de la Guerra de los Mundos), que unos extraños sucesos están aconteciendo, la pareja no presta atención y de repente aparece un ser extraño, con movimientos lentos que les ataca sin mediar palabra. Todo esto deriva en la huida de la protagonista a una casa cercana de campo, donde atrincherada con otras personas deben sobrevivir del ataque de las hordas zombi.
Otros de los aspectos definitorios de la película, es la manera en la que fue rodada. La utilización de la cámara, fue determinante para dar la sensación de angustia y miedo, giros bruscos, palos cortos etc… todo ello para contribuir y dar al espectador la sensación de que esta inmerso en la historia desde el primer momento.
El film se precipita en una cascada de imágenes de canibalismo, nunca vistas antes en una película, la tensión de la historia cada vez alcance un climax más perturbador. El final no lo contaré, pero siempre la idea que te deja al terminar, es que siempre hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos.
El presupuesto del film fue de lo más austero, los productores Karl Hardman y Russell Streiner (que también hacían de actores en la película), tuvieron que hacer encaje de bolillos para hacer esta historia , echando mano entre otras cosas de actores poco conocidos y casi podría decirse que aficionados. El propio Romero además de dirigir, se encargo de la fotografía, montaje, guión y puesta en escena.
La puesta en escena o efectos especiales que se utilizaron sobre todo para la recreación de la sangre y las vísceras fue de lo más innovador. Para la sangre se utilizó tinta negra y roja, jarabe de chocolate. Para las vísceras se tuvo que utilizar los despojos de cordero y tripas de otros animales que un carnicero profesional les facilitó. Quisieron crear un horror visceral, y lo consiguieron.
Como curiosidad comentar que tras el rodaje, el cementerio donde rodaron sufrió la embestida de un tornado, sacando a los muertos de sus tumbas, como veis la realidad se acerca muchas veces de manera increíble a la ficción.
En 1996 se realizó un remake de la película, en ella se cambiaban aspectos de la misma, añadiendo imágenes nuevas, algún que otro personaje, y explicaciones al origen del levantamiento zombi, que en definitiva no hizo otra cosa que emponzoñar la leyenda de esta obra maestra del género.
Un último remake se hizo en 2005, llamado “Night of The Living Dead- Survivor’s Cut, bastante olvidable por otra parte.
En definitiva nos encontramos ante una de las obras más importantes de la historia del cine en lo que se refiere al género de terror. Su influencia con el paso de los años ha sido capital, todo el mundo zombi tan en boga en la actualidad, bebe de esta película. Todos, absolutamente todos los films y series creadas posteriormente encuentran su inspiración, en este film y en la filmografía posterior de Romero que analizaremos en otra ocasión. Romero busca con su filmografía avisarnos continuamente, de que el peor enemigo del hombre es el propio hombre y que si no nos cuidamos y cuidamos a los demás, quién sabe, a lo mejor una noche de tormenta llaman a tu puerta y al abrir cierres los ojos para siempre.
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