Vivimos en una sociedad donde la tecnología se ha vuelto imprescindible, hecho que también se ha extendido entre los amantes de la literatura. Desde que aparecieron los libros electónicos o eBooks, por ejemplo, múltiples lectores han afirmado que era el fin de los libros impresos, dado que uno excluía al otro. De la misma manera, se han creado numerosos debates sobre qué formato es mejor para el medio ambiente. Sin embargo, dichas cuestiones no son tan simples como parecen. Lo antiguo y lo novedoso no tienen por qué ser eternos enemigos. Dependiendo de la situación pueden hasta complementarse, como es el en caso de las obras literarias y sus adaptaciones audiovisuales convertidas en grandes franquicias.
Películas que despertaron el interés de los lectores
Los libros de Harry Potter, el estudiante más famoso de Hogwarts, son uno de los fenómenos más destacados de la literatura de este siglo. El último tomo de la saga fue escrito hace más de diez años y aun así las historias del mago británico siguen siendo un éxito mundial. Según el portal Statista, J.K. Rowling, la célebre autora de las obras, ingresó entre junio del 2016 y junio del 2018 unos 149 millones de dólares. Teniendo en cuenta que la mayoría de sus beneficios provienen de los libros de Harry Potter, cabe preguntarse cómo es posible que sus ventas sigan siendo tan elevadas después de tanto tiempo.
La respuesta es más sencilla de lo que parece. Harry Potter no se reduce a siete obras literarias y algunas complementarias, sino que es una poderosa franquicia. La mayoría de sus artículos no están basados en los libros sino en sus películas, que ahora están disponibles incluso en Netflix. Las adaptaciones cinematográficas del mago causaron un boom alrededor del globo hasta el punto de inspirar Animales fantásticos y dónde encontrarlos, película estrenada en 2016 que se ha convertido en otra saga y cuya tercera parte verá la luz en 2021. Así pues, los filmes y los incontables objetos inspirados en el mago son los que han hecho posible en gran parte que más personas se interesen en leer sus aventuras hoy.
Este suceso le será familiar a los amantes de las obras de J. R. R. Tolkien, dado que lo mismo ocurre con clásicos como El señor de los anillos: La comunidad del anillo, que tan buenas críticas ha recibido. La aparición de adaptaciones audiovisuales despierta el interés de quienes no han leído los libros y viceversa, por lo que las obras en papel y las películas se ayudan a ganar público mutuamente. Asimismo, las librerías son conscientes de este fenómeno y tratan de aprovecharlo, incentivando todavía más la venta de libros. Para ello, también se apoyan en la venta de productos relacionados como carpetas o figuritas.
La fuerza de las series
Cuando un filme está bien elaborado, como en los casos anteriores, es casi seguro que el público se interesará por el origen de su trama. Algo parecido sucedió cuando se estrenó Bohemian Rhapsody, que con un excelente elenco de actores, aportó una visión general de la historia de Queen. Tras su salida, la venta de CD y las reproducciones de Queen en plataformas como Spotify se dispararon. Por tanto, ¿qué pasaría si en vez de una película se crea una serie basada en un libro? Si atrapa al espectador, ocurrirá lo mismo.
Juego de tronos es uno de los mejores ejemplos en la actualidad, sobre todo tras saber que el final de sus libros será distinto al de la serie. Si bien la adaptación en pantalla ha tenido algunas inconsistencias argumentales, está considerada una de las mejores series de la historia. Los artículos que han derivado de ella son innumerables, desde espadas hasta prendas de ropa con símbolos de la serie, como se puede ver en La Frikilería. Del mismo modo, el casino online Betway ofrece una tragaperras temática de la serie realizada por Microgaming, la cual acompaña a otras también inspiradas en fenómenos audiovisuales como Tarzán.
En conclusión, los productos de las franquicias son una pieza clave para incentivar la lectura de numerosos usuarios que no se sienten atraídos por los libros con facilidad. Además, en algunos de los casos son el apoyo que la obra necesita para que se creen nuevos tomos.
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