«Los peces nos comían, mamá»: Los palestinos se ahogan en el mar intentando escapar del asedio. [Maha Hussaini]

«No decidieron migrar por casualidad o por diversión. Habían sufrido y experimentado pobreza y hambre durante años antes de buscar una vida digna»

Faustino Eguberri – Viento  Sur

En una pequeña sala de estar desprovista de muebles, Yahya Barbakh, un sobreviviente de un naufragio frente a la costa turca, se sienta en una silla de plástico con su hijo sobre las rodillas.

A su izquierda, su madre sirve café y baklava, un dulce árabe tradicional, a los huéspedes que visitan la humilde casa en Khan Younes, en el sur de la Franja de Gaza, para felicitar a la familia por la «milagrosa supervivencia» de Barbakh.

El joven había regresado de Turquía unos días antes tras un intento fallido de emigrar a Europa en busca de un lugar seguro para vivir y mejorar sus condiciones de vida.

El barco que transportaba a Barbakh y a otros nueve palestinos de la Franja de Gaza naufragó el 5 de noviembre mientras navegaba de la ciudad portuaria turca de Bodrum a Grecia[1], muriendo dos personas y dejando una desaparecida.

Un viaje largo y costoso

«Hace dos meses, decidí que tenía que hacer algo ante la miserable vida que estamos viviendo. Ya había hecho todo lo que podía. He trabajado como conductor, como barbero, he aprovechado todas las oportunidades para trabajar y vivir, pero, en algún momento, todo esto simplemente no fue suficiente para que mi familia y yo viviéramos con dignidad», dijo Barbakh, padre de dos hijos, a Middle East Eye.

«Cuando le dije por primera vez a mi familia que estaba pensando en migrar, mi madre lo desaprobó temiendo que muriera en el intento. Pero luego logré convencerla».

El joven de 27 años dijo que la familia había vendido el oro de su madre y su esposa y había pedido prestado dinero a su hermana para preparar lo que había imaginado que sería el comienzo de una vida decente.

Para llegar al aeropuerto de El Cairo en el primer tramo de su viaje, Barbakh tuvo que pagar alrededor de 480 dólares por un visado y un billete, y otros 500 dólares por tanseeq, o «coordinación», un término para los sobornos que facilitan el cruce de Gaza a través de Rafah hacia Egipto.

El dinero suele ser recaudado por mediadores, o intermediarios, en Gaza y luego transferido a los oficiales egipcios con los que están en contacto.

La cantidad de dinero que Barbakh pagó por tanseeq equivale a 37 días de trabajo para el asalariado promedio en Gaza.

Una vez en Turquía, los traficantes le dijeron que se dirigiera a un barrio de Bodrum, donde tuvo que pagarles 3.000 dólares a través de la oficina de un mediador.

Cuando llegó al barrio, Barbakh encontró docenas de personas, incluidos niños, de diferentes nacionalidades, en su mayoría sirias y palestinas, esperando a que los traficantes les ayudaran a migrar.

«Nos enviaron la ubicación a través de WhatsApp, y tuvimos que caminar por los bosques, en un ambiente tan oscuro que ni siquiera pudimos ver nuestras manos, para llegar al punto en el que querían que subiéramos a los barcos», dijo.

«Nos habían prometido que no más de siete personas estarían en un barco seguro. Pero cuando llegamos allí el primer día, nos sorprendió que 30 o 40 migrantes y solicitantes de asilo estuvieran esperando para abordar una embarcación inflable que tenía cinco agujeros».

Según Barbakh, los traficantes suelen amenazar a los migrantes con llamar a la policía cuando se niegan a subir al bote, y los obligan a subir a bordo a punta de pistola.

Una vez que el barco estaba lleno, un traficante encendió el motor y preguntó si alguna de las personas a bordo podía conducir el barco.

«Conducir el barco no fue difícil. Simplemente nos pidieron que siguiéramos navegando durante unos 20 kilómetros hasta que llegáramos al otro lado, territorio griego», dijo.

Barbakh dijo que él y sus compañeros habían hecho tres intentos fallidos, el primero de los cuales terminó con la policía y la guardia costera turcas arrestándolos durante varios días antes de liberarlos. Su último intento terminó en tragedia.

«En el tercer intento, abordamos un barco de madera que naufragó en medio del mar, dejándonos luchando contra el ahogamiento durante horas».

En ese día fatal, 14 personas, incluidas nueve de Khan Younes y una de Rafah, abordaron el barco que tenía capacidad para transportar solo 10. Los traficantes pidieron entonces a cuatro ancianos y a una mujer que se bajaran del barco, pero la mujer se negó, insistiendo en llegar a su prometido en Europa.

«No mucho después de que empezáramos a navegar, se levantó el viento  y el agua comenzó a entrar en el barco. Nos aterrorizamos y usamos todo lo que teníamos para sacar el agua», dijo Barbakh.

Barbaj vio impotente a dos personas, incluido su amigo, Nasrallah al-Farra, que había planeado el viaje con él, ahogarse inmediatamente después de que el barco volcara.

«El barco se volcó, y dos jóvenes se quedaron atrapados debajo. No pudimos rescatarles porque todos nos estábamos ahogando igual que ellos», dijo.

«Estaba demasiado oscuro, y estaba seguro de que iba a morir. Mi vida entera desfiló ante mis ojos mientras luchaba por mantener mi cabeza fuera del agua».

Unas dos horas y media más tarde, Barbakh se desmayó. Se despertó en un barco guardacostas turco.

«Me desperté y solo vi a un hombre acostado a mi lado. Comencé a gritar y hacer gestos con las manos a los guardacostas, tratando de decirles que había 10 personas en el barco», dijo.

«Solo me calmé cuando los vi sacar a más personas vivas del agua. Al final del día, solo siete de nosotros estábamos vivos. Sacaron dos cuerpos y una persona sigue desaparecida».

Mientras esperaba a que los guardacostas sacaran al resto de sus compañeros, Barbakh usó el teléfono móvil de uno de los sobrevivientes para enviar a su madre notas de voz en WhatsApp, que fueron ampliamente compartidas en las redes sociales.

«Estuvimos ahogándonos durante dos horas, mamá. Soy Yahya, mamá. Abu Adham [Nasrallah] se ha ido, Abu Adham se ahogó. Díselo a Abdallah», dijo Barbakh en la grabación mientras lloraba.

«Los peces nos comían, mamá, los peces nos comían».

Entorno intolerable

Desde el mortal ataque de Israel a la Franja de Gaza en 2014, cientos de personas y familias han arriesgado sus vidas abordando botes de goma y madera en mal estado para salir de Gaza en busca de una vida mejor en Europa.

Dos semanas después de que terminara la campaña militar de Israel, los palestinos despertaron con la noticia del trágico ahogamiento de más de 400 migrantes y solicitantes de asilo en aguas internacionales al sureste de Malta. La mayoría de las víctimas eran palestinos del enclave bloqueado.

Desde entonces, el número de intentos de migración por mar ha aumentado significativamente, con el número de personas que intentan salir de Gaza creciendo después de cada ataque militar a la Franja.

Aunque Barbakh sabía que el viaje no sería fácil, no esperaba terminar de nuevo en Gaza.

«Ya sabía que íbamos a experimentar algunas circunstancias difíciles, pero pensé que, pase lo que pase allí, sería más fácil que mi vida incierta aquí», dijo.

«Aquí no tenemos futuro. Mi padre está muerto, y tengo que ganarme la vida para mí y mi familia, incluyendo mi madre y mis hermanos. Pensé que, cuando llegara a Europa, trabajaría en cualquier profesión y enviaría dinero a mi familia».

Según el Banco Mundial, la tasa de desempleo en Gaza es de aproximadamente el 50 por ciento, mientras que más de la mitad de su población vive en la pobreza. Tras la campaña militar de Israel en Gaza en mayo, el 62 por ciento de la población de Gaza ahora sufre inseguridad alimentaria.

«Quiero que mis hijos puedan vivir»

Mientras Barbakh regresaba a casa unos días después de ser rescatado, otras dos familias estaban preparando funerales para sus hijos que se habían ahogado en el incidente.

Um Nasrallah, la madre de Farra, le dijo a MEE que supo de la muerte de su hijo solo unos días después del incidente.

«Nos dijeron que todavía estaba vivo en el hospital, pero dos o tres días después dijeron que había muerto», dijo la madre del hombre de 42 años.

«Fue para ganarse el pan. Tenía una familia que quería mantener».

El padre de Nasrallah fue trasladado al hospital ya que sus problemas cardíacos se vieron exacerbados por la noticia de la muerte de su hijo.

«Desde que escuchó la noticia, su salud se ha deteriorado gravemente, y ahora estamos pasando todo el día con él en el hospital. No es fácil saber que el hijo que había viajado para ayudar a nuestra familia volverá cadáver», dijo Um Nasrallah.

«Esto es demasiado para nosotros, demasiado dolor. Escapó de las guerras y la falta de oportunidades solo para morir así, lejos de casa».

Anas Abu Rjeila, que estaba sentado junto a Nasrallah cuando el barco naufragó, también fue encontrado muerto. Su cuerpo había flotado durante horas frente a la costa turca antes de ser recuperado. El primo de Anas, Mahmoud Aburjeila, sigue desaparecido.

«La extrema pobreza en la que vivían Anas y Mahmoud y la inestable situación en Gaza fueron los factores que les empujaron a buscar una vida mejor en el extranjero», dijo Kamal Qudaih, primo de los hombres, a MEE.

«Mahmoud era padre de dos hijos. Ambos habían comenzado pequeños proyectos en un intento de ganarse la vida antes de elegir migrar».

Anas había comprado dos barriles de hierro para vender pollo a la barbacoa, y Mahmoud construyó una granja avícola, pero ambos proyectos habían fracasado.

«Mahmoud solía decirme: “Quiero que mis hijos vivan’”. Siempre repetía esta frase cada vez que hablaba de buscar oportunidades de trabajo».

Desde principios de 2021, se estima que 1.600 personas han muerto o desaparecido en el Mar Mediterráneo mientras intentaban migrar o buscar asilo en Europa.

«No decidieron migrar por casualidad o por diversión. Habían sufrido y experimentado pobreza y hambre durante años antes de buscar una vida digna», subraya Kamal Qudaih.

Nota

[1] Debido a la política sistemática de devoluciones, ilegales, por parte de Grecia (15.589 personas devueltas en 2021 cuando en 2020 habían sido 9.741)  los viajes se están desviando últimamente a rutas muchísimo más largas y peligrosas, que intentan enlazar directamente Turquía con Italia, con el consiguiente aumento de las muertes en el Mediterráneo. Los naufragios sucedidos lejos de las costas turcas los días 22, 23, y 25 de diciembre 2021 han dado como resultado al menos 32 muertes.  ndt.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.