Los impulsores genéticos

Como señala Stop Gene Drives, Los impulsores genéticos alteran las leyes de la naturaleza al contravenir las leyes de la herencia biológica, forzando a que prácticamente el 100% de la descendencia herede los rasgos modificados genéticamente, en vez del 50% habitual.

Por Remedios Copa

Recientemente se dio a conocer una nueva técnica de ingeniería genética que según un informe europeo pone en riesgo la salud humana y el medioambiente.

¿Qué son los impulsores genéticos? Se trata de una tecnología que permite crear organismos diseñados para propagar modificaciones genéticas en las poblaciones silvestres y cuyo objetivo es sustituirlas por organismos modificados genéticamente, o incluso exterminarlas. La investigación actual se está centrando en la erradicación de vectores trasmisores de ciertas enfermedades como la malaria, o el exterminio de plagas y malas hierbas.

Pero los organismos tratados con impulsores genéticos también podrían ser utilizados con fines hostiles y en este ámbito se señala la posibilidad de trasmitir venenos o patógenos.

En principio parece que se está pensando en los “grandes beneficios” que supondría, para aumentar el rendimiento de la agricultura industrial, tanto la eliminación de plagas como evitar la resistencia a los herbicidas que han desarrollado las plantas ante el uso y abuso de los agroquímicos. Aún así, se desconocen las consecuencias y riesgos sin precedentes para la salud y el medioambiente que podría generar la liberación de dichos organismos porque no se dispone de mecanismos capaces de controlar su propagación y estamos hablando de una tecnología diseñada en laboratorio para propagar modificaciones genéticas en la naturaleza. Las patentes de impulsores genéticos tienen en sus proyectos cientos de animales y plantas enumeradas cuya contención o eliminación podría aumentar temporalmente el rendimiento de la agricultura industrial.

Sin olvidar que semejante modificación en los ecosistemas de la naturaleza tiene por fuerza que desencadenar consecuencias que desconocemos, eso es de sentido común, Ecologistas en Acción han dado la voz de alarma y aunque en el caso de los venenos y patógenos no parece factible, al menos en tanto no se pueda asegurar su control y contención espacial o temporalmente, (cosa harto difícil, si no imposible, de garantizar), todos los usos de impulsores genéticos suponen un grave riesgo, así lo ponen de manifiesto no solo los ecologistas si no otras organizaciones y entidades científicas que están abogando por una moratoria al respecto.

Hasta ahora, (al menos que se sepa), todos los experimentos se han desarrollado en laboratorios o en contenedores de seguridad pero, tal como nos advierten, está prevista la liberación de organismos con impulsores genéticos exterminadores en la naturaleza próximamente, lo que supondría un experimento con enormes riesgos y sin ninguna garantía, pues como indicaba antes, no existen mecanismos de control capaces de controlar su propagación una vez liberados, “ni conocimientos suficientes para prever sus posibles impactos”, afirma el informe de Ecologistas en Acción, que señala entre otros aspectos lo siguiente:

Imposibilidad de control una vez liberado al medio ambiente, propagándose rápidamente a grandes distancias. Irreversibilidad de la modificación permanente del genoma que se trasmite a todas las generaciones siguientes. Cruce con otras especies, porque será imposible evitar el cruce con especies evolutivamente cercanas, superando la barrera de especies. Efectos imprevisibles de la tecnología; muchos impulsores utilizan herramienta de ingeniería genética que puede modificar la actividad del gen diana de manera imprevisible, o provocar mutaciones genómicas, además de que la aparición de posibles resistencias a los organismos modificados podría alterar el funcionamiento de dicha herramienta que son imposibles de prever.

Por todo ello, ante el peligro que supone esta nueva tecnología, se hace más necesario que nunca aplicar el principio de prudencia. El informe europeo, dice Diego Bárcenas “concluye que los organismos impulsores genéticos son un cambio de paradigma con respecto a los organismos modificados genéticamente y aboga por una moratoria internacional a esta tecnología. La liberación de estos organismos en la naturaleza contraviene el principio de precaución que rige la normativa ambiental europea…”

Con la publicación del informe se pretende “ayudar a que la ciudadanía y nuestros responsables políticos estén alerta ante el potencial peligro de esta nueva tecnología”.

Como señala Stop Gene Drives, Los impulsores genéticos alteran las leyes de la naturaleza al contravenir las leyes de la herencia biológica, forzando a que prácticamente el 100% de la descendencia herede los rasgos modificados genéticamente, en vez del 50% habitual. Los sistemas de bioseguridad actuales están diseñados para limitar la dispersión y persistencia de los organismos modificados con el fin de mitigar posibles efectos adversos, mientras que la finalidad de los impulsores genéticos es propagar las modificaciones genéticas para alterar las especies, incluso eliminándolas, y modificando los ecosistemas. Por otra, los niveles actuales de conocimiento científico son insuficientes para predecir posibles impactos sobre la biodiversidad derivados de la interferencia con los organismos con impulsores genéticos, que modificaría a gran escala las especies silvestres, lo que “vulnera el objetivo del Marco Global de Biodiversidad y plantea cuestiones éticas fundamentales sobre el papel de la humanidad en la evolución natural”. Parece que las comunidades locales y los territorios indígenas están en el punto de mira para el experimento que, una vez impulsado, no es posible recuperar esos organismos, ni parar su dispersión.

Las normas internacionales que regulan los impulsores genéticos se debatirán en diciembre de 2022 en el Convenio sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas.

Por ello, tanto las organizaciones mencionadas como la Rede para o Decrecemento de Eo-Navia, Galiza e O Bierzo, entre otras, han firmado una petición instando a los gobiernos a impedir la liberación en el medio ambiente de organismos con impulsores genéticos y a establecer una moratoria mundial sobre la liberación de este tipo de organismos en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.

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