Los estadounidenses rara vez ven el verdadero rostro del bombardeo israelí de Gaza

CUANDO UN ALTO EL FUEGO el domingo por la noche puso fin a una ofensiva israelí de tres días en la Franja de Gaza, más de 350 palestinos resultaron heridos y 46 murieron, incluidos 16 niños, según funcionarios palestinos. La cobertura de los medios en los EE. UU. estuvo liderada principalmente por fotografías de cielos llenos de humo o habitantes de Gaza caminando entre montones de escombros . Si bien las fotos eran precisas y recientes, la seguridad de seleccionar estas imágenes, en lugar de imágenes gráficas, retrató efectivamente una realidad para el público estadounidense muy alejada de lo que realmente se había desarrollado sobre el terreno.

Mirar la totalidad de las imágenes que se hacen durante un evento noticioso es una experiencia que la mayoría de los estadounidenses, con la excepción de los editores de fotos en las salas de redacción, rara vez experimentan. A medida que aumentaba el número de muertos palestinos durante el fin de semana, las imágenes de los fotoperiodistas con sede en Gaza se vertieron en bases de datos masivas como Getty Images y AP Images. Una búsqueda rápida de «Gaza» en Getty Images, por ejemplo, arroja cientos de fotografías recientes, una cuadrícula casi interminable de brutalidad de la última semana.

En muchas imágenes, los niños muertos por las bombas israelíes se muestran de forma destacada. Estas imágenes muestran funerales, los rostros de los difuntos descubiertos, sus cuerpos en alto y desfilando por las calles. En algunas fotografías, se ve a los dolientes tomando sus propias imágenes de los cuerpos en sus teléfonos celulares, prueba de los horrores que han ocurrido.

Estas imágenes gráficas están dispuestas, en bases de datos de fotografías, junto a las imágenes no gráficas que casi siempre son seleccionadas para su publicación por las organizaciones de noticias de EE. elevándose sobre el horizonte.

En Gaza, los fotoperiodistas fotografían rutinariamente dentro de hospitales y morgues. Este acceso a las instalaciones de atención de urgencia, poco común en los Estados Unidos , brinda una oportunidad para que los periodistas documenten directamente a los heridos y muertos. En Getty Images, las imágenes de cuerpos de niños, envueltos en tela blanca, amontonados en la morgue son abundantes y sin censura . Si bien son impactantes y profundamente perturbadores, muestran muy claramente lo que produce el bombardeo de áreas residenciales densas.

“Todavía puedo ver a las personas afligidas llorando después de que sus hogares fueran destruidos”, dijo el fotoperiodista palestino Hosam Salem a The Intercept. “No puedo manejarlo más. Incluso después de que terminaron estos tres días de ataques israelíes, estoy más agotado que antes. En Gaza no hay historias que nos puedan dar vida; todo lo que podemos decir es cómo la muerte se ha llevado nuestras vidas y las vidas de quienes nos rodean”.

Sin embargo, estas imágenes no son la característica definitoria del conflicto desigual en el que no murió ningún israelí. En cambio, rara vez se publican.

“En general, la mayoría de la cobertura de los medios internacionales y estadounidenses es débil y, a menudo, no muestra escenas en las que mujeres y niños inocentes fueron asesinados”, dijo a The Intercept Soliman Hijjy, un periodista visual palestino que trabaja en Gaza.

En el caso de uno de los 16 niños asesinados, Alaa Qaddoum, de 5 años, un informe del New York Times incluía una fotografía tomada después de su muerte. Esta fue la excepción, aunque la foto no se destacó de manera destacada; se colocó cerca del final del artículo. Otros medios, desde el Washington Post hasta NBC News , no publicaron la imagen, incluso cuando mencionaron el asesinato de la niña. Lo que nos queda es, en esencia, una comprensión higienizada y evasiva de los acontecimientos mundiales, ya que las salas de redacción optan uniformemente por imágenes que no incluyen ningún contenido gráfico. Las plataformas de redes sociales, como Twitter y Facebook, han impuesto este cambio de publicación de representaciones de violencia mediante la implementación de políticas de «medios sensibles».que disuadan a las salas de redacción de mostrar de manera destacada imágenes de atrocidades, para que no pierdan páginas vistas.

Mala praxis periodística

No hay consenso sobre cómo tratar las imágenes de violencia intensa. Las salas de redacción individuales toman decisiones caso por caso, a menudo después de clasificar montones de imágenes archivadas en las principales plataformas de distribución donde ninguna de las imágenes está borrosa o censurada. En Getty Images, solo dentro de la información del pie de foto hay a veces una «nota del editor» que advierte al espectador sobre lo que ya está viendo: «La imagen representa la muerte». La mayoría de los medios de comunicación, incluido este, emiten una nota del editor o una advertencia de contenido antes de sorprender a los espectadores con representaciones de violencia gráfica.

No son sólo los cuerpos palestinos los que se borran de los relatos de masacres de los medios de comunicación; Los tiroteos escolares en Estados Unidos se han definido visualmente por memoriales improvisados ​​y vigilias a la luz de las velas en lugar de imágenes gráficas, y lo mismo ocurre con el derramamiento de sangre que ocurre en el extranjero. Pero hay excepciones. Cuando Rusia atacó Ucrania a principios de este año, la documentación visual de las atrocidades rusas comenzó a dominar el ciclo de noticias. Los crímenes de Rusia fueron tan impactantes que, en un movimiento poco común, el New York Times imprimió una imagen especialmente gráfica de la fotoperiodista Lynsey Addario en su portada. Addario llamó al periódico » valiente » por publicar su evidencia de crímenes de guerra.

Los críticos han notado un marcado contraste en el interés mundial por el sufrimiento del pueblo ucraniano en comparación con el sufrimiento de los demás, así como las formas en que la invasión rusa se cubrió, de hecho, como un acto de agresión no provocado, en lugar de un más. “conflicto” genérico: el tipo de marco utilizado no solo para los ataques israelíes en Palestina, sino también en otras zonas de guerra. Esta semana, por ejemplo, hubo más imágenes “gráficas” en el Washington Post que mostraban una masacre que tuvo lugar a principios de este año en Bucha , Ucrania, que las que se publicaron sobre los muertos en Gaza durante el fin de semana.

Desinfectando los crímenes israelíes

El problema con la representación de la vida y la muerte palestina va mucho más allá de las imágenes seleccionadas para contar la historia. Los palestinos, y muchos observadores extranjeros, han condenado durante mucho tiempo a los medios internacionales por sanear los crímenes israelíes y ceder ante la narrativa de Israel . En una carta firmada por más de 500 periodistas luego de otra campaña de bombardeos israelíes en Gaza el año pasado, los autores (incluidos varios reporteros de Intercept) argumentaron que la cobertura de Israel y Palestina equivale regularmente a “negligencia periodística”.

“La asimetría en el contexto no solo se extiende al lenguaje que usamos; las historias tienden a amplificar desproporcionadamente las narrativas israelíes mientras suprimen las palestinas”, escribió el grupo. “Ocultar la opresión de los palestinos por parte de Israel no cumple con los estándares de objetividad propios de esta industria”.

Ahmed Abu Artemah, un escritor palestino y activista de derechos humanos que en 2018 fue uno de los organizadores de la «Gran Marcha del Retorno», un movimiento de protesta pacífica junto a la valla que separa a Israel de Gaza, dijo a The Intercept que Israel operaba bajo la suposición de que tendrían un aliado en la mayoría de los medios internacionales .

“Esto es complicidad”, dijo Abu Artemah. “No queremos nada más que que la gente conozca los hechos. No tenemos una narrativa complicada. Nuestra demanda es solo que la gente vea los hechos, vea la realidad, vea las imágenes de lo que está sucediendo”.

En las salas de redacción, las opciones seguras de mostrar una violencia abstracta (momentos tranquilos de humo y escombros) sobre la violencia abierta (muerte, lesiones o duelo) se alinean con el marco de la cobertura misma, que en el caso de Gaza regularmente minimiza el impacto de civiles a favor de una narrativa sobre la militancia palestina , incluso cuando el mismo tipo de militancia se describe como resistencia en Ucrania.

Mohammed Mhawesh, un periodista e investigador palestino independiente con sede en Gaza, argumentó en una entrevista con The Intercept que la cobertura del último ataque a Gaza, que los funcionarios israelíes admitieron que era “preventiva”, se centró casi exclusivamente en la aparente justificación de Israel para el ataque en lugar de que su impacto. Y aunque la mayoría de las víctimas no participaron en actos de resistencia, la representación de la resistencia palestina, agregó, contrasta fuertemente con la del pueblo ucraniano.

“Durante los últimos meses, los periódicos, los sitios web y las redes sociales se han llenado de historias de resistencia y heroísmo ucranianos, historias sobre soldados que vuelan puentes para retrasar el acercamiento de los tanques rusos y se sacrifican en el proceso. Hemos visto a civiles atacando vehículos armados con lo que sea que tengan, y gente común recibiendo entrenamiento con armas y cavando trincheras”, dijo Mhawesh. “Y, sin embargo, si alguna de estas historias tuviera lugar en Palestina en lugar de Ucrania, por supuesto que no se percibirían como actos de heroísmo y resistencia. Solo serían clasificados y condenados como terror”.

Mhawesh enfatizó que la comparación no tenía la intención de disminuir la resistencia del pueblo ucraniano, sino de “defender el derecho a resistir la ocupación y la invasión militar de cualquier tierra, por parte de cualquier nación”