Aún hoy, 200 años después de la abolición de la Inquisición española, las localidades más afectadas son más pobres, más religiosas y tienen un nivel de educación y confianza menores.
Jordi Vidal-Robert, Mauricio Drelichman y Hans-Joachim Voth
Desde la Roma Imperial y las Cruzadas hasta la actual Corea del Norte o el conflicto Rohingya en Myanmar, la persecución religiosa ha sido durante siglos un elemento de control sobre las sociedades por parte de los Estados.
Las consecuencias humanitarias inmediatas que la violencia de cualquier persecución, incluida la religiosa, conlleva son innegables y evidentes. Pero no es tan obvio saber si estas consecuencias pueden perdurar siglos después de estos episodios trágicos.
En un estudio reciente hemos investigado las consecuencias a largo plazo de una de las instituciones más longevas y cuya persecución religiosa fue más persistente, la Inquisición Española (1478-1834).
Para el estudio hemos recopilado, con la colaboración de la EMID, la información geográfica y procesal de 67.521 juicios. Esta base de datos representa la compilación más completa y longeva de los juicios de la Inquisición hasta la fecha.
Los resultados de la investigación muestran que las localidades donde la Inquisición tuvo una actuación más intensa tienen hoy en día un nivel inferior de riqueza, confianza y educación en comparación con localidades con una intensidad inquisitorial baja.
Denuncias secretas
Encargada de perseguir y enjuiciar cualquier tipo de herejía, la Inquisición y su manera de actuar y publicitar sus actividades influyeron en las interacciones sociales y la actividad económica, potencialmente afectando negativamente el emprendimiento, la educación y la innovación.
El origen de los juicios, que podían durar años, eran las denuncias secretas. Las sentencias podían ser muy diversas, desde absoluciones y penas menores, como multas y amonestaciones, hasta prisión y ejecuciones. Las sentencias no absolutorias eran comunicadas en ceremonias públicas (Autos de fe) para asegurar una mayor publicidad.
La distribución geográfica de la intensidad inquisitorial muestra una variación sustancial entre municipios cercanos y no tanto entre regiones o entre los ejes Norte-Sur o Este-Oeste.
Miramos entonces la relación entre la intensidad inquisitorial y una medida fiable de PIB per cápita a nivel municipal calculada teniendo en cuenta el nivel de luminosidad nocturna. La luminosidad nocturna está altamente correlacionada con el nivel de renta per cápita y es una aproximación de actividad económica extensamente utilizada en economía.
Encontramos que municipios sin registro de juicios de la Inquisición y municipios con una intensidad inquisitorial muy baja, en el tercil más bajo, tienen un mayor PIB per cápita hoy en día. Aquellos municipios con una intensidad media, tienen un PIB claramente menor y los municipios con la intensidad más alta, muestran un PIB marcadamente inferior.
Las magnitudes son significativas. En lugares donde no hubo persecución, la renta per cápita media es de 19 450 euros. En lugares donde la Inquisición fue más activa, la renta per cápita media es de 18 000 euros.
Nuestras estimaciones implican que, si la Inquisición no hubiera existido, la producción anual en España sería un 4.1 % superior (unos 811 euros) por persona.
Más persecución, menos educación
Para entender por qué la inquisición sigue afectando a la sociedad y la economía dos siglos después de su abolición, utilizamos datos de encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
La Inquisición puede tener un impacto sobre la educación ya que era especialmente suspicaz con personas con un nivel de educación elevado y con aquellos emprendedores o personas de clase media con un interés cultural y científico alto.
Nuestros resultados muestran que vivir en regiones que no fueron expuestas a la Inquisición está correlacionado con una proporción de educación universitaria 5.6 puntos porcentuales superior a regiones que tuvieron una intensidad media de la Inquisición.
Más persecución, menos confianza
La Inquisición también cambió las interacciones y comportamientos sociales. Las denuncias secretas por parte de conocidos hicieron más difícil la cooperación y la colaboración entre personas, disminuyendo la confianza entre ellas.
Una pregunta recurrente en las encuestas del CIS hace especial referencia a la confianza:
¿Diría usted que, por lo general, se puede confiar en la mayoría de la gente o que nunca se es lo bastante prudente en el trato con los demás?
Analizamos las respuestas de más de 26 000 personas entrevistadas entre 2006 y 2015 y encontramos que la actividad inquisitorial esta asociada con un menor nivel de confianza hoy en día. Los resultados son consistentes con diferentes métodos de cálculo y teniendo en cuenta las particularidades de cada año.
También tenemos medidas de asistencia a los oficios religiosos y encontramos una mayor religiosidad asociada con regiones donde hubo una mayor intensidad inquisitorial.
Más persecución, menos renta
Una posible objeción a nuestros resultados es que la Inquisición pudo ser más activa e intensa en regiones pobres.
Sin embargo, es bastante improbable. La Inquisición se autofinanciaba y uno de sus recursos económicos provenía de las confiscaciones y las multas que imponía. Aunque su misión era fundamentalmente perseguir la herejía, tenia incentivos para hacerlo allí donde había más riqueza. Así lo demuestra también nuestra evidencia. En general, los municipios más ricos sufrieron una intensidad más elevada.
La persecución inquisitorial de “herejes” es sólo un ejemplo de una intervención autoritaria en la vida de las personas. Otras instituciones a lo largo de la historia también han impuesto métodos intrusivos de control de pensamiento.
Aunque el sufrimiento de los acusados, los sentenciados y sus familias fuera el resultado más importante y doloroso de la persecución, nuestros resultados demuestran que sus efectos aún se perciben hoy en día.
Aún hoy, 200 años después de la abolición de la Inquisición española, las localidades más afectadas son más pobres, más religiosas y tienen un nivel de educación y confianza menores.
Jordi Vidal-Robert, Mauricio Drelichman y Hans-Joachim Voth. The Conversation
La religión nunca trajo nada bueno a la sociedad, al contrario, ayudó a humillar y marginar a quienes consideraba pecadores, como madres solteras. Siempre se alió con los ricos y poderosos y machacaban al pobre, al campesino q les pagaba el diezmo de su miseria. La Inquisición perseguía científicos y estudiosos, el pueblo analfabeto era mas manejable.
Totalmente.