Por Ricard Jiménez
Ayer 7 de febrero se celebraron los comicios en Ecuador. La jornada electoral en Ecuador transcurrió sin mayores incidentes durante el día, pero al comenzar el conteo se comenzó a poner en duda el papel del Consejo Nacional Electoral, ya que presentó «un subconjunto del subconjunto» de los resultados, como afirmó el candidato Andrés Arauz, un 90% del total del conteo rápido. Sin embargo, aún sin los resultados definitivos e inmersos en la incertidumbre todo parece indicar que habrá una segunda vuelta tras la victoria del binomio de Revolución Ciudadana.
Después de procesar los datos del 90,4 % de las actas seleccionadas para la muestra de conteo rápido se determinó que la lista de Arauz logró votos válidos del 31,50 %, seguido por la lista Pérez, con 20,04 %, Lasso obtuvo 19,97 % de los votos válidos y por último el candidato Xavier Hervas, de Izquierda Democrática, con 16,53%, quien están olvidando todos los analistas pese a tener una suma importante de votos.
Los datos hasta el momento arrojados supondrían, contra los pronósticos y que solamente auguraba las previas presentadas por el CELAG, una posible segunda plaza para Yaku Pérez del partido Pachakutik.
El candidato se apresuró a confirmar: «después de la segunda vuelta seremos la primera fuerza política del país», afirmó. Frente a ello Lasso aseguró que «con todo el respeto que se merecen los consejeros del CNE, mal han hecho al confundir al pueblo ecuatoriano con un conteo rápido con 2.100 actas cuando la muestra acordada era 2.400 actas, e inducen a la confusión y al error cuando cinco minutos después, en un canal de televisión, informa que los resultados del conteo rápido nos ponen en segunda vuelta». Comenzaba así la vigilia durante los últimos conteos, puesto que el margen de error en segunda posición es ínfimo.
Pero horas más tarde todo daría un vuelco con la reacción de Yaku Pérez y el sorpasso de Lasso. Pérez denunciaba «ante la opinión internacional cómo se cocina un fraude. Algo huele mal aquí. Llevábamos ventaja a Guillermo Lasso. Con el correr de las horas en Guayaquil han empezado a aparecer resultados sorprendentes. No se está respetando la voluntad de los electores porque la diferencia era clara». Lo que para él refleja «un contubernio de Arauz y Lasso».
En mi cabeza resuena la frase de Washington Orejuela, como la de tantos ecuatorianos, «están cocinando algo, la pregunta es el cómo lo harán». Vayamos paso por paso para descifrar la pócima de la receta.
Tras cuatro años de zancadillas, persecuciones judiciales y una ardua campaña mediática en contra, que se conceptualizó como ‘lawfare’, por incurrir a lo que se conoce como un «golpe blando» tras intereses injerencistas foráneas(latentes y patentes han quedado los nexos e intereses de los Estados Unidos en el asunto), Revolución Ciudadana consiguió postular a Andrés Arauz, un candidato casi desconocido que, sin embargo, demostró que la base sólida del correísmo continúa organizada, el voto duro de RC siguió inamovible.
Por otro lado, el banquero y empresario Lasso, quien las encuestas propugnaban en segundo lugar tiene cada vez un techo electoral más bajo, a pesar de que a golpe de talonario trató de zancadillear a Arauz. Visto que el dinero no lograba desbancar al primer posicionado las malas lenguas sospechaban que este, en los últimos tiempos, comenzó a destinar recursos para con la campaña de Yaku Pérez y ahora, en estos momentos, Pérez es una de las claves de la cuestión, sobre él pivota y se vertebra la posible alternativa.
Desde los análisis internacionales alternativos, Pérez, es considerado un producto de marketing y no es de extrañar, hasta hace poco más de dos años se llamaba Carlos, con traje, corbata, pelo corto y abogado patrocinador para tramitar pedidos de concesiones mineras no metálicas.
Esto significa que en 1999, cuando aún se llamaba Carlos, fue el abogado encargado de afrontar y obtener concesiones en Cañar y Azuay, según la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), pero ahora viste con poncho, tiene el pelo largo, se llama Yaku y ya sabemos, se convierte en plausible sujeto revolucionario de la «izquierda flexible», como el mismo se reconoce.
Sin embargo, lo que se cuece tras bambalinas tiene también relevancia. Carlos o Yaku Pérez pretende, por un lado, reducir el peso del Estado en la vida y esfera pública y, por otro lado, mantener los acuerdos del FMI y llegar a pactos comerciales con Estados Unidos. Esto, cuenta el ABC, «le aleja de la izquierda tradicional ecuatoriana».
Lo repito por si no queda claro, según el ABC, mantener los acuerdos del FMI y llegar a pactos comerciales con Estados Unidos «le aleja de la izquierda tradicional ecuatoriana». Si aún dudan un poco más adelante el ABC específica el porqué es de izquierdas y es que «medita y hace yoga». En este sentido el partido de Pérez ha sido identificado como ecosocialista, pero con el as bajo la manga de lo reaccionario liberal.
¿Un posible caballo de Troya? The Grayzone recientemente presentaba un artículo donde exponía que Pérez tiene estrechos vínculos con ONG financiadas desde Washington y los estados miembros de la UE, algo que quedó manifiesto en la speligrosas alianzas de Pérez, a partir de 2010, con la oligarquía. Las redes de Pérez y su partido con la capital norteamericana se entrelazan de largo recorrido.
Aún esta por ver, faltan los últimos votos, las impugnaciones y toda la parafernalia, a no ser que vuelva a aparecer Almagro y la OEA, pero el asunto anda tenso.
Se el primero en comentar