
Mediante los bulos, las mentiras informativas, sustituyen el mundo real por otro ficticio, basado en emociones y convicciones, produciéndose así una desconexión de la realidad.
Por Lucio Martínez Pereda | 16/11/2024
Los bulos tienen un impacto significativo en el debilitamiento de las democracias: socavan la confianza en las instituciones, los medios de comunicación y el proceso democrático en general. En EE.UU., solo el 16% confía en los periódicos y el 11% en las noticias de televisión, los peores datos en 50 años. La desinformación alimenta el odio, polariza a la sociedad y la vuelve desconfiada y descreída, crea una sociedad desorientada, desconfiada y fragmentada.
Los bulos pueden influir en la toma de decisiones de los ciudadanos y manipular su opinión. Este fenómeno ha sido muy estudiado en algunos países, no sólo en EEUU: en Filipinas, una década de desinformación sistemática logró blanquear la imagen de la familia Marcos y llevar al hijo del dictador a la presidencia. En EE.UU., el 70% de los votantes republicanos aún cree que hubo fraude en las elecciones de 2020, lo que llevó al asalto al Capitolio. En Europa, el 76% de la gente cree que la proliferación de fake news y bulos es un peligro para la democracia, y en España lo piensan ocho de cada diez personas.
Según el filósofo Byung-Chul Hang, cuando una sociedad pierde la voluntad de verdad y la distinción entre verdad y mentira, la democracia cede terreno al totalitarismo. Los bulos son el principal instrumento usado por la ultraderecha para atacar al periodismo y a la prensa libre: Maria Ressa, premio Nobel de la Paz, afirma que atacar al periodismo es atacar a la democracia, ya que sin hechos no hay verdad.
Mediante los bulos, las mentiras informativas, sustituyen el mundo real por otro ficticio, basado en emociones y convicciones, produciéndose así una desconexión de la realidad. A pesar de tener más información que nunca, ésta ha perdido su capacidad orientativa, desconectando a la sociedad de la verdad y posiblemente de la democracia.
Estos factores combinados muestran cómo los bulos y la desinformación pueden debilitar significativamente los cimientos de las sociedades democráticas, erosionando la confianza en la representación política y dificultando la toma de decisiones informadas.
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