Literatura | La Revolución Molecular

Por Eduardo Nabal

La reedición de “La revolución molecular” en castellano, otra valiente iniciativa de la editorial Errata Naturae que nos ha devuelto, entre otros, a Pasolini Genet, es oportuna por varios motivos. En estos momentos históricos en el que muchas luchas dentro y fuera de lo institucional se están repensando en todo el mundo no está mal recordar que ya en los años setenta estos debates abrieron brechas que, y tal vez sea bueno que sea sí, nunca han llegado a cerrarse. Guattari, desde su posición de doctor nada convencional, nos habla del Estado y, sobre todo, el Capital como formas de paternalismo cercanas al Fascismo, en sus particulares definiciones tanto de Estado como de Capital como de Fascismo. “La revolución molecular”, que abarca diversos ensayos y periodos, desde la política de su tiempo hasta el cine o las luchas emancipatorias de la época hace también referencia a los grandes perdedores en las batallas por los derechos civiles del siglo pasado: los todavía llamados “enfermos mentales”, de los que se ocupó  junto a su colega Gilles Deleuze en verdaderas “máquinas de guerra” contra la psiquiatría tradicional, sus moralistas y sus guardianes como el “Anti-Edipo” o “Mil mesetas”. La lucha por la despsiquiatrización promulgada por la antipsiquiatría de los setenta se saldó con una derrota de las propuestas más revolucionarias y con un triunfo casi arrollador de los psicofármacos (“esas lobotomías encapsuladas y a gran escala” como las definieron algunos de sus detractores) y el avance de las teorías genetistas y de un racismo de cariz determinista. Pero Guattari, ubicado en muchas otras barricadas del pensamiento y la acción política de los sesenta, se deja preguntar también sobre la evolución de las ideas de cambio social, sobre el fracaso de algunas utopías y sobre los modelos sociales alternativos. Más accesible y variado  que sus obras con Deleuze sobre el capitalismo y la esquizofrenia, “La revolución molecular” de Guattari  es sobre todo un diario de combate contra las nuevas formas gestantes del capitalismo y las formas de control social, poder, control,  las drogas bajo múltiples formas, los mass-media, los movimientos sociales en la Europa del momento, el eurocomunismo y sus desafíos pendientes-centrándose en Italia- o los focos de resistencia como  las “radios libres”. Mezclando la filosofía, la psicología crítica, la política y la cultura popular o “de masas”, Guattari ha construido su particular “caja de herramientas” contra el fascismo de su tiempo que, en algunos aspectos, sigue siendo un punto de apoyo válido en los frentes abiertos y luchas vigentes en nuestros días.

 

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